Mini-maratón 1/2
Entre abro los ojos y miro a mi alrededor, todo lo que veo es rosa. Ah, estoy en la habitación de Laura, ella sigue durmiendo plácidamente al otro lado de la cama. Por mi parte trato de localizar mi celular.
Oh, no.
Celular.
Mensajes.
Leam enviándome en la noche y, yo no le respondí.
No le he enviado por razones obvias, eso no quiere decir que no tenga ganas de hacerlo, de echo muero por agarrar el aparato y enviarle.
Pero una parte de mi solo quiere evitar toda la situación. Y, es que esa parte sabe que si llegamos a empezar a hablar podría desarrollar con el pasar del tiempo sentimientos por el.
Ayer me di cuenta de que tal vez, si me podría llegar a gustar. Hay algo en el que me interesa, que es capaz de hacerme reír. Increíble ¿no?.
Y, es que no solo se trata de que sea lindo o simpático, es que puedo ver en sus ojos-las pocas veces que lo he visto a ellos- una mínima pizca de interés o, mejor dicho picardía.
Pero eso no es lo que me preocupa, si no, que si se llegara expander el trato entre nosotros, en algún momento verá que no soy lo que el ve, porque, detrás de estás camisetas holgadas y pantalones oscuros hay manchas dañando mi anatomía.
Cuando al fin encuentro mi celular, logro ver la hora con los ojos entrecerrados por la repentina luz. Me levanto de la cama y voy directo al baño, puedo ver mi reflejo en el espejo que posa en mi frente, y como ya lo suponía tengo un aspecto horrible, casi parezco un espanta pájaros. Me cepillo los dientes y entro de nuevo a la habitación.
Laura ha despertado y está hablando con... ¿Nacha?. ¿En qué momento entró?.
Nacha nota mi presencia y me saluda a lo que yo solo agito la mano en señal de saludo. No soy fan de las mañanas.
-Supuse que estarían aquí, vine y tu mamá me dijo que estaban aquí. -dice ella, apuntando a Laura.
-Si, bueno, tuvimos una noche bastante interesante.- Laura me guiña un ojo mientras lo dice.
-Ay, no me digan que se han enrrollado.
-Si tu concepto de interesante, es sentarse en un sillón y hablar con desconocidos de temas nada relevantes, pues si.-le replico a la rubia con sueño, ignorando lo antes dicho de Nacha.
-Lo que sea, pero me di cuenta de que tu y Leam se echaban miraditas picosas.- dice Laura, subiendo y bajando las cejas.
-¿Quien es Leam?- pregunta Nacha, ajena a la conversación.
-Nada....eh...No es nadie.- me apresuro a decir, poniéndome nerviosa. La verdad es que no quiero decir nada a nadie por qué no hay nada, pero puede que ellos no piensen lo mismo.
Ya pasada la mañana desayunamos las tres juntas y luego Laura me lleva a mi casa como prometió, al parecer hoy sería una de las mejores fiestas-según Laura-, en una de las residencias más cercanas. Ignacia aclaro que estaría presente en el lugar a la hora acordada, al igual que André.
Yo, por mi parte, no estoy muy segura de ir, la verdad es que no me llevo muy bien con los lugares taan públicos. A diferencia de mi, todos los demás estaban muy entusiasmados en ir.
Ya había pasado toda la tarde, el sol se ocultaba, dando paso a una hermosa luna, la cuál proyectaba toda su claridad dando sombra a lugares donde no llegaba la luz, acompañado de un cielo estrellado. Solía admirar el cielo, los atardeceres y, a veces los amaneceres. Me creía una gran admiradora del cielo.
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A TU LADO [En curso] •
Ficção Adolescente¿Es posible amar a una persona, aún sin conocerlo?... ¿Es de valientes afrontar la situación y aceptar que necesitas ayuda?... ¿Cómo podría amarlo, si ni siquiera me amo a mi misma?.. En la mayoría de las historias suelen haber finales felices o, no...