Historias +18 (al menos la mayoría) sobre personajes de Boku no Hero.
La portada NO es mía, créditos a su artista.
Historia dedicada simplemente a entretener.
Todos los personajes en las historias se los considera mayores de edad.
Tu trabajo como héroe te lo arrebató un accidente, algo crónico e irremediable. Claro que te frustró, lo que más amabas era salvar a la gente, pero pasado el tiempo, encontraste otras alternativas, si no podías hacerlo tú, ibas a educar a los demás para que pudieran hacerlo.
Hablaste con la Academia U.A, donde te recibieron con los brazos abiertos, comprendiendo tu situación y dejando que predicaras tu voz. Así terminaste convirtiéndote en profesora y te iba muy bien, ya que conocías a muchos héroes que eran profesores ahí y además, tus alumnos eran de los mejores.
Gracias a tu personalidad, ellos podían estar completamente atentos a la clase, pero también compartían momentos bellos, con anécdotas, consejos y hasta bromas, eso logró acercarte a tus alumnos, más en especial a uno.
Aizawa Shouta no resaltaba mucho en clases, era algo callado, pero aplicado, se lo notaba más en los entrenamientos, su técnica al usar su quirk era impresionante. Claro que siendo alumno, él te pedía consejos, porque en el fondo sentía una gran admiración por ti, eras un ejemplo para él.
Siempre se quedaban luego de clases hablando sobre su kosei, pero llegó un momento en que esas charlas se extendían y hablaban de otras cosas. El ambiente siempre era ameno, ninguno se sentía incómodo y mantenían una distancia prudente, aunque ambos quisieran acortarla.
De repente, dejaron de hablarse formalmente, ninguno supo en qué momento fue, pero lo notaron y aún así siguieron la conversación.
─ Sé que vas a ser un gran héroe, Shouta. ─ Lo miraste enternecida mientras tomabas tu café.
─ Gracias a ti... ─ Viste como hacía una breve pausa antes de seguir hablando. ─ Tengo que decirte algo, si no lo digo ahora, no podré seguir viviendo. ─ Lo miraste profundamente a los ojos y éste se sintió algo avergonzado, pero aún con el rojo en sus mejillas siguió hablando. ─ No es solo admiración profesional la que siento por ti.
Tu corazón se aceleró, tu respiración se cortó, de la nada no se oía nada, solo tenías a Aizawa frente a ti. Tragaste duro, no sabías que decir, lo querías, él también te quería, pero nunca pensaste en este escenario siendo real.
─ Yo... ─ Te Interrumpió.
─ No busco que contestes, necesitaba decírtelo, dentro de poco voy a graduarme y no sé si volvería a verte. ─ Tomó su bolso y dio media vuelta, dispuesto a irse.
Tu cuerpo se movió solo, de un momento a otro estabas tomándole la mano para que no diera un paso más. Él te miró, tenías la mirada baja, eras la mayor, pero no podías evitar sonrojarte ni querer llorar. Igualmente levantaste la cabeza y lo encaraste.
─ Shouta, yo siento lo mismo, pero me pone tan mal y tan triste que lo nuestro no pueda ser, somos maestra y alumno, y tú te vas a graduar y no sabemos que va a ser de tu vida-
De repente, sus labios se pegaron a los tuyos para callarte, además de que le pareció molesto que balbucearas tanto en tan poco tiempo, quiso demostrarte que no le importaba nada de lo que habías dicho. Era verdad, todo, pero él quería estar a tu lado igual.
Acunó tu mejilla con su mano y se unieron más en el beso, sus lenguas se encontraron para abrazarse y jugar juntas. Una lágrima cayó de tu ojo y Aizawa te tomó fuerte de la cintura, hicieron unos pasos hasta chocar contra tu escritorio y sus cuerpos quedaron pegados.
Tus brazos rodearon su cuello y acariciaste con ternura su cabello. Poco a poco sentiste en tu abdomen bajo como crecía su erección, al fin y al cabo era un adolescente, era todo un hormonal. Sus besos fueron a tu cuello, lo notaste desesperado, te dejaste unos momentos tirando tu cabeza hacia atrás para dejarle el camino libre.
Admiró sin discreción tu escote, metió un dedo en éste para estirar la ropa y ver más allá, logrando notar un bonito brasier negro con bordes de encaje. Besó y mordió lo que pudo de tus tetas, apretándolas luego.
Una de tus piernas se metió entre las suyas y tu rodilla fue a su pene, jugando con él. Soltó un gemido tímido ante tu acto, te pareció tierno, pero debías contenerte, plena escuela, cualquiera podría entrar y verlos.
Tu mano en su hombro lo alejó de ti, lo viste sonrojado y agitado, te pareció lo más hermoso del mundo.
─ No podemos seguir aquí, es peligroso... ─ Acomodaste tus ropas.
─ Sí, claro. ─ Se notaba la decepción en sus palabras, había quedado duro y con ganas.
─ Pero, podemos seguir en mi casa más tarde. ─ Sus ojos te miraron y se iluminaron.
─ Nos vemos luego entonces. ─ Se acercó a ti y te dejó un beso en los labios, un beso que decía "me importa una mierda que seas mayor, pienso hacerte gritar y dejarte temblando".
Tomó sus cosas nuevamente y se retiró, respiraste hondo para calmar tus pensamientos y la puerta a tu lado se abrió, dejando ver al conserje.
─ Oh, lo siento, pensé que no había nadie. ─ Acomodó su gorra nervioso.
─ No, tranquilo, pasa, ya me estoy yendo.
Menos mal que tuviste un poco de autocontrol y paraste a Aizawa, él iba a entrar, los iba a ver e iba a ser un gran problema para ambos.
Bueno, lo dejaste atrás, en unas horas te iban a detonar y era lo único en lo que tenías que pensar.
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