~~~~~~~~~~~~
03 de Enero de 2025
~~~~~~~~~~~~Un sonido retumba mis oídos, trato de no prestarle mucha atención pero es inevitable y cada ves más fuerte.
Ya no hay vuelta atrás, ya me han despertado y no puedo conciliar el sueño. Odio levantarme temprano, maldición. Me paro de la cama tan rápido como puedo causando que me mareé y mi pobre cabecita empieza a dar vueltas, es como si me estuvieran dando con un martillo cada vez que respiro.
—Quien me manda a acostarme tan tarde— pienso en voz alta.
—Es porque te quedas hasta tarde viendo esa serie de pacotilla— salto de un brinco por el susto.
—¡Papá! ¿Que haces aquí?
Papá es un tanto territorial incluso puede llegar hacer controlador (más de lo inusual). Mi padre, un hombre dos cabezas más alto que yo, delgado, con unas que otras arrugas, que para tener casi cincuenta años vaya que no lo parece. Es la persona más amable en mi vida, con un enorme corazón, por fuera todo un macho pecho lampiño, pero por dentro es todo un osito de peluche.
—Bueno a tu mamá está que le da un infarto porque no te has despertado— agrega con un tono de exageración— Y si que tiene razón son casi las 9:00 de la mañana y tienes que estar a las 9:15 en el instituto.
—Por si no has visto, ya me he levantado- le doy una mirada llena de paciencia (nótese el sarcasmo)— Déjame tomar una ducha rápida y bajo.
Lo veo salir por la puerta, escuchando sus pasos por las escaleras. Mi habitación no es ni grande, ni pequeña pero para mí es perfecta. En una pared está un estante dónde almaceno libros que nunca leo y trofeos, abajo de ello tengo mi televisor pantalla plana. En la otra pared está mi cómoda cama grande y arriba de ella fotos impresas de todos mis amigos, no son muchos pero son momentos importantes. En la que le sigue hay un ventanal con cortinas oscuras y un escritorio donde se encuentra mi laptop, yo la llamo Fibby. Es mi compañera de noches de películas y junto a ella una puerta que va al baño y al armario.
—¡Alisson Mallcovish! ¡Abajo!— grita mi mamá desde la cocina.
Bajo corriendo las escaleras, soy de ese 99% de personas que sabe que cuando su mami los llama por su nombre completo están en problemas. Trato de calamar mi respiración respirando hondo.
—Buenos días, mami— digo cariñosamente para aplazar su regaño, con una sonrisa forzada.
Me da una mirada asesina e ignora mi presencia, volviendo a lo que hacía, al parecer tiene prioridades. Agarro mi desayuno y me dirijo a la salida.
Ya en camino a el instituto paso por la casa de mi mejor amiga, Ignacia. Su casa queda a una cuadra de la mía, por lo que siempre estamos juntas, pero esta última semana ha estado distante, supongo que se debe a los exámenes y talleres de fin de año.
—Hey, nacha— siempre la saludo de esa manera, desde que nos conocimos, a ella nunca le a gustado pero siempre se le digo como buena mejor amiga que soy.
—¡Holaa!— responde muy animada, me sorprende tanto lo animada que puede llegar a ser, yo que a veces me quiero lanzar se un octavo piso. —Te he esperado por casi tres días, ya creo que me salieron raíces— exagera.
—Solo fueron diez minutos, me he quedado dormida— hablo poniendo los ojos en blanco.
—Déjalo— empieza a caminar. —¿Pudiste sacar buenas fotos? En unas semanas es el taller de fotografía— me recuerda.
—Si solo faltan pocas— miento.
Últimamente no he tenido ganas de hacer nada, solo echarme en la coma o el sofá a ver películas o alguna serie. La fotografía es mi pasión, descubrí eso cuando de pequeña mamá me regaló una cámara para niños y yo le hacía sesiones de fotos a mis Barbies. En ello reflejo mi pasión por el arte, la mayoría de mis profesores me han felicitado por mi excelente trabajo y dedicación.
Ya dentro del liceo me arrepiento de haber venido, todos lucen concentrados en sus teléfonos.
Es que acaso su vida se basa en eso, es tan patético.
Las personas en sí, son patéticas.
Decidí ir al salón y poderme sentar en mi hermosa e incómoda silla, pero cuando estoy a punto de agarrar el pomo de la puerta Nacha me dice que esperemos al profesor que aún no llega, primera vez que llega tarde.
Mientras esperamos en el pasillo Nacha me empieza a contar algo sobre su novio. Lo poco que pude prestar atención fue que le compró un collar de esos que comparten iniciales.
Pff! Me parece tan cursi.
Por dentro si que eres cursi, solo que no lo aceptas.
Ignoro a mi pesada conciencia y decido prestarle atención al saco de sangre que está a mi lado y me doy cuenta de que Nacha es hermosa, osea siempre lo ha sido, pero ahora sus facciones han madurado. Su cabello es castaño muy claro, hasta los hombros y ondulados en las puntas, pestañas largas que adornan unos ojos achinados de color negro, una nariz muy finamente perfilada y labios finos un poco pálidos que hacen juego con su piel cremosa. A veces le tengo envidia, de la buena, claro.
La voz de la directora hace eco por todo el lugar, anunciando que el profesor Miller de geografía no se podrá presentar lo que significa que tenemos hora libre.
Que mierda de liceo.
Nacha a su vez está emocionada, porque podrá ir a ver a su novio practicar, siempre lo hace pero según ella tiene que aprovechar cada microsegundo a su lado. Y así como llego rápido, así se fue dejándome en mi profunda soledad, o eso pensaba yo.
Estoy sentada en las gradas de la cancha, pongo mi bolso a un lado para estar más cómoda y saco un cigarrillo y el encendedor.
Yo no fumo mucho, si es eso lo que pensaban, solo lo hago cuando me siento sola o tengo ansiedad. Recuerdo la primera vez que lo hice, dándole una calada me ahogué, lo que no me gustó para nada, por eso es que no me gusta en su totalidad, solo lo hago por ansiedad.
Dándole una calada al cigarrillo, me tomo el tiempo de pensar en lo grandioso que sería ser feliz, ser amada. No quiero decir que no soy amada por que sí lo soy, por ejemplo mi familia y amigos. Pero por mi cabeza solo pasa una pregunta: ¿Cómo me puedo sentir bien con alguien amorosamente y sin dudas de que no salga herida? ¿Cómo sería yo en una relación romántica?. En mi vida hay personas interesadas en mi pero no es suficiente para mí, no es el interés que busco.
Siempre he tenido en cuenta de que quiero a alguien que me ofrezca más allá del físico, del sexo. Que me quiera tal y como soy, con mis defectos y mis privilegios. Que me haga sentir confiada y sobre todo que cada vez que me abrace sienta que ese es mi lugar.
Mi mamá dice que la perfección no existe y vaya que tiene razón.
—¡Señorita Mallcovish!— la maestra de deporte habla con el ceño fruncido. —Está castigada. Aquí está prohibido fumar.
Estaba tan consumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que había estado fumando otro cigarrillo.
—La directora la estará esperando, supongo que sabe muy bien por dónde ir.
Y sin decir nada, arrojo el cigarrillo al suelo y lo piso para apagarlo.
De nuevo por aquí, se ha vuelto un lugar concurrido.
Ojalá y este sola, no me gusta mucho la compañía de personas extrañas. La directora no cuenta, siempre está al teléfono.
Al entrar al lugar me quedo impactada, nunca había visto a esa persona y menos por aquí.
—¿Y quien eres tú?.
****
Nota:
¡Hola!, he vuelto B)
Ya hemos empezado, cabe destacar que este es el prólogo, no el primer capítulo. En este caso, el primer capítulo es el siguiente, siga leyendo >>>
Espero que les guste esta historia tanto como ami, los quiero con el alma oscura (okno). ¡Nos leemos pronto!
XOXO 💗

ESTÁS LEYENDO
A TU LADO [En curso] •
Teen Fiction¿Es posible amar a una persona, aún sin conocerlo?... ¿Es de valientes afrontar la situación y aceptar que necesitas ayuda?... ¿Cómo podría amarlo, si ni siquiera me amo a mi misma?.. En la mayoría de las historias suelen haber finales felices o, no...