25.

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Seis años después...

Lisa había tenido una vida normal, Jisoo, Rosé y Jacob seguían siendo sus amigos, se sentía feliz con su vida, era una fotógrafa exitosa y amaba lo que hacía, solo que jamás había encontrado a alguien que la hiciera feliz como Jennie, ella seguía dejando ese hueco en su corazón.

Irónicamente ahora estaba comprometida con Irene, así es, la misma chica que le hizo la vida imposible, la misma amiga de Jennie que le hizo mío bromas en preparatoria.

Se reencontraron en una exposición de fotografías, donde Lisa era la invitada especial, ellas habían hablado e Irene le explicó que todo el tiempo le hacía bromas porque estaba enamorada de ella y no quería que se burlaran de ella, su orgullo pudo más.

Con el tiempo se conocieron más, Irene siempre mostró interés, Lisa terminó aceptando ser su novia porque quería a alguien a su lado para poder reemplazar ese espacio vacío que dejó Jennie, pero no, nadie se comparaba a ella, nada era como ella.

Lisa amaba la compañía de Irene, ella era una persona linda pero jamás se sintió atraída por ella, la quería más como una amiga.

Rosé y Jisoo estaban casadas, estaban a punto de adoptar un niño, Lisa se alegró cuando sus amigas le dieron la noticia, ella hubiera querido tener algo así de lindo con Jennie, pero eso jamás sucedió.

Jacob seguía perdidamente enamorado de su mejor amiga, Lisa, se había casado una vez pero no funcionó, el sabía que no había nadie como Lisa, nadie podía reemplazarla, su corazón aún le pertenecía.

El se sentía orgulloso de la persona en la que se había convertido Lisa, una gran fotógrafa que viajaba por todo el mundo, llena de logros y dinero, le dolía el echo de que jamás había podido ser nada de ella más que su amigo y ella solo lo veía de esa forma, pero el decido quedarse, decidió estar ahí para seguir a su lado.

Lisa estaba en su oficina, balanceándose en su silla de cuero, mirando hacía el techo con un bolígrafo en su dedo, jugaba con el nerviosa, cuando de pronto llamaron a su puerta, lo cuál se le hizo extraño, ya que era de noche.

- ¡¿Eres un asesino serial?!, ¡¿Debería llamar a la policía?!- Exclamó aún dando vueltas en su silla.

- ¡Somos nosotros idiota!, ¡¿Podemos pasar?!- Exclamó Rosé del otro lado de la puerta.

- ¡Pueden pasar!- Gritó confundida, pues no entendía porque sus amigos estaban a esa hora ahí.

- ¡Feliz cumpleaños a ti!, ¡Feliz cumpleaños a ti!, ¡Feliz cumpleaños querida Lisa, feliz cumpleaños a ti!- Cantaban sus amigos al unísono, entrando a su oficina con un pastel.

- Pide un deseo- Dijo Jisoo con una sonrisa enorme en su rostro.

Lisa se acercó a aquel pastel, soplando las velas, su dedo fue encontrar a Jennie y decirle lo mucho que la extrañó.

- ¡Bravo!- Aplaudieron todos.

- ¿Que pediste?- Preguntó está vez Jacob, esbozando una sonrisa.

- Si lo digo no se cumplirá tonto- Le dio un pequeño golpe en el abdomen a el chico.

- Te notó un poco sorprendida, ¿Estás bien?- Rosé acarició el hombro de su amiga.

- Estoy bien, es solo que... Con todo lo del viaje he estado estresada, ¿Que tal si no les gustan mis fotografías?- Pasó sus manos por su cabello, enredándolo un poco.

- Lisa, te escogieron a ti entre todos esos fotógrafos, exhibiras tus fotografías en una de las mejores exhibiciones de arte en todo Europa, por favor no seas tonta, jamás dudes de ti- Reclamó Rosé, acariciando el hombro de Lisa.

- ¿Irán conmigo?, Los necesito allá- Alzó la mirada a sus amigos, quienes tenían una enorme sonrisa en sus rostros.

- ¡Por supuesto que sí!, Más que tú equipo de trabajo, somos tus amigos y básicamente tu familia, siempre estaremos ahí para ti- Lisa se levantó de su silla y abrazó a todos.

- Los amo malditos fracasados- Dijo entre risas.

                          *****

Kai entró a aquel departamento, era muy pequeño y siempre estaba echo un desastre, odiaba caminar por ahí y siempre tropezarse con algo en su camino.

Llegó hasta la sala, donde estaba ella sentada en el sofá, como la mayoría de las veces.

- Jennie, ¿Otra vez estás inhalando esas porquerías?- Preguntó enojado viendo como Jennie pasaba ese polvo blanco por su nariz.

- ¿Que quieres Kai?, Te he dicho que no me busques cada cinco minutos, ¡Me asfixias carajo!- Reclamó, su voz sonaba irritada y ronca, a penas y podía formular las palabras.

- Jennie, estoy protegiéndote, mírate, eres un desastre, la maldita exhibición es dos horas y tú estás drogandote ¡Por Dios!- Señaló aquella sustancia.

- ¡Ya te dije que es para calmar los nervios!, ¡Es más, tu no tienes porqué meterte en mi vida!, No eres mi maldito padre- Balbuceo.

- No lo puedo creer, llevas seis años viviendo en esta maldita posilga, tienes el suficiente dinero para comprar una casa grande y linda pero ¡No!, Prefieres fundirte en tu maldita depresión, ¡Estoy harto de cubrir tus desastres!- Kai decía la verdad, le tenía aprecio a Jennie y odiaba verla así.

- ¡Pues lárgate de mi vida!, ¡Házlo, házlo como todos lo hacen!, Ya estoy acostumbrada a eso- Su última frase la dijo en un susurro, recordando a Lisa.

- Mira. Has lo que quieras, solo espero que para la exhibición no estés drogada o estarás en serios problemas, está es una oportunidad increíble para que saltes más a la fama como pintura- Kai salió del apartamento, cerrando fuertemente la puerta.

En cuanto lo hizo, Jennie lanzó una botellas de vodka a esta, con coraje, odiaba si vida, había cumplido su sueño de ser pintora, era muy conocida en Europa, pero ni la fama ni el dinero la hacían sentir como Lisa, ella era la única que podía hacerla sentir bien, feliz.

Todas las noches le susurraba a la luna, esperando que Lisa pudiera escucharla, su corazón se rompió cuando vio a Lisa a puntos e tener algo con Jacob, pensó que solo había jugado con ella, como todos lo hacían.

La extrañaba, extrañaba su olor en sus sábanas, de verdad le dolía todo lo que pasó pero mataría por tenerla a su lado y decirle que la amaba, que no importaba si la engañaba, quería estar con ella todo el tiempo.

Sin darse cuenta, la primera noche que estuvo alejada de Lisa, dibujó su rostro en aquella pintura que ya tenía su silueta, si que le había roto el corazón.

Jamás había dibujado a nadie, solo había dibujado a su madre y sabía que la dibujo porque la extrañaba, porque le había roto el corazón al saber que había muerto, era por eso que en ese momento decidió que no dibujaría a nadie, a menos de que esa persona le hubiera echo daño. Mucho.

Y tenía su habitación llena de dibujos de Lisa, sus ojos, esos ojos redondos y grandes. Sus manos, esas manos marcadas por algunas venas que le encantaba, le encantaba que sus manos fueran más grandes que las suyas. Su hermoso rostro, ese rostro que la tenía loca, incluyendo esos labios de los cuales se enamoró por completo.

Dibujos a lápiz, pinturas a color y pinturas al óleo, no importaba, solo tenía que tener algún recuerdo de Lisa.

Jennie estaba nerviosa, la habían escogido para una exhibición de arte, una de las más importantes de todo Europa, lo había logrado, uno de sus sueños, pero se sentía vacía, todo su mundo se caía cada vez más, su padre había fallecido hace unos meses, a pesar de que algunas veces lo odiaba por ser tan duro con ella, en el fondo lo amaba y lo extrañaba.

Algunas veces necesitaba esas bofetadas, de verdad las necesitaba, necesitaba saber que su padre estaba ahí, aunque sea para humillarla, pero sabía que no era así.

•Freak• ~[JENLISA] °Reescribiendo°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora