7. Miércoles: Nada más de por medio

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-¡Hey!, Zhan- llamó Cheng acercándose al pelinegro quien guardaba sus cosas en su mochila. La noche anterior se quedó sin acrílicos para continuar con su trabajo, era engorroso tener que salir y conseguir los tonos correctos, pero no tenía opción. – Creí que aún no habías terminado tus cuadros.

-Tengo que ir a comprar material, regresaré por la tarde- dijo caminando a la salida acompañado de su amigo- Por cierto, ya tengo tu comisión por el último trabajo.

-Esta vez fue uno grande, ¿eh?- comentó Cheng un tanto orgulloso de haber participado en una noticia nacional, aunque desde las sombras.

-Eso parece. -Dijo sin darle mucha importancia. - ¿Borraste todas mis huellas?

-Sabes que sí- le confirmó- Todo pasa por mis manos antes de llegar a Jackson, borré todos tus datos, contacto y conversaciones antes de liberar la información.

-Gracias. - le dijo sonriendo – Jamás haría algo así si no te tuviera de respaldo.

-Tranquilo Zhan, te tengo cubierto hermano. – dijo Cheng palmeándole el hombro para brindarle seguridad.

-No te olvides de mí. - Yubin los había estado siguiendo unos pasos atrás poniendo su brazo sobre el hombro de Zhan- Si a este idiota se le pasa algo, tienes respaldo legal asegurado.

-No sé qué haría sin ustedes, de verdad- agradeció Xiao.

Acercándose a la entrada del edificio notaron una pequeña multitud que casi les impedía el paso.

-¿Ahora qué sucede?- se quejó Cheng con el ceño fruncido.

-Vamos a ver- sugirió Yubin jalando a Cheng a su lado.

-Yo tengo que irme, luego me cuentan qué es- dijo Zhan, tenía curiosidad por el alboroto, pero era más su urgencia de regresar y acabar con sus pendientes.

-¿Qué ese no es Wang Yibo de las empresas Wang?- comentó Yubin estirando su cuello por encima de las cabezas amontonadas.

Zhan detuvo sus pasos al momento con el corazón latiendo a mil por hora. "No, no puede ser... él no sabe en qué universidad estudio" pensó dudando si regresar y acercarse o escabullirse entre el gentío. Si el empresario se encontraba ahí por coincidencia sería un encuentro incómodo. No era la primera vez que una persona importante visitaba la universidad, ya que era privada y con mucha reputación, muchas empresas hacían reclutamiento de recién egresados prometedores, hacían "aportaciones" para asegurar a los mejores candidatos.

Dudó por un momento mordiéndose el labio, pero decidió que la privacidad del cliente era más importante que sus ganas de encontrarse con Yibo no obstante su corazón quería acercarse, aunque sea para verlo de lejos. Apretando sus puños dio media vuelta para alejarse.

-¡Xiao Zhan!- escuchó su nombre en lo alto. Un rubor intenso cubrió su rostro cuando distinguió la voz profunda del hombre que lo había llamado haciendo que todo el bullicio desapareciera dejándolo congelado en su lugar.

Como en una película, las personas se hicieron a un lado dejando paso libre entre el empresario y el pelinegro quien lentamente giró sobre su eje con los ojos bien abiertos y entonces lo vio, alto, elegante y malditamente atractivo recargado en un auto color rojo quemado con un gran moño negro sobre el cofre. Jugaba con un objeto en sus manos con sus largos dedos y lo miraba fijamente con una sonrisa torcida.

Zhan se quedó sin aire en sus pulmones de hecho, había olvidado cómo funcionaba eso de respirar, abrió un par de veces su boca sin que esta emitiera algún tipo de sonido como un pez fuera del agua y de seguro se hubiera desmayado por la falta de oxígeno si Cheng no le hubiera dado una fuerte palmada en la espalda obligándolo a reaccionar.

Servicio ConcluidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora