(Capitulo, narrado por Norie)
Han pasado dos semanas desde la confesión de nuestro amor, a partir de entonces no he notado la presencia de nadie, solo la de Légolas, mi amado príncipe. Desayunamos justos, comemos juntos, cenamos juntos, entrenamos juntos, paseamos juntos, bailamos, juntos. Tal parece que la única vez en el día en la que no estoy con Légolas es para dormir, pero en cuanto se despide de mí en la puerta de mi habitación con un dulce beso, me tiro en la cama y duermo con una sonrisa pintada en el rostro, y en mis sueños solo está el, mi príncipe. Ni he notado la presencia de Elladan, que aún no se marcha a Lothlorien, no sé si espera que yo le diga que iré con él, o algo así. La verdad es que no tengo interés en lo que pueda decirme, no sé si ya se dio cuenta de mi relación con Légolas, pero debió hacerlo ya, y bueno en cuanto a Tauriel, al principio me invitaba a caminar e incluso a desayunar juntas, pero creo que ya no le agrado tanto, porque las últimas veces que nos vimos ni siquiera me saludo. En cuanto a ella y Légolas, los he visto platicando a solas en los jardines varias veces, supongo tienen mucho que arreglar, no me he atrevido a preguntarle a Légolas porque la verdad siento que no me incumbe, ya que él tampoco me pregunta por Elladan.
Flashback:
Dos Elfos muy jóvenes se encuentran practicando con sus arcos en uno de los campos de entrenamiento del bosque negro, se les nota muy cansados…
- Légolas, vámonos ya. No soporto mis brazos, estoy muerta, dame al menos un respiro, llevamos haciendo esto desde que amaneció y ya es media tarde. Aparte no hemos comido nada.
- Norie, tenemos que esforzarnos más si queremos ser parte del ejercito de mi padre, aun nos consideran muy jóvenes pero cuando vean nuestras habilidades seguro nos tomaran en cuenta.
- Pero cuantas veces te diré que yo no tengo interés en ser parte del ejército, el que quiere estar allí eres tú. Solo estoy aquí para hacerte compañía mientras entrenas, pero yo no tengo esa ambición, ni tengo las fuerzas para lograrlo- la chica se aprieta la cabeza con ambas manos haciendo más evidente su frustración
- Deja de ser llorona Norie, tienes que aprender a ser fuerte- le responde el chico
- Y tú, por una vez en tu vida deja de tratarme como si yo fuera varón, soy una dama- a lo que Légolas levanta una ceja en señal de no entender bien lo que había querido decir la chica- ¿acaso nunca te has fijado como nos tratan los demás elfos a las chicas? Nos tratan con amabilidad, con cortesía, con ternura, las hacen sentir admiradas.
- Eso es porque preparan el camino para cortejarlas en algún futuro… descansemos un poco. Pero solo será un rato.
- Solo quisiera que me miraras como los demás lo hacen, como a una dama, y no como a tus demás amigos-
La chica da media vuelta y camina hasta unos almendros que se encuentran al lado del campo de entrenamiento. Légolas la sigue en silencio, pensando en lo que le dijo. Ella quiere ser tratada como una dama, y aunque el príncipe la considera su mejor amiga, lo cierto es que no puede dejar pasar por alto la gran belleza que posee. Rostro perfecto, de tez blanca; unos labios sonrosados que te mueres por probar, cabellera castaña que cae en hermosas hondas por la espalda, una figura excepcional, curvas que matan… pero sus ojos, jamás había visto a un elfo con esa clase de ojos, color entre almendra y canela, grandes y hermosos. Sin duda únicos. Al pensar en todo esto el príncipe no puede evitar sonreír y ponerse un poco rojo. Ella le gusta, aunque intente disimularlo. La chica llega hasta el lugar para descansar y se sienta en el tronco del árbol, recargando su espalda y su cabeza en el almendro, mientras el chico se sienta frente a ella en una roca y le da mantenimiento a sus flechas. Después de más de cinco minutos de silencio alguien por fin abre la boca;
- Me quede pensando en lo que dijiste, de cómo te tratan los demás elfos. ¿alguno te ha cortejado?
- Más de uno Légolas, y lo han hecho formalmente- contesta la chica son una sonrisa al ver la cara de molestia del elfo, quien se levanta dejando su flechas en el suelo, y camina hasta donde la chica para sentarse junto a ella
- ¿Cuántos?- pregunta el príncipe mirándola a los ojos, ella sostiene la mirada y le responde
- Ocho- dice la chica sin apartar la mirada ni un segundo, Légolas con su dedo índice izquierdo acaricia la nariz de ella. Guarda silencio un par de segundos y le contesta
- Nueve contándome a mí- la cara de Norie cambia a una de total confusión
- Tu nunca me has cortejado, ni siquiera te gusto
- ¿alguno de ellos te ha besado? Pregunta el elfo ignorando la reacción de la chica
- No Légolas, ya te dije aquel día que nadie nunca me ha besado
- Sé que nunca te había dicho nada, así que esos elfos me llevan ventaja. Pero esa ventaja se acaba ahora… - el príncipe toma a la hermosa elfo del rostro y atrapa sus labios en un cálido pero a la vez apasionado beso, el cual se vuelva cada vez más profundo… hasta que después de un par de minutos y con la respiración muy agitada se separan, mirándose a los ojos y sonriendo- Norie, además de mi mejor amiga, ¿me haría el honor de ser mi novia?
- Encantada- solo eso responde la chica, ya que la urgencia de volver a sentir esos labios contra los suyos es más fuerte y vuelven a fundirse en un lindo y romántico beso…
*Capitulo dedicado a @LegolasHojaVerde que me ha recomendado esta pagina... gracias de verdad...
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"Sin decir una palabra"
RomanceLegolas y Tauriel van a casarse, pero un antiguo amor aparece... Podrá el príncipe del bosque negro cumplir con su compromiso, o dejara que un amor adolescente lo consuma?