Natacha.
— Pero mira lo que tenemos por aquí — Nora se sorprende al verme, pero me abraza al instante.
— ¿Que te trae por estos rumbos? — enteramos y tomamos asiento en el sofá.
— Vine a despedirme.
— ¡¿Qué?!
— La gira de mi madre terminó, tengo que hacer unos pendientes y aquí como que ya no estoy a gusto.
— ¿Vas a volver?
— De seguro si, pero no será pronto — agrego — Además tú también puedes ir a verme con Diego.
— Y con Scott.
Me quedo en silencio.
Ella lo sabía, claro que sí o al menos siempre lo sospechó.
— ¿Todo mal con él, no?
— Fatal — escondo mi rostro en unos de los cojines y suelto un enorme suspiro.
— Necesitamos unos tragos.
— Mala idea.
— Que no, tú hazme caso a mí.
Se levanta y comienza a rebuscar en el salón.
— Mi padre tiene una buena botella de tequila por aquí escondida — me dice.
— ¿Escondida?
— Movidas de él y mi madre — se encoge de hombros —. Aquí está.
Alza la botella entre sus manos y sonríe como niña pequeña que acaba de hacer una maldad.
Vuelve a dónde mismo y me entrega un vaso ya servido.
— Es un idiota integral — lo insulta, dándose un largo trago.
— Lo es — yo me doy otro.
— También es un imbécil — continúa.
— Lo es.
— Cabrón.
— Lo es.
— Tengo más insultos, pero creo que lo mejor es que no pienses en él.
Levanto mi cabeza y la miro antes de hablar:
— Me enamoré de él, Nora. — Me doy otro trago y los ojos se me humedecen cuando el líquido caliente recorre por mi garganta.
— Lo sé Natacha, en realidad todos lo saben menos tu padre. — aclara lo obvio.
— Es una locura que a pesar de todo lo que ha pasado y que lo nuestro sea imposible yo siga queriendo estar con él.
— Nos aferramos a lo imposible, cuando la única limitación es tu propio mente.
— Explícale a Albert que su hija y el hijo de su mujer se acostaron.
Ella no se sorprende por la nueva información.
— Yo no veo lazos de sangre por ningún lugar.
Quisiera ser como Nora, la admiro, hace lo que quiere, dice lo que piensa y es siempre ella misma.
— Da igual — informo —. De todas maneras Scott no quiere continuar con esto.
— Yo no entiendo que tienen los hermanos Rolfs.
— ¿Con Diego bien?
— Si, claro — sonríe — pero a veces me saca de quicio. Detrás de ese chico sarcástico se esconden muchas inseguridades.
ESTÁS LEYENDO
No Sonrías ✓
Teen Fiction-No sonrías. -¿Por qué? -Porque tu sonrisa me enamora. Portada @kevmayedo