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Su respiración se cortó por un momento cuando escuchó la campana sonar, y sin perder tiempo, guardó todas sus pertenencias dentro de su mochila una vez la profesora indicó que la clase había terminado, rogando mentalmente porque eso fuera lo último que tenía que decir, un pensamiento que no sólo resonaba en su cabeza, si no en la de todos los alumnos pertenecientes al grupo.

Muchos se levantaron de su asiento de inmediato, caminando hacia la salida con rapidez en un intento desesperado por escapar de aquella sala, sin querer dar oportunidad a que la responsable del grupo pudiera agregar algo más, sin embargo, antes de que alguien pudiera poner un pie fuera del salón, ésta volvió a hablar deteniendo el paso de todos.

—Un momento, por favor, aún tengo que darles sus boletas de calificaciones.

Un suspiro grupal fue lo único que se escuchó. Todos volvieron a sus asientos y con pesadez esperaron por la entrega de aquel documento para poder irse.

Como siempre, la profesora comenzó a nombrar a los alumnos por orden alfabético, los cuales al levantarse y recoger la dichosa hoja, agradecieron en voz baja, y se marcharon del salón, algunos estando a punto de tropezar por prestar más atención a la boleta entre sus manos que en el lugar donde pisaban. Así fue hasta que el último estudiante de la clase salió.

Muchos se reunieron afuera del salón, tomándose un tiempo para poder analizar aquella hoja con más tranquilidad antes de irse, y mientras algunos celebraban o agradecían al cielo por sus resultados, otros simplemente guardaban el documento con rapidez dentro de su mochila y procedían a marcharse antes de que alguien pudiera cuestionarles por sus calificaciones.

USA caminó un par de metros más allá de los demás para poder ver sus resultados con calma, claramente se sentía inseguro, no había querido dar ni un pequeño vistazo desde que la boleta le había sido entregada por obvias razones.

Podría calificar su esfuerzo durante el último trimestre como bueno, pero, ¿y si al final no había sido suficiente?

Con aquello en mente, se decidió por ver sus notas.

Y para su sorpresa, eran mejores de lo que habría esperado, al menos en algunas cuantas materias. Era obvio que no podría conseguir una nota tan alta en matemáticas o química, que a diferencia de lo demás era lo que peor se le daba, pero aún así no había sido tan malo y con eso se sentía más tranquilo. Vaya que se había quitado un peso de encima.

Con una sonrisa en el rostro, guardó aquella hoja dentro de su mochila y una vez ésta fue cerrada, se encaminó hacia la salida con un aire más alegre y relajado.

Sin embargo, en un movimiento involuntario desvió su vista hacia otro lado y fue entonces cuando su mirada se encontró directamente con la de aquel chico con el cual ya estaba acostumbrado a toparse repentinamente. Su corazón dio un pequeño vuelco al instante y en su estómago pudo sentir aquella tan conocida sensación de mariposas al ver como el otro le dedicaba una bella sonrisa desde lo lejos.

México le hizo una seña para que se acercara y USA sin poder negarse caminó hacia él, tratando de ocultar la pequeña sonrisita que se había formado en sus labios por la emoción que le provocaba estar junto al otro.

El latino se encontraba con su grupo de amigos esperando a que su pareja terminara de arreglar algo con la profesora, y al ver cómo el gringo caminaba en su dirección, decidió apartarse de los demás para poder conversar con el otro sin interrupciones o incomodidades.

Así fue hasta que estuvieron frente a frente.

—Hola, gordis –Saludó el más bajo mirando directamente a los lentes del contrario, intentando visualizar los ojos ajenos a través de ellos.

Eyes...❞ |Usamex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora