Salgo de los comedores con paso apresurado, hundida en mis pensamientos con todo lo que acaba de pasar. La verdad es que estoy muy confundida. ¿Por qué Légolas se comporta si? a veces me hace sentir como que está enamorado de mí, pero después me rechaza. Me tiene contra la espada y la pared. Quisiera que se decidiera ya. Y para colmo Elladan llega, no quiero hacer sentir a ninguno de los dos pero tal parece que no se puede. Porque aunque ahorita se comporta como todo un caballero, sino le doy la atención que se merece, seguro se pondrá igual de celoso o hasta peor que Légolas. Los hombres son tan complicados…
- Norie- escucho la voz de Elladan detrás mío
- Dígame, príncipe- respondo de forma muy educada
- Vamos Norie, basta de formalidades, quería invitarte a pasear por el bosque, dijiste que un día me lo mostrarías, y me encantaría que fuera ahora- lo que me faltaba, Légolas me mandara a decapitar si se entera de esto.
- Tengo algunas cosas pendientes Elladan, pero si termino pronto con gusto- miento de forma descarada para zafarme, primero tengo que hablar con Légolas, no quiero tener más problemas, no quiero pelear.
- Está bien Norie, no te preocupes- me dice Elladan y se despide con una reverencia.
Me quedo parada un par de minutos en el pasillo pensando en cómo abordar el tema, cuando de repente la figura de Légolas sale del comedor:
- ¡Légolas!- le llamo levantando un poco la voz, el solo se para de golpe y me mira, esa mirada me mata, camino hasta donde se encuentra y me paro justo frete a el
- Dime- solo eso me responde
- Necesito hablar contigo- al decirle esto, el príncipe me pone una mueca de desinterés- ¿porque eres así? Si te pido hablar es porque me interesas, ¿apoco no lo captas?
- Yo creo todo lo contrario, ¡no necesitamos hablar! Porque a mí no me interesas
- Si lo que dices es cierto ¿Por qué te pones celoso de Elladan?
- Deja de creerte tan importante. No estoy celoso, como te dije antes, ¡ni que fueras la gran cosa!- al decir esto, mis ojos se llenan de lágrimas, Légolas me mira a los ojos y al darse cuenta de mi llanto su cara cambia por completo. Me toma de las manos y yo de un tirón me suelto y comienzo a caminar rápido hacia mi habitación- ¡Norie, espera!- lo escucho gritar pero no volteo, hasta que alguien toma de mi brazo de forma firme, al mirar me doy cuenta de que no era quien yo creía.
- Elladan, por favor suéltame, quiero ir a mi habitación
- Lo hare, solo dime si estás bien- me dice soltándome
- Lo estoy, no te preocupes
- ¿Qué paso?- me pregunta con obvia tristeza en la voz
- Te contare después, creo que he cambiado de opinión, dame una hora y vamos a conocer el bosque
- Estaré ansioso- me responde dulcemente
Dos horas después nos encontramos el príncipe de Rivendell y yo caminado por el bosque, apreciando tanto fauna como flora, y charlando amigablemente. Yo, intentando a toda costa evitar el tema de porque Salí llorando de los comedores, pero bueno mis intentos no sirvieron de mucho porque el tema salió a la luz;
- Norie, sé que quizá no quieras hablar del tema, pero pues tengo que preguntar, ¿Por qué llorabas cariño?
- Tienes razón, no quiero hablar del tema pero supongo no tengo otra opción- Elladan asiente- supongo que solo son problemas de familia, ya no somos niños y pues creo que Légolas y yo tenemos muchas diferencias de opinión.
- Eso es muy común, pero por la misma razón de que no son niños, no debería de ser difícil. ¿puedo preguntar cuáles son sus diferencias?
- Son solo tonterías, nada importante- respondo cortante para terminar con la conversación
- Norie, yo no soy tonto linda, yo vi la cara de Légolas cuando me vio. Parece que vio un Balrog. Y vi su cara de molestia cuando te escolte a la mesa. Esta celoso de mí, y aunque la verdad me tiene sin cuidado lo que piense, si me importa el saber qué clase de relación tienen ustedes. ¿fueron novios en el pasado?
- Para empezar, yo no creo que sean esa clase de celos que tú crees. Légolas iba a casarse hasta hace unos días con Tauriel, pero pues creo que ahorita están pasando por un mal momento. Y bueno respondiendo a tu pregunta, no nunca fuimos novios, ni nada parecido. El rey Thranduil nos crio como a sus hijos, tenemos la misma edad, así que ambos nos vemos como hermanos, eso es todo. Por eso tomo esa actitud contigo, solo está siendo sobreprotector
- Mi amor, no sé si intentas tranquilizarme o de verdad eres muy ingenua. Yo también tengo una hermana y aunque la cuido y me preocupo mucho por ella, no tengo ningún problema en que alguien respetable la pretenda. Y bueno yo conozco a Légolas, y aunque no somos amigos cercanos la verdad es que las veces que hemos convivido no hemos tenido ningún inconveniente, hasta hoy.
- Son ideas tuyas, aparte no le hagas caso por favor.- cuando le digo esto se detiene y toma mis manos dulcemente entre las suyas y me mira.
- Tienes razón, lo único importante para mí, es el ser dueño de tu corazón- se acerca más y más a mí, y me abraza, recostando mi frente en su pecho, mientas inhalo su dulce aroma y cierro mis ojos pensando en cómo decirle que estoy enamorada de…
- ¡no es muy honorable que un caballero se encuentra así con una dama, y menos si no están comprometidos siquiera!- casi se detiene mi corazón al escuchar su voz
- Una disculpa, príncipe Légolas, pero nunca habíamos tenido ningún problema por esto, ni en Imladris ni en Lothlorien- le responde Elladan, con molestia evidente.
- A mí no me importa lo que piense Elrond ni Galadriel. En el reino de mi padre las cosas son algo diferentes, y se ve un poco mal que salgas solo con una dama. Se puede prestar a malos entendidos y a faltas de respeto hacia las señoritas.
- Y sobre todo si se trata de mí, ¿verdad príncipe?- le pregunta Elladan con burla en su sonrisa
- Elladan, esto no tiene nada que ver con usted. Es por Norie- Légolas clava sus ojos en mí, y me sonríe.
- Ya lo creo Légolas, tan preocupado estabas que viniste a espiar- dice Elladan, y yo veo en sus ojos el enojo contenido
- Para nada, vine porque mi padre quiere vernos Norie- me dice dulcemente- no imagine encontrarme con esta incómoda situación- me extiende su mano para que lo acompañe- aunque claro, usted también puede escoltarla al despacho del rey, si así lo desea Elladan.
- Claro que no, puedes escoltarla tú- dice mientras le cede mi mano- no es como que fuera una competencia- termina Elladan, yo tomo la mano de Légolas y damos media vuelta empezando a caminar hacia el palacio
- No, príncipe, no es una competencia por que no hay tal cosa- se despide Légolas, mientras yo siento los nervios de punta por la tensión tan grande.
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"Sin decir una palabra"
RomanceLegolas y Tauriel van a casarse, pero un antiguo amor aparece... Podrá el príncipe del bosque negro cumplir con su compromiso, o dejara que un amor adolescente lo consuma?