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Inhaló aire una vez más aún sin poder creer lo que veía ¿Acaso todo eso era solo una ilusión? ¿Una mala jugada de su mente y lo había confundido? ¿O...realmente estaba ahí...?

Parpadeó una, dos, tres veces, inclusive talló sus ojos por debajo de los lentes pero no había cambio alguno, él seguía estando ahí parado con una bella y enorme sonrisa en su rostro como si el hecho de llegar tarde no importara en lo absoluto.

Por un momento se aterró al creer que no era quien pensaba, que quizá si lo había confundido tal y como hace algunos años lo había hecho con un chico al que empujó accidentalmente en la calle. Este tenía los mismos colores por lo que se alegró al creer que era su querido amigo, grande fue su decepción y vergüenza cuando el otro lo apartó con brusquedad y siguió su camino murmurando cosas por lo bajo en un idioma diferente al español.

Si, definitivamente no fue quien pensaba. Una, porque no tenía el escudo de águila tan característico de su amigo, dos, porque hablaba italiano y tres, porque aquel al que buscaba era un chico alegre y de buen corazón, alguien quien ayudaría a cualquiera sin importar qué.

Alguien demasiado similar al chico que estaba sobre el escenario y que ahora estaba siendo llevado por sus amigos detrás de este.

—Con permiso weón —Una frase que lo sacó de su trance y lo devolvió a la realidad. 

Miró a su alrededor desconcertado sólo para encontrarse con todos los alumnos desalojando el auditorio, volvió a mirar a quien yacía frente a él y se dio cuenta de que estaba estorbando, por lo que de inmediato se quitó del camino sin articular palabra alguna. Ni siquiera se percató de cuando se levantó de su asiento.

Suspiró con pesadez y se cruzó de brazos sin saber que hacer ¿Debía irse? ¿Esperar a Canadá? ¿Ir tras el escenario para ver a México más de cerca...? 

Y de pronto un pensamiento le llegó a la mente como un balde de agua fría. 

Canadá lo conocía... 

Todo este tiempo Canadá había sido amigo de México y jamás se lo hizo saber aún cuando este estaba consiente de que lo único que de verdad quería era encontrarse con él una vez más... 

¿Por qué? ¿Por qué nunca lo mencionó? ¿Por qué aún después de contarle lo mucho que quería volver a ver a aquel country no se lo dijo? 

Cada vez que su padre se lo permitía salía a la calle con la esperanza de cruzarse con él, cuando se sentía triste iba a aquél callejón en el que se habían topado por primera vez y esperaba horas ahí sentado pensando que quizá el tricolor caminaría por este en cualquier momento. Lo había dibujado, lo dibujó miles y miles de veces mientras era pequeño para no olvidar su rostro y cuando finalmente se dio cuenta de que lo más probable era que jamás volvería a verlo lo olvidó, olvidó su nombre, olvidó el melodioso sonido de su voz y olvidó aquella alegría que sintió cuando el mexicano llegó a defenderlo y acarició su mejilla. 

Olvidó aquel pequeño y posible único recuerdo en el que fue feliz de verdad. 

De un momento a otro se dio cuenta de que sus puños estaban cerrados con fuerza y su ceño estaba fruncido. Estaba molesto con su hermano, si, pero no iba a pelear con él el primer día de clases y por esa tan personal situación, no lo haría. 

Solo suspiró buscando tranquilizarse y caminó tras el escenario para buscar al grupo de alumnos que se hallaba en este. Se acercó silenciosamente al lugar y prestó atención para escuchar lo que los otros decían. 

—Я сказал тебе! Я сказал тебе не опаздывать, и это первое, что ты делаешь! Я не могу поверить Мексике, это первый день, и ты оставляешь меня со своими вещами [¡Te lo dije! ¡Te dije que no llegaras tarde y es lo primero que haces! No puedo creerlo México, es el primer día y me sales con tus cosas...] —Regañaba un chico alto con una notoria molestia al único latino de la habitación. 

Eyes...❞ |Usamex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora