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Scott

Había pasado una semana desde que Natacha estaba con el estúpido de Jared. Los he visto salir juntos todos los días como una perfecta parejita feliz y eso me pone de los nervios.

Le digo, no te acerques a Jared y lo primero que hace mi hermanita querida es correr a sus brazos, como aquel día cuando tuve que acompañar a Zoey a la cafetería, los vi besándose y se lo pagué con la misma moneda cuando llegué a casa. Desde ese entonces no hemos cruzado ni una palabra.

Ustedes dirán que no tengo derecho de reclamar absolutamente nada, pero se equivocan. Estoy en todo mi derecho y voy a hacerlo.

Primero; Jared no quiere a Natacha, ok es perfecta, por lo menos ante mis ojos lo es. Cualquiera se enamoraría de ella, pero él lo único que quiere es tocarme las pelotas y ya lo está empezando hacer.

Ahora dirán, a ti que. Tú estás con Zoey.

Segundo; Se equivocan, no estamos de tener una relación. La madre murió y el padre cuando llega a casa borracho la golpea, he hablado con ella un millón de veces para denunciarlo, pero sería en vano el gilipollas es policía, aun así es mi deber estar con ella y cuidarla aunque ya no seamos novios. Lo haría por cualquiera, no soy un capullo sin sentimientos como creen.

Tercero; Puede que este completamente enamorado de mi hermanastra, puede no, lo estoy y no sé asumirlo ni como tratarla porque soy un imbécil integrar y ella me odia lo sé.

— ¡Scott! —Adan me llamó— ¿En qué piensas?

— En nada bro — me recomodé en el sofá y finjo que me importa lo que están hablando.

Había aceptado ir a una fiesta con Adan después de unos cuantos reproche porque hace mucho tiempo no hacíamos nada juntos. Para mi sorpresa Kevin, Nora y Diego también asistieron. Natacha era la única que faltaba, de seguro está por ahí con Jared.

Adan hablaba de un tal viaje que querían hacer todos, pero nadie se ponía de acuerdo.

— Un finde en el campo —propuso Kevin.

— El campo no me gusta — repicó mi hermanito con cara de querer morir y con la rubia sobre su regazo— Hay bichos y con la que tengo encima me basta.

—¿Me has llamado bicho? —Nora fingió estar ofendida.

Ya luego de reírse se comieron la boca. Al parecer les va bien. Los he visto enredados por todos lados. Una imagen que por cierto necesito borrar de mi cabeza. 

— A ti no te gusta nada — respondió Adan y Diego lo fulminó con la mirada— y si escalamos una montaña.

— Definitivamente no, ni loca — agregó mi cuñadita abrazando a mi hermano— Se me puede partir una uña.

«Me mata su amor»

— Playa —solté sin más y la vista de todos cayó sobre mí.

— ¡Mi familia tiene una casa en la playa! —habló Kevin— creo que puedo conseguir la llave.

— Conseguiré las bebidas —aportó mi mejor amigo.

— Yo les haré el honor con mi presencia —habló mi hermano con su típico tono irónico.

— Me encargaré de los invitados —comentó Nora—, no serán muchos. Lo prometo.

— ¿Conseguirás las llaves esta noche?

— Eso está listo Scott —respondió Kevin.

Continuamos en la dichosa fiesta, un rato más, bebiendo y fumando hasta que todos comenzaron a irse.

No Sonrías ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora