Zhan se despertó temprano, como siempre, tenía una rutina y como reloj abrió los ojos a las 8 de la mañana, aunque esta vez le costaba trabajo tomar la decisión de levantarse, se sentía tan bien y tan cómodo donde estaba que no quería moverse hasta que sus ojos se abrieron lentamente. Le tomó un par de segundos recordar dónde se encontraba. Un fuerte brazo lo sostenía por la cintura y sin proponérselo sonrió acariciando aquella mano en su estómago, pero la realidad le llegó de golpe. Sabía que no era sano sentir aquello que estaba sintiendo. "Wang Yibo es sólo un cliente", se recordó y muy forzosamente retiró la mano que lo sostenía levantándose de la cama. Evitó con todas sus fuerzas mirarlo, pues sabía que no podría irse si lo hacía una vez más. Con un suspiro se dirigió al baño pues la noche había acabado y tenía que retirarse.
Salió de la ducha con una toalla en su cintura. Buscaba su muda de ropa para hacer su rutina de provocación para cautivar a su cliente, pero al parecer este cliente se encontraba exhausto porque no daba señales de vida. Un poco desilusionado retiró la toalla sin mucho teatro y se dispuso a vestirse.
-¿Cuánto por el fin de semana?
Yibo había despertado desde que el joven había acariciado su mano lentamente y lo vigilaba discretamente cuando deambulaba por la habitación cuando salió de la ducha. Al verlo completamente desnudo sintió la urgencia de volver a tomarlo ahí mismo, pero era consciente de que la noche y el contrato habían terminado... aunque él estaba lejos de dar por concluida la sesión.
Zhan sonrió ante la pregunta, pero no dejó de vestirse lentamente frente a él.
-Treinta mil por el fin de semana completo- contestó mirándose al espejo terminando de acomodar su cabellera.- y en otra ocasión me encantaría, pero este fin de semana me es imposible.
-¿Tienes otros compromisos?- preguntó un poco molesto Yibo.
Zhan se giró a mirarlo con el ceño fruncido. Una parte de él estaba contenta de que el castaño no quisiera dejarlo ir, pero otra parte recordó aún sus proyectos pendientes que tenía que entregar pronto antes de que acabara el semestre.
-Tengo responsabilidades que no puedo evadir- contestó acercándose a la cama. Yibo se veía tan condenadamente sexi. La sábana apenas si cubría su sexo dejando todo lo demás expuesto. Le entraron unas ganas increíbles de besarlo antes de irse y rompiendo sus propias reglas subió a la cama tomando el rostro del castaño besándolo profundamente. Se sentía bien.
Con lo que no contaba es que eso sólo provocó a Yibo quien sin darle la oportunidad de escapar lo envolvió en sus brazos y lo rodó sobre la cama quedando sobre él. El beso se hizo más profundo y pasional hasta que el aliento les faltó a ambos. Entonces Yibo comenzó a besar su mandíbula, su cuello – Cincuenta mil si te quedas todo el fin de semana.
Zhan lo miró sorprendido. La verdad es que nadie le había ofrecido tanto por un fin de semana entero, de hecho, sólo un par de clientes estuvieron dispuestos a cubrir esa cuota. La indecisión lo asaltó, estaba ahorrando para comprarse un auto y con esa cantidad podía cubrir el depósito y el seguro.
Yibo esperaba su respuesta mirándolo a los ojos, estaba dispuesto a subir la cantidad hasta que Xiao aceptara su propuesta, le sorprendió que no exigiera un poco más.
Zhan sonrió y como respuesta enredó sus brazos en el cuello del castaño atrayéndolo para seguir besándolo. Yibo sonrió contento y deslizó sus manos por debajo de la camiseta del joven, estaban tan sumergidos en lo que hacían hasta que el estómago de Zhan rugió exigiendo comida.
Ambos se quedaron helados ante aquella exigencia hasta que estallaron en sonoras carcajadas, Zhan apenado por su estómago y Yibo enternecido por la situación. Aquel simple momento hizo sentir a Zhan de nuevo incomodo y comenzó a cuestionarse si había sido buena idea aceptar pasar más tiempo con ese hombre que le provocaba extraños sentimientos, pero ya era demasiado tarde para retractarse.
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Servicio Concluido
Fanfic-Por si en algún momento requieres mis servicios- contestó el pelinegro a la pregunta en sus ojos con una sonrisa coqueta. Antes de irse se volvió y le regaló un guiñó. Wang Yibo no pudo hacer otra cosa que sólo verlo partir en compañía de alguien m...