Eyes...❞ |Usamex.

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ADVERTENCIA:

Sé que es un poco tonto que lo ponga ahora cuando en toda la historia ya se han tocado estos temas, pero aquí será un poquito más explícito (no tAanto) así que gual lo menciono por si acaso.

En este capítulo se hará mención de temas como el tca, ataques de ansiedad, depresión, inseguridad,  "self doubt", pensamientos intrusivos, crisis de identidad y suicidio. Probablemente también haya otros pero esos serán los principales.

Aclarado esto, a leer.

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Todo era tan...extraño.

Él se sentía extraño.

Su cuerpo, su mente, su alrededor. Todo.

Había tantos cambios y le costaba adaptarse a ellos, pues cada vez que parecía haberse acostumbrado a uno, siempre detrás de él llegaba otro.

Era frustrante, porque no podía esperar a que las cosas funcionaran de cierta manera por un determinado tiempo, tuvo que aprender a esperar lo inesperado, y a vivir en el constante cambio.

Aveces era difícil, aveces solo quería descansar de todo eso.

Se había acostumbrado a una vida feliz con su familia, pronto eso terminó y felicidad era lo último que se podía percibir al estar juntos.

Se acostumbró a salir todos los días como el resto de las personas, a la escuela, al parque, o a jugar, y de repente, su cuarto se convirtió en el lugar donde pasaría la mayoría de sus días. Encerrado, solo.

Se acostumbró a estar con su madre diariamente, divirtiéndose, desahogándose y pasando tiempo juntos, pero pronto ella se fue sin explicación alguna y dejó de verla en su totalidad. Cómo la extrañaba.

Su relación con sus hermanos cambió, pasaron de ser muy unidos a casi no hablar entre ellos, y aunque no fuera capaz de admitirlo en voz alta, eso le había afectado mucho.

Él también tuvo que cambiar, su físico, su forma de pensar, tuvo que ocultar sus verdaderos sentimientos y esconder aquello por lo que su padre tanto se avergonzaba, pues eso era lo único que no podía cambiar de sí mismo, no podía cambiar quién era, solo fingir ser otra persona.

Era la única manera en que la sociedad lo aceptaría, de lo contrario sería rechazado para siempre.

Podía parecer que aquello no le importaba, pero poco a poco sentía como se rompía más y más.

Y aunque por un momento creyera que las cosas iban bien durante sus primeros meses de escuela, pronto su farsa se vio descubierta, fue entonces cuando pudo comprender que nunca sería aceptado totalmente y que a pesar de intentarlo, no podría ser cómo los demás.

Realmente no supo qué pasaría después de eso, no podía decirle a su padre, tampoco tenía caso seguir fingiendo, pero ¿qué más le quedaba? ¿Qué otra cosa podría perder si ya no poseía nada?

Ahora solo trataría de enfocarse en sobrevivir ese año, intentando una vez más, adaptarse al cambio. Pasar de ser el más popular al chico con el que ya nadie quería hablar.

Suponía...que estaba bien.

Pero pronto llegó alguien a hacerle compañía, ese joven latino de bandera tricolor que tanto le había ayudado sin siquiera saberlo. Estaba molesto con él, sí, pero con el pasar del tiempo arreglaron las cosas y poco a poco se volvieron más cercanos. Él le había demostrado que aún había cosas buenas en el mundo, le explicó que no debía preocuparse por lo que pensaran los demás de él y también le había enseñado lo que era el amor.