Jugando a las escondidas encontré una parte de ti que nadie más conocía, ahora estoy perdido, sigo esperando a que tú me encuentres.
~Andrea.
****LEAM
Desde hace tres días, exactamente tres días, he mantenido contacto con Alisson. Desde el momento que la deje en el paradero repentinamente, me he arrepentido de no haberla acompañado hasta la puerta de su casa, donde estuviera a salvo. Y todo por culpa del imbécil de mi padrastro.
He estado esclavisado a sus órdenes, a su dictadura y sus amenazas, por más de cinco años. Mi padre nos abandonó a mi y a mi mamá desde muy pequeño, ni siquiera tengo recuerdos concretos sobre él, solo ilusiones de un padre feliz. Un día mi mamá se fue de vacaciones a Cancún y, al otro regreso con un anillo de bodas y un esposo grandioso y millonario. Con el pasar del tiempo fui creciendo, con ello mis responsabilidades, ya no solo tenía que recoger mis jueguetes o, doblar las sábanas. Ahora debía trabajar cada fin de semana en una cafetería a la que él llama su obra de arte. Al principio había convencido a mi mamá de que sería lo mejor para mí, así tendría un buen futuro, pero, con el pasar del tiempo ya no solo era por mi futuro, si no, porque sabía que si trabajaba para él, no tendría que pagarme el sueldo ya que vivía bajo su techo, me daba educación y, me alimentaba.
Tampoco es como si fuera de lo más agotador, ya que son solo los fines de semana y, a veces por la semana, cuando suplantaba el turno de alguien más. Eso me ayudaba a despejar mi mente, a alejarme de un núcleo tóxico al que llaman hogar. La convivencia en mi hogar es como cualquier otra, claro, cuando mi padrastro no estaba. En cambio, cuando el se encontraba en casa, todo cambiaba. El ambiente siempre era incómodo ya que de mi parte el siempre recibiría miradas de profundo odio y resentimiento. Y, por su parte siempre resiviría una sonrisita de superioridad que deseaba borrarle de su espantoso rostro con olor a alcohol y cigarrillos.
Todo eso acabó en cuanto cumplí la mayoría de edad y me largué de mi casa. Al principio mi mamá no estaba de acuerdo con mi decisión pero, luego llegamos a un acuerdo. Acuerdo que debía cumplir, y era que a parte de seguir trabajando para mí padrastro, debía seguir estudiando y una vez acabado el instituto, iría a la universidad.
Cómo nada de esas cosas me pesaban, acepté, y aquí estoy en una casa, acompañado de dos estúpidos a los que se hacen llamar mis amigos y, con la compañía virtual de mi amiga Alisson.
Si me preguntaran que es lo que quiero ahora mismo, es estar con ella, y para ella.
Desde muy dentro de mi corazón sabía que me atraía Alisson, pero jamás le hablé. Con el pasar del tiempo dejé de prestarle atención a mis pensamientos y sentimientos sobre ella pero ella fue creciendo, y también mis ganas. Ganas de besarla y protegerla de sus más grandes miedos, ser cómplice de sus secretos.
Hasta que un día ella se sentó a mi lado en aquel salón. A partir de allí todo se fue en aumento. Mis ganas de hablar con ella o, siquiera verla desde la distancia llegaban a niveles de suficiencia en los que me vía caminando en su misma dirección con ella a mi lado, porque no me importaba nada, solo estar acompañado de su perfecta presencia.
Luego de eso hablamos y hablamos. Me sentía a gusto con sus evidentes nervios que podía notar a través de letras; de sus intentos de evadir mis preguntas; de sus repentinas risas a mis chiste malos, o mejor dicho, a mis desgracias.
Verla reir a todo pulmón ese día en la calle, fue un divino regalo. Era la risa más rara y escandalosa jamás escuchada, pero aún así me encantaba.
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A TU LADO [En curso] •
Ficțiune adolescenți¿Es posible amar a una persona, aún sin conocerlo?... ¿Es de valientes afrontar la situación y aceptar que necesitas ayuda?... ¿Cómo podría amarlo, si ni siquiera me amo a mi misma?.. En la mayoría de las historias suelen haber finales felices o, no...