Historias +18 (al menos la mayoría) sobre personajes de Boku no Hero.
La portada NO es mía, créditos a su artista.
Historia dedicada simplemente a entretener.
Todos los personajes en las historias se los considera mayores de edad.
Tu hermoso sueño fue interrumpido por ruidos provenientes de la ventana. Al despertar, los ruidos pararon, pero el ruido de un mensaje fue lo que se oyó luego.
Mi amor💋: ¿Ya despertaste?
Mi amor💋: Hace frío, ábreme :(
Mi amor💋: Caliéntame, por favor.
Mi amor💋: Sí, de forma sexual, ÁBREME.
Reíste por los mensajes y fuiste a tu ventana, abriéndola y asomando tu cabeza por el balcón, hasta encontrar la figura de tu novio.
Rápidamente, al notar tu presencia, lanzó cinta de uno de sus codos, pegándola a la pared e impulsándose hacia arriba para subir.
─ Muy buenas noches, mi bella lechuza. ─ Te tomó de la cintura, abrazándote, y pudiste sentir su fría nariz en tu cuello.
─ Búho, idiota. Entra antes de que te congeles.
Ingresaron al cuarto y antes de acostarse, se desvistió, quedando en ropa interior. Imitaste su acción, pero parece que no tenía ganas de dormir, ya que se colocó encima de ti.
─ Tengo que venir a dormir contigo seguido, así podré verte con este hermoso pijama todas las noches. ─ Observó toda tu anatomía, en especial tu pecho, y sus manos descansaron en tus tetas, sintiendo tus pezones duros por sentir el aire frío.
─ Sí, pero si mis padres te ven aquí sabes lo que pasará, no nos dejarán en paz. ─ Recostó su cuerpo sobre el tuyo, frotando su rostro en tus tetas.
─ Tuve que elegir de novia a una chica con padres estrictos. Sabes como me motiva eso para hacer que gimas mi nombre lo más fuerte que puedas. ─ Su cabeza se colocó entre tus piernas, besando tu feminidad por encima de la ropa.
Se deshizo de tus shorts de pijama e hizo a un lado tu ropa interior, observando tu entrada con hambre, hasta que comenzó a devorarte, como si de su plato favorito se tratase. (Bueno, lo eres).
Su repentina acción hizo que soltaras un gemido y tus alas se abrieron de par en par, haciendo que las plumas se esponjen al sentir su lengua.
Rápidamente, metió dos dedos en ti, embistiéndote así y preparándote. Por tu parte, tratabas de mantenerte callada, ya que tus padres se encontraban durmiendo en el cuarto de al frente.
Minutos después, Hanta comenzó a sentir como tus paredes apretaban alrededor de sus dedos, así que se retiró, sintiéndose mal por dejarte así, pero alegrándose por lo que venía.
─ ¿Estás tomando la pastilla, preciosa? ─ Asentiste, a lo que recibiste una sonrisa pícara de su parte.
Alineó su glande en el agujero de tu entrada y se hundió en ti, gruñendo al sentir como le apretabas completamente. Al estar totalmente dentro, esperó un poco, dejando que te acostumbres y comenzó a dejar besitos en tus tetas y cuello.
─ Y-Ya puedes moverte...
─ Mmm, creo que no me apetece.
─ Ha-Hanta, házlo.
─ No hasta que lo pidas bien.
─ Papi, cógeme, por favor. ─ No era lo que él esperaba, pero al cambiar el idioma, hizo que algo en Sero se encendiera.
La mayoría de su niñez vivió en América Latina hasta que se mudó a Asia, así que tiene impregnado el español en su ser. Cuando se enteró que tú también hablabas español, no desaprovechó la oportunidad para que, cuando hicieran cosas así, se comunicaran en español.
Al oíte decir las palabras máginas, salió de ti y volvió a entrar de una estocada, haciendo que soltaras un grito. Con una de sus manos tapó tu boca y siguió con sus movimientos, haciendo que tus ojos rodaran hacia arriba, dejándolos en blanco.
Tu imagen estando jodida por su culpa, lo motivó aún más a seguir, haciendo que por fin se oyeran los famosos "aplausos".
Subió tu camisa de pijama, dejando a la vista tus tetas e hizo que mordieras el borde de ella, pudiendo ver como rebotaban al mismo ritmo que él. Colocó su espalda derecha y, poniendo una de tus piernas en su hombro, siguió con las fuertes embestidas, sintiendo que tocaba cada vez más tu punto dulce.
─ Puta madre, cada vez estás más deliciosa. ─ Espetó sin vergüenza.
Su vocabulario sucio más el idioma fue suficiente para que te sintieras aún más cerca del orgasmo, agarrando con fuerza las sábanas y apretando mucho más el miembro de tu novio.
Hanta se dió cuenta, así que, como pudo, aumentó el ritmo, hasta que ambos se liberaron al mismo tiempo. Al salir de ti, el pelinegro admiró como sus jugos caían de tu entrada.
─ ¿Crees que gemí muy fuerte? ─ Se recostó a tu lado y abrazaste su abdomen.
─ Tal vez, un poco... ─ El toque desesperado de la puerta los asustó.
─ ¡_____, hija, ¿estás bien?! ─ Era tu padre, claramente gemiste fuerte.
Sero tapó su propia boca y antes de hablar, aclaraste tu voz.
─ ¡S-Sí, no te preocupes y ve a dormir!
Oyeron una puerta cerrándose y volvieron a respirar con normalidad.
─ Cuando terminemos la escuela te llevaré a vivir conmigo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
