Cap. 41

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¿Qué hice? ¿Qué hice? ¡¿Qué hice?!

Por enésima vez... ¡¿Qué mierda hice?!

El plan era de contarle a Justin lo sucedido, si aceptaba, hacer los padres perfectos separados, si no aceptaba, me largaba y fin de la historia. Pero no, tuvo que haber otras cosas por el camino, besos y demás. Pero es que soy una grandísima idiota. La pregunta es: ¿ahora qué hago? Va a querer estar pegado mío, como garrapata.

Tomo el teléfono que no deja de sonar.

– Alo – un grito aturde mi oído izquierdo.

– ¡Felicidades amiga! – el mundo se me paraliza por segundo.

– ¿Quién habla? – que pregunta más tonta. Ya sé quién es.

– Sam, tu amiga que la tienes olvidada – alzo una ceja. Trato de decir algo pero nada. – oye, bien callado lo tenías. Pensé que tú y Justin lo habían dejado. Ehm, ¿Cuándo nos podemos ver para hablar de tu embarazo? – ¡NUNCA TRAIDORA! Mi mente grita, pataleo por dentro pero mi cuerpo es una piedra. – ¿Diana? ¿Estás ahí? ¿alo? – su voz me hace volver a la vida.

– ¿Cómo te enteraste? – pregunto en un tono no muy amable.

– ehm... Justin le dijo a los chicos y pues ya sabe... Los chicos nos lo dijeron a nosotras. Eres mala amiga, no puedo creer que haya tenido que enterar por boca de los chicos – cierro los ojos, tratando de calmarme.

¡¿Pero qué mierda hice?!

– sí, es que he estado ocupada. Ya sabes, control, el trabajo. Ya sabes... – ¿ya sabes? ¿No te sabes otra frase?

– Y... ¿Dónde estás viviendo? – esto tiene que ser una grandísima broma. Ruedo los ojos

– En una casa de una vieja amiga – deja de preguntar... Mejor, ¡déjame en paz!

– ¿la lesbi? – pregunta con desagrado.

– Sam, número uno: la lesbi, tiene nombre y se llama Amber. Numero dos: ella ha sido buena conmigo –

– Claro, porque le gustas – pongo los ojos en blanco. ¿Pero qué dice esta idiota?

– Estás loca – escucho una risita al fondo. Diría que reconozco esa risita. – ¿con quién estas? – pregunto.

– con Jennifer. Ha estado en alta voz todo el tiempo. Jennifer, saluda a Diana –

– Hola, Diana. ¿Cómo estás? – la voz de Jennifer aparece por el auricular. Nada, solo con su voz la sangre me hierbe. ¡Perra!

Toma aire y tranquilízate.

– Hola. Bien, de maravilla. ¿Y tú? – cálmate, cálmate.

– Bien, también de maravilla. Eres una astuta, amarraste a Justin con un bebé, en serio Diana. Sacaste las garras. Grrrr... – ¡perra! ¡Perra! ¡Y mil veces perra!

– Yo no he amarrado a nadie, no necesito amarrar a un hombre para que este conmigo, esto fue un pequeño desliz, solo eso. Y si me permite tengo que hacer muchas cosas. Bey – antes de colgar escucho sus voces. Me coloco el teléfono en el oído.

– oye, no fue mi intención ofenderte. Es como Justin y tú lo habían dejado que me sorprendió – claro, ¿y que más quiere que te crea? Conozco cuando esta, es más falsa. Si no la conociera diría que está muy arrepentida. – además, tenemos que vernos. Dinos hora y lugar. –

– No lo sé. Estoy muy ocupada con muchas cosas en el trabajo y en realidad no sé. Además es capaz que de una visita a Justin y ya que son muy amigos todos, se enteraran. – salgo de la habitación y bajos las escaleras. Doblo a la derecha y abro la puerta del estudio. Me encuentro con Raúl en el teléfono.

Perfect CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora