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Dio un último vistazo al espejo frente a él, contempló su imagen en este durante un par de segundos asegurándose de ya estar listo y tener lo necesario para irse. Se miró de arriba a abajo con detenimiento, analizándose a sí mismo y tratando de encontrar alguna falla en su vestuario que pudiera ser causante de la más mínima burla hacia él, una falla que no encontró. Dejó escapar un suspiro pesado de sus labios y se recargó sobre su tocador con la mirada gacha. 

No quería hacerlo, no quería ir, nunca antes había asistido a una escuela de ese tipo y aunque lo negara eso le ponía nervioso. Según había investigado esa era la mejor y más grande  preparatoria en una gran parte del continente, lo cual significaba demasiado para él, no estaba seguro de querer ingresar a ese lugar. 

Sus hermanos habían estudiado ahí los primeros dos años, y por decisiones familiares —es decir, de su padre— él había cursado desde la secundaria en escuelas privadas y más pequeñas, por esto mismo no estaba acostumbrado a estar con mucha gente, y de un momento a otro ir en la más grande de varios países era un apresurado salto que había dado sin saber si estaba listo siquiera.

También estaba la cuestión de no conocer nada ni a nadie, a diferencia de los demás él no tenía amigos ahí, llegaría a cursar ese último año como si fuera un niño recién ingresado a ese nivel, sin saber dónde se encontraba cada parte de la escuela y con miedo de perderse e ingresar al salón equivocado el primer día. 

Suerte que ahí estaba su hermano para eso, él le indicaría donde se encontraba cada lugar cuando fuera necesario, y no sólo por el hecho de ser hermanos, si no también por que Canadá formaba parte del comité de alumnos y él era el encargado de dar la bienvenida a los recién llegados, algo que obviamente utilizaría a su favor. 

Aunque a decir verdad, le habría gustado la idea de que le hubieran dado un recorrido por la institución antes de empezar las clases, cosa que no fue así, tal parece que sólo los de cuarto grado lo recibían, pero en fin, no se quejaba. 

Volvió a soltar otro suspiro, esta vez uno mucho más largo y forzado como para tratarse de uno. Ahora mismo se encontraba en un proceso tonto de auto convencimiento, pero no importaba que idea o razón se posara en su cabeza, nada lograba motivarlo a ir. 

Alzó su muñeca izquierda y visualizó la hora en el caro reloj que su padre le había dado. Ya faltaba poco para tener que irse y la verdad es que cada vez estaba menos ansioso de ello. No quería verse obligado a convivir con toda esa gente rica y presumida que lo único que hacían era pensar en fiestas y coger. 

Oh, y por si se lo preguntaban; si, él también era niño rico, siempre lo había sido pero no le gustaba presumir de ello. De no haber sido así la institución jamás hubiera permitido aceptar a un alumno más para cursar en el último año sin realizar un examen de admisión antes, pero obviamente lo aceptaron para que su padre no dejara de donar dinero a la escuela, la verdad es que su progenitor podría comprarla si quisiera. 

Oh bueno, eso siempre le había hecho creer, quizá sólo exageraba. 

Un par de golpecitos en su puerta lo hicieron reaccionar. USA giró su cabeza hacia esta con rapidez, encontrándose así con su hermano asomándose por la pequeña ranura de la entrada. 

—Êtes-vous prêt aux États-Unis? Nous partirons bientôt [¿Estás listo USA? Nos iremos pronto]. 

El nombrado le miró un par de segundos solo para después asentir con suavidad. 

—Yeah, I'll go down in a couple of minutes [Si, bajaré en un par de minutos] —Respondió serio, su hermano sólo se limitó a asentir para después retirarse.

Eyes...❞ |Usamex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora