Parte sin título 24

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Cap. 24

Lo miro ponerse los zapatos, mientras que me sostengo en el marco de la puerta y meto mis manos en los bolsillos del pantalón. Y las imágenes de la noche anterior, vienen a mi cabeza… Esto es doloroso, ¿Qué hice? O mejor aún: ¿Qué hace él conmigo? No quiero salir lastimada, otra vez. No quiero ser unas de las muchas con la que él se acuesta y después las olvida. No quiero ser su amiga con derecho, si terminamos, terminamos… Aunque, ayer me recordó, lo muy bien que se siente estar junto a él. En realidad, me afecta todavía.

Quisiera que él, me amara como yo lo amo a él. Quisiera que me regalara su vida, así como yo estaría dispuesta a darle la mía… ¡ALTO AHÍ, SEÑORITA! Mi subconsciente, sale de su lectura. ¿Qué te pasa? Deja de pensar así, que no ves que él solo quiero un polvo, cuando él se le antoje. Acuérdate que tú eres su enemigo, que no se te olvide. Frunzo el ceño, tiene razón, (odio cuando tiene la razón) pero esto será inútil, él y yo terminamos, nunca jamás, habrá un nosotros, otra vez y esta será la última vez que juega así con mi cinco sentidos. Es hora de demostrarle que no soy un juguete, que no soy una de sus “chicas”.

-me voy. Tengo clase.- me pongo derecha. Me mira y frunce el ceño.

-¿Qué pasa?- pregunta.

-¿Qué debería pasar? Lo que paso, ya paso.- mi voz es seca.

-¿estas segura? Te siento extraña.- se levanta de la cama y pone al frente mío, toma mi barbilla y me da un suave y corto beso.- espero que no hayas cambiado de opinión.- ¿opinión? ¿Opinión de qué? Frunzo el ceño.- de lo de anoche. Espero que no te hayas arrepentido.- y he aquí. Él solo quería un polvo.

-no, para nada. Solo me tengo que ir. Nos vemos luego.- camino a la cocina, tomo mi bolso que está encima de la encimera, tomo las llaves y el celular. Me volteo y lo miro de frente y analizo bien lo que le voy a decir.

-nos vemos. Espero que se haya resuelto la aclaración.- digo, me mira confundido.

-¿Qué? ¿Cuál aclaración? Explícate, porque no entiendo.- se mete las manos a los bolsillos de su pantalón y camina hacia mí. Esta cerca, otra vez y me pone nerviosa, otra vez.

-triste si no entendiste. Ahora está la manera que me comunico con las personas.- mis palabras son seca. Me mira por unos segundos y se decide hablar.

-bien… te llevo.- se ofrece, niego con la cabeza.

-no, me…- y recuerdo que no le puedo decir, porque si no, están las posibilidades que me siga y me descubra, así que no tengo opción.

-vale. Pero necesito hacer una llamada.- digo, suspira.

-vale. Espero.- camina a la sala. Lo miro sentarse, de aquí lo observo. Así que marco el número de Raúl y llevo mi celular al oído. A los tres pitos responde.

-¿Dónde estás? Tengo ya quince minutos esperando.- su voz suena de mal humor, tengo que saber liar con esto.

-no puedo llegar.- es lo único que digo en voz baja para que Justin no me escuche.- ¿entiendes?- pregunto.

-no… espera.- se detiene por un momento y escucho un suspiro pesado.- ¿es él?

-si-

-¿te llevara?- pregunta, y siento que empezó el interrogatorio.

-sí. ¿Te has molestado?- pregunto yo.

-sí, los seguiré. Después tú y yo hablamos. Te recogeré en el cole. Dile que no te recoja.- es una orden, una orden que no me puedo negar.

-sí. Nos vemos. Y por favor habla con…- Justin voltea y me acuerdo que no puede sospechar de nada.- bien Amber entendí. Hablamos.- cuelgo.- listo. Vámonos.- Justin se para y abre la puerta.

Perfect CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora