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—¡Vete! Tienes que huir —el chico con una bala enterrada dolorosamente en su pierna intentaba con todas sus fuerzas hablar, sin dejar que su tono se tiñera de dolor.

—¿Y dejarte morir aquí? Estas loco, vamos a salir de esto juntos o sino moriremos, ¡juntos! —el menor intentaba secar sus lágrimas en el dorso de su mano, ya que su palma estaba llena de la sangre ajena.

—¡Tu tienes que seguir sin mí! ¿Tan difícil es para tu cabecita entenderlo? —comenzaba a perder la paciencia, sabía que el único que debía morir ante un plan fallido era él.

—¡¿Y por qué tu no entiendes que te amo y no quiero dejarte morir aquí? Te necesito, encontraremos una forma de... —no pudo terminar la frase, ya que un puño llegó preciso en su nuca, era el punto exacto en donde se golpea a alguien que se quiere dejar inconsciente sin provocar mayor daño, lo último que logró decir después de recibir el golpe fue el nombre del chico al que tanto quería— Changbin hyung... —luego cayó, siendo recibido por unos fuertes brazos.

—Espero que algún día me perdones y me entiendas, te amo —depositó un suave beso en la frente contraria, luego le entregó el cuerpo inconsciente al otro chico de brazos fuertes— Llevatelo de aquí y promete que lo cuidarás con tu vida —lo miró con ojos amenazantes.

—Lo prometo —dicho esto tomó al menor en sus brazos y salió de esa habitación en mal estado.

[Continuará más adelante]

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El sol era intenso a esas horas de la mañana, apenas eran las nueve de la mañana del día domingo. Como era costumbre, la madre se encontraba despertando a sus dos hijos, primero a su hija mayor y luego al más pequeño, su lindo y tierno Felix, la mujer sabía que era malo hacer diferencias entre sus hijos, pero la niña más grande era totalmente independiente, sin embargo su pequeño niño a pesar de no tener tanta diferencia de edad con su hermana mayor, era todo lo contrario, era un chico tímido, inocente y muy dependiente de ella.

—Felix, cielito, ya es hora de despertar —la mujer se sentó en un borde de la cama con cobertor de autos animados, acariciando con suavidad el pelo del chico.

—Buenos días mami —la saludó mientras se incorporaba de a poco en la cama.

Así eran las mañanas del pequeño Felix, siempre era despertado con suavidad por la dulce voz de su madre, aunque a veces también lo despertaba su padre, no obstante el hombre nunca pasaba en casa, ya que debía hacer muchos negocios en Corea del Sur.

Lee JongSuk, ese era su padre, el jefe y dueño de una mafia que llevaba años vigente, una de las más grandes y con más territorio abarcado de Corea del Sur, la mafia que se encargaba del tráfico en distintas áreas: Drogas, armas, personas o especies exóticas; lavado de dinero y últimamente estaban metiéndose en el mundo del entretenimiento, haciendo inversiones en canales de televisión y así manipular información. JongSuk era temido por muchos, era un hombre sin escrúpulos y con la sangre fría, que no dudaba a la hora de matar a traidores, a quienes se interpusieran en su camino o a quien no hiciese bien su trabajo, esa era otra área de la que se encargaba, matar, tenía múltiples asesinos en su mafia que se ocupaban cuando alguien pagaba una suma de dinero por deshacerse de alguien, y era para eso que la compra de acciones en áreas del entretenimiento servía, además de tener personas infiltradas en la policía, ninguna información entraba o salía. A pesar de todo el gran historial criminal de la mafia Dal a manos de Lee, era un hombre preocupado por su familia, sin dudar ni un segundo en mudarse a Australia cuando pudo casarse con la mujer que amaba, para mantenerla a salvo.

Mafia isn't Cute  [ChangLix] (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora