Volverte a ver...

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Nos dejamos de ver cuando éramos muy niños aun, eras mi mejor amigo. Hace ya 600 años de eso, pero aun pienso en ti. El mejor compañero de juegos que cualquiera quisiera tener. Estoy muy emocionada y nerviosa, podre visitar mi antiguo hogar, veré a mis amigos y hermanos, y voy contarte tantas cosas que me han pasado.

Llego a las hermosas puertas del reino, los guardias hacen una pequeña reverencia para darme la bienvenida, entro corriendo cual niña... una voz conocida me detiene:

-          Norie

-          Vania - nos damos un largo abrazo, hace tanto que no veo a quien fuera mi segunda madre y mi maestra.

-          ¿Cómo estas mi niña?- me pregunta con lágrimas en los ojos.

-          Muy feliz de verte – respondo volviéndola a abrazar

-         ¿Dónde está? Pregunto curiosa

-          Norie, linda antes que nada hay cosas de las que debemos hablar- me dice un poco seria, lo que causa preocupación en mí.

-          ¿Le ha pasado algo? Dime por favor.

-          Nada, está bien... es solo que han cambiado un poco las cosas por aquí y es mejor que hablemos antes de que lo veas-

-          Está bien, vayamos a un lugar más privado- le digo un poco desconcertada.

Caminamos hasta los jardines, junto a las enormes estatuas de nuestros antiguos reyes, esta ciudad es de verdad magnifica.

-          ¿ y bien?- Pregunto desesperada

-          Bueno, hace ya tres meses que nuestro rey anunció  mediante una fiesta que el príncipe iba a casarse

-          ¿Cómo?

-          Si, ya es mayor y es tiempo de que el linaje de nuestro rey comience a dar frutos

-          Bueno eso lo entiendo, pero ¿por qué dijiste que teníamos que hablar? No es como que yo vaya a interponerme, me alegro mucho por él.

-          Lo sé, tan solo te lo digo porque no quiero que esperes mucho de tu amigo, está en una relación seria, está comprometido, ya nada será igual. No te va a prestar atención como antes, sus atenciones, su tiempo es solo para su prometida.

-          Lo entiendo, estás diciéndome que marque mi distancia, que debo comportarme a la altura de esta situación, creo que tienes toda la razón... no quisiera causarle ningún inconveniente.

-          Perfecto, bueno hay que ir a descansar un poco, dentro de tres horas habrá que cenar.

-          Claro que sí.

Caminamos hasta la que será mi habitación en lo que estéde visita. Al llegar me doy cuenta de que todo está perfecto.  Incluso hay un hermoso vestido listo para mí, con los saludos del rey escritos en una nota. Como agradezco estar en casa, aunque solo sea por un rato. Me siento algo tonta; supongo que de las cosas que más anhelaba era el hablar con mi mejor amigo, pero pues tengo que aceptar la situación, de todas formas a mí tampoco me gustaría que una mujer llegara a robarse las atenciones de mi prometido. Estoy feliz, porque sé que es feliz. Dejo que el cansancio me venza por un rato. Cuando abro los ojos es casi la hora de cenar. 

"Sin decir una palabra"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora