10. Jueves. Parte 3: Quiero estrenar el auto

1.3K 221 16
                                    

-Eso no va a ser necesario- Una voz gruesa habló desde la puerta haciendo que Zhan se relajara en el acto casi cayendo de rodillas por la seguridad que le transmitía esa persona. Se giró para mirarlo recargado despreocupadamente en el marco de la puerta, tan alto, tan varonil... tan sexy. – Yo me encargo de llevar a Xiao Zhan a su departamento.

-Xiao Zhan, ¿conoces a este hombre? - preguntó Yizhou molesto de ser interrumpido.

-Sí profesor, es un amigo y vino a recogerme- dicho esto tiró de su mano y tomó su mochila sin mirar de nuevo al profesor. - Buena noche.

Yibo entrelazó sus manos mientras salían del edificio en silencio, una vez que llegaron al estacionamiento y cubiertos por la oscuridad de este, Zhan abrazó al empresario enterrando el rostro en su cuello respirando su aroma que lo calmó al momento.

-¿Estas bien?- preguntó Yibo rodeándolo por la cintura con una mano mientras que con la otra le acariciaba la espalda lentamente.

-Ahora estoy bien- afirmó Zhan pero no se despegó de él. Lo cierto es que, aunque se había asustado al momento aquello desapareció en el instante en que escuchó a Yibo, ahora sólo quería sentirlo cerca de sí y aprovechó la oportunidad que se le presentaba. -Quiero salir de aquí.- pidió susurrando en el oído del empresario.

-Como desees- Zhan le dio las llaves del auto y subió al lado del pasajero. Yibo había despedido a su chofer en el momento en que había llegado a la universidad.

-Tengo hambre- comentó Zhan mirando por la ventana. Ahora que tenía a Yibo a su lado todo parecía mejor, se había relajado lo suficiente y su estómago se retorcía por comida.

Yibo no pudo hacer otra cosa que sonreír. Condujo a un restaurante de comida rápida pidiendo un par de hamburguesas para llevar, más una ración extra de papás a la francesa y una malteada a petición de su pasajero. Ya lo había visto comer así que no le sorprendió la cantidad de comida que había ordenado.

Una vez con la orden en su regazo Xiao no aguantó las ganas y comenzó a pellizcar las papas calmando su estómago por el momento sin prestar atención a dónde lo llevaba el castaño hasta que entraron a una enorme cochera.

-¿Dónde estamos?- Preguntó con la boca llena de papás.

-No creí que fuera buena idea que pasaras la noche solo, así que te traje a mi departamento.

Zhan tragó el bocado y tomó un sorbo de su malteada. Estaba decidiendo qué hacer en ese momento, podría manejar a su departamento si así lo quería, pero lo cierto es que no era lo que deseaba. Ambos seguían en el auto sin moverse y Zhan se giró hacía Yibo quién observaba cada uno de sus movimientos.

Cuando sus ojos se conectaron pudieron sentirlo, había deseo en esas miradas. Zhan desabrochó su cinturón y se acercó al rostro de Yibo quien hizo lo mismo, acarició su mejilla y comenzó a besarlo apasionadamente. Habían pasado tanto tiempo separados que necesitaba el contacto de la piel del joven sobre la suya.

-Quiero estrenar el auto- murmuró Zhan contra los labios de Yibo y saltó a su regazó.

Yibo de inmediato recorrió el asiento hacía atrás inclinando el respaldo para que tuvieran más espacio.

Zhan comenzó a gemir cuando Yibo recorría con su boca su cuello dejando pequeñas marcas en él retirando el suéter y la camiseta dejando expuesta la piel del pelinegro y de inmediato comenzó a devorar los dulces pezones frente a él mientras que el joven movía sus caderas sobre el miembro ya duro del empresario.

Con mucho esfuerzo, Zhan se deshizo de sus pantalones y ropa interior quedando totalmente desnudo sobre Yibo quién apenas si mostraba su torso, pero mirar a Yibo vestido y el sin una sola prenda lo excitó aún más. Tomó la mano del castaño e introdujo en su boca un par de largos dedos lamiéndolos y succionándolos, como si fuera aquella otra parte de su cuerpo, cuando estuvo satisfecho de ver lo que había provocado en el mayor, los introdujo un poco más llenándolos de suficiente saliva y los guio a su entrada.

Yibo de inmediato captó los deseos del joven y los introdujo al mismo tiempo provocando que Zhan temblara sobre él y lo besara de nuevo profundamente. Poco a poco comenzó a aumentar la velocidad con que introducía ambos dedos a la misma medida que aumentaban los jadeos del Xiao pidiendo por más.

Con manos temblorosas por la excitación desabrochó los pantalones del empresario y bajó la trusa para liberar su enorme y goteante miembro que ya estaba listo para penetrarlo. Cansado de juegos previos acomodó sus caderas para recibirlo. Tomó el rostro de Yibo entre sus manos y lo miró profundamente a los ojos mientras poco a poco se empalaba a sí mismo en la erección del castaño.

-Ah... Zhan... eres tan jodidamente erótico... me gustas, me gustas mucho- afirmó Yibo besándolo, lo sostuvo de sus caderas con más fuerza de la necesaria deleitándose con la hermosa figura de un Xiao totalmente desnudo y gimiendo descontroladamente, lo montaba con el rostro descompuesto. Yibo se derretía ante lo que estaba sintiendo, y no sólo por la dulce presión en su miembro, sino por la gama de emociones que el joven despertaba en él.

-Ahhh Yibo... eres tan perfecto- respondió Zhan entre jadeos – A mí también me gustas y mucho- dijo repartiendo dulces besos en todo el rostro mientras su interior se acostumbraba a la gran intromisión en su parte baja.

Cuando se sintió listo comenzó un vaivén más pronunciado enredando sus brazos en los hombros de Yibo en busca de soporte. Lo extrañaba, esa era la verdad en su corazón, Xiao extrañaba a Wang Yibo, su piel, sus besos, caricias, palabras... su olor. Las mariposas en su estómago no tardaron en revolotear conforme aumentaba su excitación.

Yibo ayudaba con las penetraciones con sus manos en las caderas de Zhan quien no paraba de gemir con cada embestida que tocaba el punto exacto que lo llevaba a las nubes.

-Córrete conmigo, Zhan- pidió Yibo sintiéndose cerca de su orgasmo.

-Lo que desees- respondió Zhan besando de nuevo esos labios tan adictivos para él.

Unas embestidas más y ambos se sintieron tocar el cielo manteniéndose abrazados disfrutando de los dulces espasmos del orgasmo y del cuerpo del otro hasta que sus respiraciones volvieron a la normalidad.

-Eres increíble, Zhan- dijo Yibo besándolo tiernamente.

Zhan le regaló una dulce sonrisa que paralizó por un momento a Yibo, pues pudo reconocer el sentimiento que transmitía esa mirada... amor, Zhan lo miraba con amor en los ojos, aunque claro, acababan de experimentar un orgasmo monumental así que fácilmente podría ser sólo el resultado de la plenitud que provocaba la actividad en sí y aunque intentó no pensar mucho en el asunto, lo cierto es que sintió su corazón inflamarse tanto que casi no cabía en su pecho.

-Tengo hambre- dijo Zhan separándose de los brazos de Yibo.

-Pero si acabas de comer, ¿aún quieres más? - bromeó el castaño con una sonrisa juguetona ganándose un golpe en el hombro.

-Desvergonzado, sabes bien a qué me refiero. Quiero mi hamburguesa. - Zhan tomó su ropa y comenzó a cubrir su cuerpo cuando se percató que su semen había manchado el traje del empresario. - Yo lo lamento, no quería arruinar tu traje. - se disculpó.

-Yo no lo lamento, - contestó Yibo besando su mejilla- bien valió la pena.

Servicio ConcluidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora