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Felix comía y disfrutaba enormemente de las galletas que Jihyo estaba preparando, a la par que ambos conversaban sobre pequeñas cosas del pasado de Changbin, tal y como la mayor se lo había prometido al más pequeño.

—No comas las que están calientes, te enfermaras del estómago —le sonrió mientras sacaba otra tanda de galletas del horno—. Como te decía, Changbin no fue frío e insensible todo el tiempo, era solo un niño al cual le habían arrebatado de repente el amor de su familia. El señor Lee se encargó de entrenarlo y... Digamos que sus entrenamientos no eran delicados —se encogió de hombros con su rostro lleno de nostalgia.

—Entonces mi papá fue quien hizo a Changbin hyung cambiar... —recopiló toda la información del momento y se sintió triste por el mayor.

—Siempre llegaba con golpes en el cuerpo y en la cara, así que lo curaba y dejaba de llorase en mis brazos —un suspiro dejó sus labios—. Sin embargo... Un día llegó solo con un corte en el labio y no lloró. Fue como si hubiese llegado otro Changbin.

—Me hubiese gustado conocer a Hyung de pequeño —sonrió de forma tierna.

—Mm, era casi igual que tu, quizás por eso es que últimamente trata de entenderte y de cuidarte —la mayor también le devolvió la sonrisa.

Un fuerte sonido hizo a Felix dar un gran salto en su lugar, Jihyo por su lado comenzó a mirar con curiosidad, pidiendo al menor que guardara silencio. La chica se movió con agilidad y del mueble de cocina sacó una pistola, revisó si tenía balas y la apuntó hacia delante con gran habilidad, la punta del arma mirando hacia la entrada de la cocina.

—Felix, ven aquí —su voz antes fuerte, la convirtió en un susurro que el pequeño solamente pudo oír.

Obedeció la orden, con su corazón casi tocando su garganta, era casi imposible pasar la seguridad de la casa, en caso de ser algún ladrón o persona con malas intenciones, sin embargo tampoco quedaba nulo de posibilidades.

—Wow. —Changbin en ese momento apareció por el umbral con las manos extendidas hacia arriba— Mi intención era llegar en silencio y sin dramas, pero creo que no lo logré —bajó con sumo cuidado sus brazos hasta dejarlos a ambos costados.

—Agh, idiota me asusté, pensé que era alguien peligroso —Jihyo bajó el arma y la volvió a guardar en el mueble.

—Oye, yo soy alguien peligroso —su rostro se transformó en uno de completa indignación.

—Tan peligroso como un osito de peluche —hizo un puchero para burlarse de él, obteniendo un bufido de respuesta—. Ven, hice galletas, come un poco.

—Esta vez si las hiciste con azúcar, ¿o volviste a confundir la sal? —caminó cerca de la encimera para sacar una, recibiendo la mirada asesina de la mayor.

—A Felix le encantaron —en el momento que pronunció el nombre se dio cuenta que el chico aún estaba agachado detrás de la madera— oye ya puedes salir, solo es Changbinnie —ocupó el apodo sabiendo la reacción que tendría el otro chico y sonrió cuando la obtuvo.

—¿Felix esta ahí? —su pregunta fue con tono juguetón, acercándose sigilosamente hasta al otro lado del mueble— ¡Oh, te encontré! —lo atrapó en sus brazos con una gran sonrisa, ambos comenzando a reír.

Changbin había olvidado por completo que la mayor estaba ahí y los observaba enternecida, por lo que se separó rápidamente del menor y lo alejó de sí, aclarandose la garganta con una tos nerviosa en el proceso.

—El hijo del vicepresidente Han llega hoy en la noche —habló retomando su voz fría—, ocupará el cuarto al lado del de Yongbok mientras tanto —y diciendo esto se retiró del lugar.

Mafia isn't Cute  [ChangLix] (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora