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Me despierto con el mismo vestido de anoche, unas enormes ojeras y la peor resaca de la historia, también es la primera. No recuerdo absolutamente nada, vagamente solo una frase abunda en mi mente.

"No sonrías que enamoras" lo habré dicho o son ideas mías.

Bravo Natacha, tú si sabes pasar una fiesta a lo grande.

Pequeños recuerdos venían a mi mente, pero nada concreto.

Me levanté y entré al baño despistada. No me aseguré de tocar y eso trajo sus consecuencias.

Scott estaba sin camisa, con tan solo un jean, lucía peor que yo.

—¿Qué te pasó? —pregunté al instante que vi un pequeño golpe bajo su ojo y sus nudillos magullados.

—Definitivamente, no te enseñaron a tocar —dijo con hastío.

—Pregunté que te pasó.

—Nada Natacha, solo fue una pequeña pelea.

—Te sientas en el váter —le pedí.

—¿Para qué?

— Por favor, Scott.

Asintió de mala gana, pero bajó la tapa y se sentó. Busqué en las estanterías el botiquín y me senté en el suelo frente a él.

—Solo voy a curarte un poco.

—No hace falta.

—Scott.

—Natacha.

—Nos sabemos nuestros nombres —puse los ojos en blanco.

—Ahora soy Scott y no el "idiota de tu hermanastro"

Rodeé los ojos e ignoré por completo su comentario. Limpié con delicadeza sus nudillos y le vende la herida.

— ¿Puedo? — le pregunté señalando el pequeño corte en su rostro.

— Si — comentó sin importancia, pero para mí era muy incómodo, estaba entre sus piernas, nuestros cuerpos se rozaban y mi rostro estaba a pocos centímetros de su cara. La mano me temblaba, pero me las arreglé para desinfectar la pequeña herida.

— Listo — me alejé rápidamente —, te importaría salir, quiero bañarme.

— ¿Solo eso? —levantó una ceja.

— ¿Perdón? —estaba un poco confundida.

— No me vas a decir nada de lo que pasó en la noche.

—Ah —hablé—, gracias por traerme a casa y no decirle a mi padre que estaba borracha. No recuerdo en que momento llegué a tomar tanto.

Frunció el ceño — ¿Y?

— ¿Y qué? Ya te di las gracias — me crucé de brazos—, tampoco es para tanto.

—¿No recuerdas, Natacha?

—¿Debo recordar algo en específico?

— No, nada más eso — me sonrió antes de salir.

La misma frase en mi mente, pero de otra manera"No ayuda mucho que sonrías''. Mi cabeza me va a explotar.

¿Qué fue lo qué ocurrió?

Pasé el día sola en casa, Scott se fue después del mediodía, mi padre y Cristina trabajando y Diego encerrado en su habitación.

Me levanté de la cama con intención de visitar a Nora, pero dos toques en la puerta lo impidieron.

— ¿Puedo pasar?

No Sonrías ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora