cap. 33

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Cap. 33

-listo. – las cámaras ya están instalada. Asiento y digo:

-déjenme un momento sola, espérenme en una esquina. – Zac toma las cosas y le hacen señas a los chicos para irse.

-no tardes. – me dice Zac y sale. Respiro profundamente y veo todo por última vez pero esto lo mejor  que puedo hacer. Me saco las llaves y la carta  de mi bolsillo y las coloco en el mesón. Una pequeña lágrima sale y la limpio rápidamente, abro la puerta y salgo del departamento de mi madre. Te voy a extrañar madre, pero es lo mejor y ojala un día me perdones por todo esto. No era mi intensión hacerte esto.

Cierro la puerta y me dirijo al ascensor con la cabeza gacha. El ascensor hace ese pito cuando llega y alzo mi cabeza para ver quien es… aprieto mis manos. Es la persona que menos quiero ver en estos momentos.

-hola. – me saluda con su sonrisa pícara. Lo miro con odio y dolor.

-hola.- digo secamente.

-¿Cómo estás? – pregunta. Yo nunca he visto ni he estado de tan cerca a una persona tan descarada.

-bien. – Escupo – hasta luego. – paso por el lado de él pero me detiene por el brazo. Me zafo de su agarre.

-¿Dónde vas? – miro a sus ojos miel y algo dentro de mí se destruye por completo.

-voy a… caminar un rato, ¿por? – intento no golpearlo y escupirle hasta el mal que se ve a morir.

- no, nada. ¿Te puedo acompañar? – trago gordo. Frunzo el ceño.

-no. – disparo secamente y me doy media vuelta para seguir con mi camino. Espero el ascensor. Me toma por el brazo y me hace verlo a los ojos.

-¿Qué te pasa? Últimamente estas muy rara. Tus amigas tienen razón, no he querido aceptarlo pero esto duele. Has cambiado. – sus ojos se cristalizan. – lo siento si te lastime, lo siento si te defraude no era mi intensión pero esto no te da un motivo para cambiar hacia mí. Quiero saber qué es lo que te pasa, ¿Qué paso? ¿Ya no me amas? – y ahí es donde me doy cuenta que el cinismo puede llegar lejos.  Claro que lo sigo amando pero ya no soy la misma estúpida. No caeré otra vez y no voy a dejar que me manipule otra vez así. Niego con la cabeza.

-yo no he cambiado, dime. ¿Tú sí? ¿Tú me dejaste de amar? Aunque no lo dudo- siseo. – no me reclame cosas que tú mismo hace. Te alejaste de mí sin más ni menos y te vas con otra esa misma noche. No entiendo que paso con los “te amos, nunca te dejare” “siempre vamos a estar juntos”. ¡¿Dónde quedaron?! ¿Qué quieres de mí? ¿Probarme otra vez en la cama? Decir que pudiste engañarme otra vez y burlarte. ¿Eso es lo que quieres? Paso y gano, déjame en paz. – con eso me doy media vuelta y bajo por las escalera. Las lágrimas salen sin cesar. Me quiero morir en este momento, salgo del edificio y los chicos me pitan. Me monto y me abalanzo a los brazos de Marcos. Lloro como si fuera todo en mi vida. Quiero odiarlo pero no puedo y eso lo que me duele. Lo amo, y me duele ese amor.

*

Miro las cámaras, veo mi casa y está tan vacía igual que yo. Vacía y fría. ¿Cómo he llegado a este punto? ¿Cuándo fue en el momento en que caí en el abismo?

-debes dormir – Raúl pone una taza de café en la mesa y se sienta en ella. Suspiro y niego con la cabeza. Miro al otro monitor y puedo observar la casa de Justin. Está vacía también. ¿Qué paso después de nuestra pequeña discusión? Me imagino que se fue con otra puta a divertirse o que se yo.

-no, quiero estar un rato más. Si subo y me encierro estaré matándome otra vez. – tomo un poco de mi café – y no queremos eso, ¿verdad? -  sonrió de lado y lo miro. Niega con cabeza serio.

Perfect CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora