cap. 1

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Cap. 1

Pulso el botón del ascensor, para que baje. Al minuto llega y abre sus puertas, pulso el botón con el número cuatro. Se cierra las puertas, busco las llaves en mi bolso, lo revuelvo por completo y no encuentro nada. Me frustra no encontrarlas, la voz de la operadora del ascensor, me dice que ya llegue al piso, salgo buscando las llaves… ¡Demonios! Ya que recuerdo, las deje en la cocina. Espero que mi madre esté en casa. Camino al departamento, toco varias veces la puerta, nadie contesta. Busco mi móvil y marco su número… No contesta, suspiro.

La llamo una y otra vez, me lleva nuevamente al buzón de mensaje; me arrastro por la puerta y me siento en el piso, intento llamar otra vez a mi madre. No contesta, tiro mi cabeza hacia atrás y golpeo varias veces la puerta con la cabeza. La puerta del otro apartamento se abre, ese departamento tiene tiempo en no habilitarse. Debe ser nuevos vecinos. Miro bien, son dos chicos: una estatura normal, como unos uno setenta o algo así. Los son rubios, uno con los ojos miel y el otro con los ojos azules… Son guapos los dos. Me miran y sonríen.

-¿te podemos ayudar?- pregunta uno de ellos.

-bueno… Si tienen una llave de  mi departamento, para abrir la puerta. Me encantaría que me ayudaras- miro mi celular. Ya van hacer la seis de la tarde.

-no la tengo, pero si quiere te podemos ayudar- responde el otro con una sonrisa de insuficiencia.

Achico mis ojos  y me paro del suelo duro y frio.

-y… ¿en qué me pueden ayudar?- pregunto, tomo mis cosas y me cruzo de brazos.

-te puedes quedar con nosotros, mientras que llega la señora Lucy- habla de mi madre, suspiro.

-¿no iban a salir?- señalo lo evidente.

-sí, pero ya que estas en problemas. Te ayudaremos. Ven pasa- me invita el de ojos mieles. Me resigno y camino a su puerta, pasó y escucho la puerta cerrarse. Miro todo al su alrededor, un decorado sencillo y masculino. Hay un sofá familiar al frente, dando la espalda a la puerta y dos individuales en color verde suave dando vista a la puerta, la cocina se divide con un muro que es la encimera, es algo pequeño pero para ellos deber estar bien.

-siéntate- me invitan- por cierto me llamo Ryan y él es Justin- me extiende la mano, se la tomo con mucho gusto, él chico llamado Justin se sienta en unos de las sofás, mientras que Ryan va a la cocina.

-¿quieres algo de beber?- ofrece.

-sí, agua. Por favor- pido y me siento al frente de Justin. Esto es incómodo, no me deja de mirarme. Pongo mi bolso en mis piernas e intento llamar de nuevo a mi madre, pero me manda al buzón de mensaje. Lo dejo en el bolso, Ryan se acerca con el vaso de agua, se sienta al lado mío; dejando un espacio por medio. Tomo un sorbo de agua. Dejo el vaso en la mesa de la sala, está en el medio de los muebles.

-¿Cómo te llamas?- pregunta Justin.

-Diana- me mira y sonríe.

-¿Qué edad tienes?- siento que es una entrevista de trabajo y el jefe me mira intimidante. Le sonrío con nerviosismo.

-no, nos mal interprete. Pero somos nuevos y nos hemos mudado hace unos días, solo queremos conocer a nuestros vecinos.-habla Ryan, salvando al jefe gruñón. Asiento y sonrío.

-tengo diecisiete, pronto cumpliré los dieciochos. ¿Y ustedes? Cuénteme- me entusiasmo hablar. Porque aunque no lo crea, tengo problemas con la autoestima y socializarme. Me cuesta mucho tener amigos y esas cosas que hacen las personas a mi edad.

-bueno no hay mucho que decir. Yo tengo diecinueve y él dieciocho. Vivíamos con otros amigos, pero queríamos independizarnos y tomar una vida más adulta.  Tú nos entiendes- explica Ryan. Asiento.

-bueno, yo vivo con mi mamá. Estudio la secundaria, es mi último año. Gracias a Dios- me pongo la mano en el pecho, dramatizando las cosas. Se ríen- a veces es un tormento, pero me distraigo con mis amigas.- sonrío.

-¿Qué piensas estudiar?- pregunta Justin.

-letras de idioma- me miran sin entender- traducción- explico, asiente- ¿y ustedes que estudian?-

-no estudiamos, trabajamos- responde Ryan.

-¿de qué?-

-no te importa- responde Justin brusco.

-eh… ¿Dónde piensas estudiar?- Ryan cambia de tema.

-bueno, tengo que presentar para ver en qué universidad. Ya que lo que quiero estudiar no lo dan todas las universidades y se me complica un poco, puede ser que me valla para Canadá u otro país. Una beca- asiente.

-debes tener buenas notas, entonces- sonríe Justin

-s-si- mi móvil suena. Miro es mi madre. Me disculpo y me paro para atender. –dime-

-¿Qué paso?- pregunta.

-me quede afuera, deje las llaves en la cocina- le explico.

-siempre en las nubes. Bueno en quince minutos estoy en casa. Espérame-

-vale- cuelgo. Me reúno con los chicos.

-¿y?- pregunta los chicos al mismo tiempo.

-en quince minutos estará aquí- guardo mi celular en el bolso. Me agradan estos chicos, la mirada de Justin me intimida, son sexy mis vecinos. Y no entiendo: ¿Por qué me pongo nerviosa con él? Pero que pregunta, es muy fácil de responder, es lindo. Ningún chico me ha tratado, así. Ni siquiera he hablado tanto tiempo con chicos tan guapo, bueno tengo mi novio. Luke,  pero… digo que me engaña, siempre tenemos la tonta discusión de siempre y eso me estresa. Estoy que le termino; sí, me gusta pero no tanto. Olvidemos este tema y concentrémonos en el presente… En mis vecinos. Tengo que decirle a mi madre que estoy en la casa de los vecinos. Busco el celular en el bolso y abro para escribir el mensaje.

“madre, estoy en la casa de los vecinos. Mándame un mensaje cuando llegues”. Doy enviar y guardo el celular.

-¿quieres algo de comer?- pregunta Justin con una sonrisa pícara.

-mmm, no gracias- pongo mis mano en mis piernas, las cierro en puños. Esto es incómodo. 

Perfect CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora