Cap. 39

95 12 1
                                    

Cap. 39

Entonces el padre de Justin está vivo, está aquí en Nueva York. Interesante.

– ¿Qué pasaría si el padre de Justin tuviera un pequeño inconveniente con unas personas? – pregunto viendo la imagen del padre de Justin, se parece mucho a él. Definitivamente ese señor cometió una locura en abandonar a Justin, creo que Justin si hubiera tenido a su padre al lado sería otra historia, creo que hasta no nos fuéramos conocidos. ¿Sería bueno que Justin supiera que va hacer padre?

– Diana, ¿Qué pretendes en encontrarte a Jeremy? – sonrío y elevo la ceja.

– shh... -llevo el dedo a la boca, diciendo que haga silencio.}

– oh no... -

– oh sí. – mi sonrisa se agranda. – manda a buscarlo y que lo traigan ante mí. – me siento muy contenta y me llevo el vaso lleno de licor a la boca.

– ni se te ocurra. – me quita el vaso. Suelto una carcajada muy sonora.

– vale, pero quiero a Jeremy aquí, ahora mismo. – siseo. Asiente y llama a los chicos por el teléfono.

Esto apenas comienza. Esto será épico...

*

– suéltenme. ¿Qué quieren de mí? No tengo dinero, ni una fortuna, ¡suéltenme! – el padre de Justin se revuelca entre los brazos de mis hombres. Sonrío, camino con paso decidido y le quito la capucha. Muestro mis dientes en una sonrisa arrogante. – pff, no puedo creer que mande a sus putas a recibirme. – elevo la ceja divertida, me siento en la silla que está al frente de él. – niña, trae a tu jefe. Dile que el juego se acabó. – suspiro.

– a ti no te interesa quien es el jefe. – me encojo de hombros. –con tal, de todas maneras tendrás que hacer lo que nosotros queramos. –

– y si me niego, ¿qué? – habla entre dientes.

– buena pregunta. – llevo mis dedos a la boca y hago que pienso. – simple. – lo apunto con mi mano, como si llevara un arma. – bum. – le guiño el ojo.

– ya en serio niña. No estoy de juegos, tu jefe. – gruñe.

– ¿jefe? – saboreo la palabra. – un jefe da órdenes para que hagan su trabajo sucio que el a veces o nunca puede hacer. – me paro y me siento arcadas en sus piernas. Lo tomo del cabello y hago que me mire. – pero este jefe hace todo su trabajo, no necesita embajadores ni títeres para que lo hagan y que se presente. Y si me permites, no tendrás opciones, es vida o muerte; es lo única opción que te doy. – Sonrío – tómala o déjala. – me levanto y vuelvo a mi silla.

– ¿Qué quieres? – pregunta. Sonrío

– ¿conoces a Justin? Justin Bieber, ¿te suena? – me invade las ganas de vomitar, respiro profundo para tranquilizar esta sensación.

– sí. – dice simplemente, con algo de tristeza y rabia. Alzo una ceja.

– ¿Pattie Mallete? – trago gordo.

– sí. –

– ¿Raúl y Parker? –

– Si, ¡mierda! ¿Qué quieres? – en sus ojos veo decepción, ira y tristeza al mismo tiempo.

– a ti. – digo simplemente.

– ¿para qué? – sisea. Sigo respirando profundamente. Les tiro unas fotos que tenía guardada en el bolsillo de abrigo. Los chico lo desatan y él toma las fotos entre sus manos, viendo cada una de ellas. – ¿quiere que mate a Justin? – pregunta aterrado, mientras que yo solamente rio sonoramente.

Perfect CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora