Midnight.

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Tu espalda se enderezó por quinta vez en toda la reunión y tus piernas se estaban cansando de estar tanto tiempo en una posición. La vibración en tu mano, proveniente de tu celular, hizo que tu vista se apartara del hombre que estaba presentando y explicando estadísticas. El contenido del mensaje y la persona que lo envió hizo que todo tu cuerpo temblara y la concentración en tu deber sea menor.

Luego de una hora, la reunión acabó. Tus compañeros y tú se encontraban guardando sus pertenencias y estrechando manos con los superiores. En el fondo te sentías ansiosa, pero no lo ibas a mostrar, no podías dejar que tu imagen de asistente en jefe se arruinara.

─ _____, vamos a ir por un café, ¿vienes? ─ Una de tus compañeras más cercanas te habló.

─ Lo siento, no puedo. Tengo algo importante que hacer, será para la próxima. ─ Hiciste una reverencia y por fin saliste de aquella sala, encaminándote a tu siguiente destino, la oficina de la jefa.

Trabaja demasiado y aún así parece no cansarse, algún día tenemos que invitarle una cena. ─ Nadie podía saber la persona que eras en realidad, todos tenían que notar que eres la asistente perfecta.

El ascensor se detuvo en el piso 12, donde sólo habían dos puertas, la salida de emergencia y la de la oficina de la jefa. Tus tacos altos resonaron en todo el pasillo hasta llegar a la puerta de madera oscura, tu mano cerrada en un puño la golpeó y escuchaste un leve "pase". Tu ritmo cardíaco aumentó al tomar el pomo de la puerta, girarlo y entrar, mostrando en el interior del lugar a una mujer alta de espaldas, de cabello largo y oscuro y un traje del mismo color.

─ Señorita Nemuri, ya estoy aquí. ─ Diste una reverencia y esperaste su orden.

─ ¿Hiciste lo que te pedí? ─ Dio media vuelta, asentiste y sonrió.
─ Bien, muéstrame.

Tu cara comenzó a arder y tomaste tu camisa, sacando botón por botón. Luego, tus manos fueron al borde de tu falda, bajando el cierre y haciendo que automáticamente la prenda cayera al suelo. Bajaste de tus zapatos altos y te despojaste de tu camisa, quedando en ropa interior frente a la mayor.

─ Conseguiste exactamente la lencería que te pedí, perfecto. ¿Vas a seguir o te lo saco yo? ─ Apartaste la mirada y la azabache supo en ese instante tu respuesta.

Caminó un par de pasos hasta tu lugar y tomó tu rostro, admirándolo y uniéndolas en un beso. Era lento, pero lujurioso, podías sentir todos sus deseos mientras metía su lengua. Sus manos acariciaron el borde de tu anatomía, pasaron a tu espalda y subieron lentamente hasta llegar a tu sostén. Con agilidad lo desabrochó y se alejó, pudiendo ver tus tetas siendo adornadas con unas pequeñas joyas.

─ Quiero creer que ya han cicatrizado. ─ Asentiste y tomó uno de tus senos, apretándolo con fuerza.

─ Se está conteniendo, ¿no es así, señorita? ─ Su sonrisa se volvió cínica y te tomó de la nuca, llevándote hasta su escritorio y empotrándote ahí.

─ Y mira que yo trato de ser gentil, pero parece que eso ya no te gusta. ─ Su mano libre se estampó contra una de tus nalgas, haciéndote gritar por tan repentino acto.
─ La lencería te queda preciosa.

Volvió a azotar tu culo nuevamente y a los minutos paró. Tus piernas comenzaban a temblar, así que te sostuviste de la mesa de madera, viendo cómo Nemuri sacaba un par de esposas con peluche de uno de los cajones, volvió a su lugar anterior y claramente te esposó. Luego de eso, quitó tus bragas y un líquido frío comenzó a caer por todos tus glúteos, mojando tu feminidad y muslos internos.

─ Lamento no tomarme el tiempo contigo, pero sabes que estoy ocupada, así que haremos las cosas rápido. ─ Claro que lo sabías, eres su asistente y en dos horas tiene una reunión importante.

Oíste cómo se quitaba la ropa y luego un ruido extraño, pero al sentir algo duro en tu entrada, supiste rápidamente de que se trataba. Comenzó a pasar la punta del pene de juguete por toda tu humedad, tocando no tan gentilmente tu clítoris. Tus gemidos comenzaban a ser audibles y paró nuevamente en tu agujero, hundiéndose poco a poco dentro de ti. Tomó con fuerza tu cadera y te embistió, fuerte y profundo, creando un desastre en ti.

El juguete, gracias a sus embestidas, tocaba cada vez más tu punto más débil, haciéndote llegar de a poco al cielo. Sus manos acariciaban tu espalda y bajó su torso, apretando sus tetas en tu espalda y susurrándote las cosas más sucias que se le ocurrían. Tu estado mental no lograba procesar lo que oías, así que solo gemías en respuesta, apretando cada vez más el dildo en ti.

Puedo sentir como aprietas el juguete, ¿ya estás cerca...? Mgh, córrete para mí, preciosa.

No hacía falta que te lo dijera dos veces. Sus estocadas se volvieron erráticas, haciendo que el escritorio chillara y se moviera al ritmo de la mayor. La nombrada te tomó del cuello, enderezando tu espalda y en ese momento juraste ver estrellas. Lo que pasaba era que el pene de juguete es largo y Nemuri es muy agresiva cuando te folla, en conclusión el dildo llegaba muy profundo.

Uh puedo sentirlo muy en el fondo, ¿te gusta cuando aprieto aquí? ─ La azabache tocó tu abdomen bajo, pudiendo sentir un pequeño bulto culpa del objeto dentro de ti.

Su mano se hundía más y más en tu estómago, volviéndote loca. Recibiste tu orgasmo gustosa, llenando de tus jugos el dildo rosado. Nemuri se retiró de tu interior, admirando lo mojada que estabas. Se quitó el objeto de su entrepierna y se vistió, limpiándote y vistiéndote luego.

─ Luego de la reunión tienes trabajo en mi casa, espero que pueda ir, señorita _____.

─ Claro que sí, jefa. Mis deberes son prioridad.

Ambas se mirando y sonrieron, pensando exactamente lo mismo.

Ambas se mirando y sonrieron, pensando exactamente lo mismo

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Que ganas de que Midnight
me someta 👀

❥ One Shots +18. // Boku no Heɾo Acɑdemiɑ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora