Zhan despertó con el corazón latiéndole fuertemente en medio de una habitación desconocida sumida en la oscuridad. Se enderezó un poco para constatar que no había nadie entre las sombras. Recordaba muy poco de su pesadilla, pero eso no disminuía el temor que le había generado.
Se sentó abrazando sus piernas tratando de calmar su mente, pero conforme pasaba el tiempo su corazón latía más rápido e imaginaba peores escenarios donde podía verse a sí mismo recluido en una oscura habitación completamente solo o muerto, justo como esos reportajes mostraban una y otra vez sobre Haoxuan. Comenzó a sentirse muy pequeño en la habitación. Ni siquiera podía llamar a Cheng o Yubin.
Eran las tres de la mañana. Con paso lento se dirigió a la habitación de Yibo con la intención de recuperar su celular confiando en que el empresario se encontrara dormido.
Afortunadamente la puerta no estaba cerrada, empujo un poco tratando de hacer el menor ruido posible y se acercó lentamente a la cama para asegurarse de que el castaño dormía, lo cual fue un error de su parte, porque pudo ver la figura bien delineada del empresario apenas cubierta por una delgada sabana que se pegaba perfectamente a su cuerpo y como si fuera un imán siendo arrastrado por otro más grande se acercó lo suficiente para poder apreciarlo a detalle, recorriendo con su mirada el contorno de sus piernas, su virilidad perceptible, su abdomen firme y sus pectorales bien marcados, tragó duro al comenzar a sentirse un tanto excitado hasta que el aliento se le atoró en la garganta cuando notó los ojos de Yibo clavados en su rostro.
Intentó alejarse, pero el castaño fue más rápido y lo tomó de la mano jalándolo firmemente haciéndolo caer sobre sí.
Zhan no quiso pensar en nada hundiéndose en la profundidad de los ojos cafés que lo miraban con intensidad, lentamente Yibo acarició la mejilla del pelinegro quien se inclinó un poco para poder besarlo sin ser realmente consciente de sus actos restregando su cuerpo sobre el de Yibo quien lo envolvió entre sus brazos comenzando a despojarlo del pijama.
Zhan se incorporó para retirar las sabanas que cubrían aquel cuerpo que necesitaba tanto sacando la camiseta de Yibo y el resto de su ropa quedando totalmente desnudo regresó a besar los labios color durazno hundiéndose en los ojos que lo miraban con deseo... y algo más.
Yibo lo envolvió en sus brazos alejando la parte racional que le decía que aquello no era correcto, invirtió su posición aprisionando el delicioso cuerpo de Zhan bajo de él devorándolo con dulces besos y mordidas en su camino a su objetivo.
Tomó el miembro de Zhan que ya se encontraba duro y goteando por las caricias recibidas ganando un largo y sonoro gemido de la garganta del pelinegro quien arqueó su espalda debido a la manipulación sobre su erección la cual se intensificó cuando Yibo la devoró envolviéndola con su lengua.
-Ah... Yibo- gimió Zhan enredando sus dedos en la cabellera del otro comenzando a mover sus caderas para mayor placer. El toque era tan intenso como su añoranza por Yibo que no tardó en correrse dentro de la boca del empresario.
Zhan tomó el rostro de Yibo guiándolo a sus labios y lo besó probándose a sí mismo con los restos de su semilla dentro de aquella boca que había extrañado tanto.
Yibo gimió al sentir la lengua de Zhan enredándose con la suya, la excitación era demasiada por lo que dirigió su mano a la entrada de Zhan para comenzar a masajearla. El pelinegro retiró aquella mano traviesa y la dirigió a su boca engullendo un par de largos dedos ante la mirada lujuriosa de Yibo que no perdía detalle. Depositó una cantidad considerable de saliva y los volvió a colocar en su entrada la cual Yibo comenzó a follar con sus dedos obteniendo de nuevo suaves gemidos de Zhan entre sus labios.
Cuando el empresario no pudo controlarse más retiró sus dedos, tomó ambas rodillas de Zhan para abrirlas un poco más y guiando su erección la acomodó justo en aquella entrada que pedía por él. Lentamente comenzó a invadirlo mientras Zhan se abrazaba a sus hombros hundiendo su rostro en el cuello de Yibo repartiendo ardientes besos que iban a dejar marcas al día siguiente.
Cuando lo sintió totalmente dentro de sí, Zhan tomó el rostro de Yibo mirándolo directamente a los ojos. -Dios, te extrañé tanto – sintió la primera embestida mientras el castaño lo miraba con adoración ante sus palabras – Ah... Yibo... te amo tanto- confesó sin pensar siendo presa de las sensaciones que sentía en el momento haciendo que Yibo se quedara congelado ante lo que acababa de escuchar mirando a Zhan intentando saber si era cierto aquello que había escuchado.
Zhan se percató tarde de lo que había dicho, pero ya lo había hecho, no había marcha atrás. Una vez liberadas aquellas palabras ya no tenía sentido seguir ocultando sus sentimientos, después lidiaría con las consecuencias, pero ahora, en ese momento no había forma de detenerse. Beso de nuevo sus labios moviendo sus caderas para incitar otra embestida la cual sintió de inmediato. Yibo lo seguía mirando directamente a los ojos – Te amo- le repitió contestando a la duda pintada en el rostro del castaño- Te amo, te amo, te amo.
Con cada palabra recibía una embestida más fuerte y profunda gimiendo sonoramente.
-¡Zhan!- le dijo Yibo acariciando su rostro tiernamente sin perder el contacto visual – Yo te amo- confesó Yibo con su voz ronca – Te amo Xiao Zhan, te amo y ahora no hay forma de que te vuelvas a escapar de mi lado. Jamás te dejaré ir, Baobei.
Zhan sonrió ante aquellas palabras porque los dulces ojos castaños de Yibo le confirmaban que era verdad. Lo envolvió con sus brazos por el cuello besándolo rudamente cuando las embestidas volvieron a incrementar de velocidad. Un par de lágrimas resbalaron de sus ojos cuando el orgasmo lo golpeó manchando ambos vientres al mismo tiempo en que se sentía lleno de la semilla de Yibo en su interior y lo envolvió con sus piernas repartiendo besos en todo el rostro del empresario.
-Te amo, te amo, te amo- repetía una y otra vez abrazando a ese hombre sin poder negar por más tiempo lo que sentía. Ahora al saberse correspondido, el pronunciar esas palabras le sabían a miel en su boca.
-¿Por qué tardaste tanto, Baobei?- preguntó Yibo sonriendo de oreja a oreja mientras sentía los labios de Zhan por todo su rostro. -Te amo Xiao Zhan, desde la primera vez que te vi en ese balcón... desde ese momento no tuve otra opción más que amarte.
-¿Y tú, por qué no dijiste nada antes?- le recriminó Zhan quien no podía dejar de besarlo.
-¿La verdad?- preguntó Yibo mirándolo a los ojos acariciando su rostro. Zhan asintió ante su pregunta.- No me creí con la suerte suficiente como para que me correspondieras. Eres la criatura más excepcional que he conocido en mi vida. Eres increíble, Xiao Zhan.
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Servicio Concluido
Fanfiction-Por si en algún momento requieres mis servicios- contestó el pelinegro a la pregunta en sus ojos con una sonrisa coqueta. Antes de irse se volvió y le regaló un guiñó. Wang Yibo no pudo hacer otra cosa que sólo verlo partir en compañía de alguien m...