❥ One Shots +18. // Boku no Heɾo Acɑdemiɑ.

Tɑkɑmi Keigo.

Casarte se te había hecho una idea bastante alejada de la realidad hasta que conociste a tu prometido; un hombre perfecto, atractivo, amable, cariñoso, detallista, lo tenía todo.

Estuvieron varios años de novios hasta que, en un viaje, te propuso matrimonio de la manera más cursi y romántica que puede haber. Claramente, te tiraste a sus brazos llorando y dijiste que sí, eras la mujer más feliz del mundo.

Luego de la propuesta, decidieron como y cuando sería su boda; sería dentro de unos meses, con todos sus familiares y amigos, querían una fiesta enorme y divina. Esos meses pasaron volando, ahora faltaba solo un mes y ya tenían casi todo preparado.

Hoy pasaste todo el día con tu prometido, amanecieron juntos, desayunaron juntos, fueron a resolver un par de asuntos sobre su boda, comieron juntos y ahora, un poco tarde, solo descansaban en el sofá mientras miraban películas, pero fueron interrumpidos por el timbre.

─ ¿Pediste algo para comer? ─ Tu hombre no esperó y se levantó, yendo a la puerta.

─ No, ¿tú sí? ─ Hizo un sonido de negación. Unos segundos después, oíste muchas voces conocidas y por el volumen de éstas, sabías de quienes se trataban.

─ ¡Con permiso! Esperamos no interrumpir nada, venimos a llevarnos a nuestra futura novia. ─ Era Mina, tu mejor amiga y dama de honor, junto a Momo, Jirou, Ochako, Tsuyu y Hagakure.

─ ¿Chicas? Hola, no, claro que no interrumpen nada, ¿pero a dónde me quieren llevar?

─ A tu despedida de soltera, obvio querida. ─ Momo ya estaba llevándote de los hombros.

─ ¿D-Despedida? P-Pero no, esperen. ─ Algo nerviosa, te safaste del agarre de tu amiga y fuiste con tu novio, quien las miraba divertido.
─ ¿E-Estas de acuerdo con esto? Digo, si te molesta puedo quedarme aquí, no tengo ningún problema.

─ Claro que estoy de acuerdo, linda. Ve, vayan a divertirse, yo me voy a quedar aquí a terminar de ver una serie que me quedó pendiente. ─ Acarició tus hombros como gesto para que te relajes y te dio un beso en la frente.

─ ¡El novio dijo que si, vamos! ─ Jirou te tomó del hombro y salieron de la casa.

En el camino, todas estaban eufóricas, parecían más emocionadas que tú. Por más que preguntabas y preguntabas, ninguna te quería decir a donde se dirigían con la excusa de que querrías volver a tu casa, lo que te puso aún más ansiosa.

Llegaron a una especie de bar, donde de los ventanales salía una luz roja y la música hacía retumbar el vidrio. Entraron todas juntas y fueron hacia una mesa previamente reservada.

Miraste bien a tu alrededor y era un club de estripers, habían hombres bailando y trepándose en tubos de metal, y más hombres de meseros. Tu rostro se sintió caliente, no esperabas que te llevaran ahí y tenían razón, querías irte corriendo a los brazos de tu novio y estar acostada en tu cama.

Dos pectorales en tu cara te sacaron de tus pensamientos, era un mesero ofreciendo tragos y todas aceptaron.

─ ¡Saca esa cara de susto, ______! ¡Estamos aquí por ti, ahora mira y disfruta!

Justo la música se detuvo y las luces se apagaron, luego de unos segundos volvió todo a la normalidad, solo que ahora el escenario estaba vacío. De repente salieron otros hombres a bailar y, junto a ellos, un rubio muy atractivo que te robó toda tu atención.

Bailaba con sensualidad y ritmo, vestía de pantalón negro ajustado, una camisa blanca y un collar negro que se ajustaba perfecto a su cuello. Sus miradas se encontraron y no se despegaron en ningún momento, incluso cuando el hombre bajó y ahora te bailaba a ti.