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Durante el fin de semana en que Jungkook viajó para ver a Jimin, los eventos se desarrollaron de la siguiente manera: tan pronto como llegó a la ciudad de Jimin, se mantuvo en contacto constante con su esposa, como había prometido. Jimin, por su parte, tuvo suerte de que Taehyung no estaría presente ese fin de semana, ya que había ido a visitar a su familia. Esto creó un ambiente de emoción entre Jungkook y Jimin, quienes pudieron disfrutar de su tiempo juntos sin interferencias.

Durante esos días, la ausencia de Taehyung permitió que su relación floreciera aún más, consolidando su conexión especial.

Después de dos meses sin verse, Jimin y Jungkook finalmente se reunieron en el hotel donde Jungkook se había hospedado. La tensión acumulada por la espera se podía sentir en el aire, y ambos se miraron con una mezcla de deseo y anhelo. Habían extrañado tanto estar juntos que era inevitable la intensidad del momento.

Entre risas nerviosas y miradas cómplices, se adentraron en la habitación que sería testigo de su reencuentro. La emoción de volver a estar uno al lado del otro después de tanto tiempo se tradujo en gestos cariñosos y miradas profundas. La conexión entre ellos era innegable, como si el universo conspirara para que se encontraran en aquel momento y lugar.

Sin necesidad de palabras, se dejaron llevar por la pasión y el deseo que habían estado reprimiendo durante su separación. Cada roce, cada mirada, cada suspiro era una declaración silenciosa de todo lo que habían extrañado el uno del otro. En un arranque de deseo contenido, se fundieron en un beso apasionado que encendió la habitación.

El tiempo se detuvo mientras se entregaban el uno al otro con una intensidad abrumadora. En aquel momento, no existía nada más que ellos dos, unidos en un huracán de emociones y deseos contenidos durante su separación.

Jungkook penetraba hasta lo que más podía en el interior, Jimin se deshacía en gemidos y chillidos completamente audibles que emitía su boca, boca que ahora sería mordida por el azabache debido a la excitación involuntaria que esos sonidos le provocaban.

A Jungkook le encantaba tenerlo bajo su control, bajo su cuerpo. Los brazos de Jimin estaban posicionados por sobre su cabeza y sus piernas eran sostenidas por las fuertes manos de su pareja.

Lo más fogoso de ese momento era la mirada del mayor hacia el menor, una mirada indescriptible que rompía cualquier barrera que presentara el límite de un sentimiento profundo.

El cuerpo más grande se movía vehemente impetuoso, dejando rastro de que en cada estocada soltaba espasmos de amor.
Jimin lo miraba suplicante y al mismo tiempo deseoso por lo bien que Jungkook siempre lo hacía sentir.

Era increíble que sólo una persona podía hacerle deleitar en el acto de la manera en que le gusta, pero lo más increíble era que esa misma persona que podía complacerlo también era el mismo que lo amaba con locura.

Jungkook quien sudaba debido a sus movimientos y su respiración se dificultaba cada segundo más, tomó aire para decirle al rubio: "Te amo, mi amor".

Jimin sonrió de inmediato y aún siendo sacudido le correspondió: "Yo mucho más".

Después de un encuentro tan intenso, se quedaron abrazados, disfrutando de la calma. En silencio, se miraron a los ojos, sabiendo que ese reencuentro había fortalecido aún más su vínculo y confirmado lo que ya sabían: que estaban destinados a estar juntos, sin importar las circunstancias.

 En silencio, se miraron a los ojos, sabiendo que ese reencuentro había fortalecido aún más su vínculo y confirmado lo que ya sabían: que estaban destinados a estar juntos, sin importar las circunstancias

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Loved In The 80's | KookMin 🎞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora