•Ｆｒｅａｋ• ~[JENLISA] °Reescribiendo°

29.

Lisa no podía dejar de pensar en ese beso, se sintió tan bien volver a probar esos labios, Jennie definitivamente no había perdido su esencia y mucho menos su sabor dulce.

Lisa ahora estaba en su lujusa casa en Corea, junto a su prometida, pensando en que pasaría ahora, ¿Se cansaría?, ¿Acaso ya no quería hacerlo?, Todo era muy confuso y no podía decidirlo tan fácil.

Irene había escogido todo para la boda, todo estaba listo, el vestido, la comida, el lugar, las damas de honor que serían Rosé y Jisoo, los invitados, todo sería perfecto, excepto que la única en parecer emocionada era Irene.

Ella había visto a Jennie y Lisa en el baño del aeropuerto, vio ese beso que le pareció dolorosamente lleno de amor , lo sabía, Lisa correspondió el beso y parecía feliz de hacerlo, besaba a Jennie como nunca la besó a ella y eso le dolía, pero estaba dispuesta a soportar un engaño porque de verdad amaba a Lisa y no quería perderla.

Se arrepentía de no haberse acercado a ella en preparatoria, tal vez si lo hubiera echo, las cosas serían diferentes ahora, tal vez Lisa la amaría a ella y no a Jennie, se sentía tan estúpida.

Jennie e Irene habían sido amigas desde el primer día en que entraron al colegio, ambas compartían gustos y sus familias eran adineradas, eso era suficiente para que se llevarán bien.
Irene tomó un gran rencor hacía Jennie por poder acercarse a Lisa a pesar de las burlas que le hacían, sintió envidia porque ambas se llevaban bien.

Irene amaba a Lisa en secreto, incluso algunas veces la seguía cuando iba a casa, otros dirían que era una acosadora pero lo único que Irene quería, era poder ver a Lisa sin que se burlaran de ella, su corazón literalmente latía por Lisa.

Irene tenía su cabeza recargada en el pecho de Lisa, usándola como almohada mientras veían una película, alzó su mirada y se encontró con ese rostro que la hacía suspirar desde los quince años, sus ojos tenían un brillo único, solo podía mirarla a ella.

Recordó esa vez, cuando había pasado un año de su graduación, estaba triste porque ya no veía a Lisa y jamás tuvo la oportunidad de decirle lo que en verdad sentía por ella.
Caminaba por ese centro comercial, cuando de pronto la vio ahí, de pie afuera de un local de tecnología, viendo una cámara, inmediatamente sonrió al ver a su amor nuevamente.

Se acercó a ella y Lisa le dedicó una sonrisa, dudosa porque no sabía cuáles eran las intenciones de Irene. Después de un tiempo se hicieron cercanas, Irene se había disculpado por el pasado y no podía estar más feliz porque Lisa aceptó sus disculpas y ahora eran como mejores amigas.

Un día Irene no lo soportó más y beso a Lisa, quién solo siguió el beso y aquello fue un gran error, porque hizo que Irene se ilusionara y creyera que Lisa la amaba, pero no era así, Lisa solo tenía ojos para una pelinegra de ojos felinos. Quería olvidar a Jennie y encontró la oportunidad perfecta de hacerlo cuando Irene le dijo lo que siempre había sentido por ella.

En ese entonces solo eran chicas universitarias, no tenían mi idea de lo que hacían, pero con el tiempo su lazo se fue haciendo más grande, al punto de que Lisa no pudo escapar de los brazos de Irene y ella lo sabía, sabía que Lisa no se sentía cómoda con ella, lo sabía cuándo la miraba a los ojos, no tenía esa mirada llena de vida y alegría cuando miraba a Jennie, no era lo mismo.

Irene trató de ser como Jennie pero jamás lo logró, sentía envidia de esa mujer, siempre tuvo un encanto especial, que hacía a todos babear y Lisa no era la excepción, Jennie seguía plasmada en los pensamientos de la tailandesa e Irene podía notarlo.

Se perdió en sus pensamientos, sin dejar de ver a su prometida ni un segundo, una lágrima comenzó a caer por su mejilla, ella cerró los ojos fuertemente y sollozó por lo bajo, rezando para que Lisa no la escuchara, pero está si lo hizo e inmediatamente la miró.