Mientras caminamos hasta el palacio, Légolas hace todo su esfuerzo para no reírse, sus mejillas se tornan rojas y por momentos ahoga una carcajada tapando su boca con su mano izquierda, gesto que hace que yo también ría, aunque la verdad no entiendo el porqué. Seguimos por nuestro camino y una par de minutos después, ya encontrándonos dentro del palacio, caminando por unos de los hermosos pasillos de mármol, el príncipe del bosque negro se detiene de golpe y estalla en risas, risas tan fuertes que todos los que pasan por el pasillo lo miran sorprendidos, a lo que yo me limito a hacer un gesto con la mano indicando que sigan su camino. Después de cinco minutos de risas que parecían interminables, Légolas se incorpora, sobando un poco su estómago acalambrado de tanto reír, y secándose las lágrimas que se escaparon en su ataque de carcajadas sin fin. “¿De qué te ríes?” le pregunto, a lo que solo me responde “creo que le acabo de hacer pasar el coraje más grande de su vida a Elladan”. Respira hondo unas tres veces y me ofrece su brazo de nuevo., Yo lo acepto y continuamos caminando. Al ver que pasamos de largo frente al despacho del rey yo pregunto “¿no dijiste que tu padre quería vernos? Acabamos de pasar su despacho” a lo que Légolas se limita a decir “cállate y camina” mientras me mira con su risa burlona, yo solo le pellizco el brazo y el hace una mueca de dolor, pero no me dice nada. Continuamos caminando hasta uno de los jardines privados del rey, en el que Thranduil nos espera sentado en una hermosa terraza decorada con flores naturales, al llegar nos indica que nos sentemos en una elegante banca color blanco de madera de roble, justo frete a él. Después de sentarnos, un sirviente nos da una copa de vino a Légolas y a mí y se retira, dejándonos solos con el rey.
- Norie, Légolas… creo que ha llegado el tiempo de que les cuente muchas cosas que ustedes ignoran. Por favor escúchenme con atención. Por la mañana, cuando los vi pelear de esa forma en la mesa, algo en el corazón me dijo que ya era la hora de que supieran todo.
- Padre ¿a qué te refieres? – pregunta Légolas
- Solo escúchenme- a lo que los dos asentimos- hijo mío- dice, mirando a Légolas- sabes que yo quise mucho a tu madre, pero mi verdadero amor, el que será para siempre, fue la madre de Norie, si hija mía fue tu madre- me quedo petrificada- sin embargo yo ya había conocido a la que fue mi esposa, y ya me encontraba prometido a ella e hice lo que todo príncipe, cumplí con mi palabra y me case. Tu madre hizo lo mismo Norie, se casó con tu padre, un heredero del reino de Eärnur. Tu madre, como sabes, es media hermana de Galadriel, y fue Galadriel quien nos dijo que al no estar juntos, íbamos en contra de nuestro destino, pero que tarde o temprano, nuestros descendientes se encargarían de ajustar el camino que ya estaba trazado. Y tan cierta es esta predicción que ambos, aunque nunca se los dijimos, nacieron el mismo día, dijeron su primera palabra el mismo día, y ambos dijeron el nombre del otro- el príncipe y yo nos miramos mientras nuestras bocas están abiertas, sin poder articular palabra de la impresión- Légolas, cuando te vi discutir con Norie, me recordó tanto a la relación que tuve con su madre, Que no pude evitar revelarles esto- los ojos de Légolas se ponen cristalinos, haciendo evidente sus ganas de llorar, yo tomo su mano y la aprieto haciéndole saber que lo apoyo.
- Padre- continúa Légolas- ¿estás diciendo que Norie y yo debemos cumplir ese destino?
- No hijo, sus vidas son muy independientes a esto, no se sientan obligados por una predicción del espejo, si ustedes aman a alguien más sigan a su corazón. Pero si en su corazón se aman, creo que aún están a tiempo de elegir su felicidad- Légolas y yo nos quedamos mirando el suelo unos minutos, hasta que el príncipe rompe el silencio
- Como dijiste, hay que seguir el corazón. Y bueno, esa profecía no nos aplica padre, Norie ama a Elladan, y en mi caso aún no me llega el amor- terminando de decir esto Légolas se levanta- creo que han sido muchas emociones por hoy, iré a descansar un poco a mi habitación, los veré en la hora de la comida- se despide de nosotros haciendo una reverencia, yo solo lo miro mientras se aleja. Los ojos azules del rey no se apartan de mí, así que yo también fijo mi mirada en la suya.
- Norie, ¿hasta cuándo se lo dirás?- a lo que yo no respondo, tan solo suelto un nostálgico suspiro.
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"Sin decir una palabra"
RomanceLegolas y Tauriel van a casarse, pero un antiguo amor aparece... Podrá el príncipe del bosque negro cumplir con su compromiso, o dejara que un amor adolescente lo consuma?