En el verano de 1983 nace una relación llena de aventuras, pasión y encanto entre un americano y un británico. Pero eso surgió en una época donde todavía la sociedad veía ese tipo de relaciones como el pecado más asqueroso y enfermizo que un hombre...
ADVERTENCIA: Este capítulo conlleva relatos explícitos y podría generar sensibilidad para algunxs. Mi intención no es 'sexualizar' a los chicos, sino intento imaginarme a los personajes dejando en claro que sólo es un FanFiction, por lo cual insisto en que se centren en los personajes<3
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Jimin se sentía feliz.
Jugaban voleibol con sus amigos y cercanos, Jungkook obviamente no iba a estar ausente para su chico y conformaban el mismo equipo. El pelinegro era bueno en todo lo que hacía, según el rubio. Era bueno en los deportes, cocinando, cantando, besando, hablando y cualquier cosa que sea lo hacía bien.
Jungkook tenía muchas ganas de levantar a su chico en sus brazos cada que este hacía un punto pero se limitaba al darse cuenta dónde estaban y con quiénes estaban.
La tarde había sido una que le recordó mucho a su infancia en los veranos que visitaba ese lugar. Recordaba haber conocido a Irene, Jongin y Cristopher por sus padres ya que visitaron la casa por la amistad del matrimonio Park. Desde muy pequeños jugaban y se distraían con cualquier cosa.
Los equipos se conformaban por 6 integrantes en cada uno, pero pareciera que Jimin y Jungkook eran los más destacados. También parecía que sólo ellos existían ya que sólo escuchaban sus halagos. Estaban en su propio mundo...
Luego de un par de rondas más de juego, los más jóvenes se fueron a beber a una especie de quincho. Los amigos de Jimin conversaban animadamente con Jungkook quien bebía vodka de su vaso. Jimin sólo estaba observando su alrededor, algo impaciente por querer estar a solas con Jungkook. Pero no chistó, se unió luego a la conversación de los demás e intentar distraerse.
"¿Todo en orden, corazón?" le susurró el pelinegro al notarlo un poco inquieto.
"Quiero estar contigo" respondió bajito, parecía un niño pequeño explicándole a sus padres qué quería. Kook sonrió.
"Pero ya estás conmigo, muñeco" rió mirándolo y acariciando su espalda baja cautelosamente.
"No, estamos con más gente. Quiero estar a- a solas contigo, sólo tú y yo" susurró como si suplicara.
"Ooh" expresó con una sonrisa ladina. "Ya entiendo, ¿quieres que vayamos adentro un momento?" sugirió levantándose y ofreciéndole su mano a Jimin. Éste asintió de inmediato, correspondiéndole la ayuda levantándose. "Chicos, nos esperan un momento?" le habló el más alto a Irene, Jongin y Cristopher. "Iremos a buscar algo a casa" explicó y los tres amigos asintieron, dándoles pase a que los dejaran.
Ambos atravesaron el patio hacia la casa pero antes de llegar, Jimin notó la presencia de alguien.
"Qué mierda hace ella aquí" murmuró molesto, deteniendo sus pasos y desconcertando a Kook por sus palabras.
"¿Quién?, ¿dónde?" preguntó intentando buscar a esa persona, lográndolo.
"¿Porqué vino?" miró el rubio a su acompañante quien parecía igual de molesto. Karina los estaba observando desde uno de los muchos asientos que habían. Con una expresión malvada y fija.
