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-Yo... ¿Lo aprecio? -su tono sonaba a pregunta-

-¿Lo aprecias? -Harry sonaba escéptico- No necesitas de ningún matrimonio para salir adelante, podría ayudarte ya que has hecho bastante por mí sin tener que llegar a esos extremos.

-No, Harry. Te lo agradezco, pero ya es suficiente con ser la traidora a la sangre número uno, como para sumarle de nuevo "la perra de Harry Potter".

-Mione... -lo interrumpió sabiendo lo que diría-

-Estaré bien, ¿Okay? Cualquier cosa que decida será porque yo así lo quiero.

Harry sin estar muy convencido acepto sus palabras, a fin de cuentas sabía que Hermione no tomaría ninguna decisión sin haber pensado en todos los pros y contras antes ¿verdad?.

Siguieron conversando por un rato más y caminaron hacia el castillo para retomar sus obligaciones.

Harry dejo a Hermione en la entrada del castillo porque tenía que ir a la biblioteca a terminar una tarea y ya casi iba a llegar a su destino cuando se dio una palmada en la frente. No había hablado con ella de lo que realmente quería, iba a ser hombre muerto.

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Mientras tanto, Hermione camino tranquilamente por entre los pasillos ya que al haber perdido las dos primeras clases la dejaba con mas tiempo libre del que le gustaría ya que la siguiente clase la tendría hasta en la tarde.

Durante ese tiempo seguía pensando en la proposición de Theo. ¿Debería aceptar? Encontraba muchos pros y contras a ello pero había algo que no le terminaba de convencer en todo eso. No llegaba a entender que podría esperar recibir a cambio Nott si ella aceptaba. Sabía que Theo no estaba enamorado de ella incluso pensaba que el ya estaba comprometido con una sangre pura... Se detuvo en seco, un recuerdo vino a ella como un flash. Con eso en mente salió corriendo en busca de Theo para pedirle una explicación.

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Ya había recorrido casi todo el castillo incluso había ido hasta las mazmorras y no encontraba a Theo. Se estaba cansando de buscarlo cuando de repente al doblar por un pasillo alguien choco con ella y terminó en el suelo.

-¡Fíjate por donde vas, traidora! -Daphne Greengrass lanzaba llamas de sus ojos-.

Draco Malfoy era el acompañante de aquella rubia, que desvío su mirada aburrido.

-Tu deberías tener más cuidado Greengrass -dijo Hermione mientras se levantaba y los fulminaba con la mirada-.

-¿Escuchaste eso Draquis? Suena como un mosquito muy molesto.

-Que infantil eres -Hermione bufó iba a pasar por un lado de ellos cuando Daphne la tomó del brazo-.

-No te creas mejor que nosotros solo por ser la zorra del salvador mágico -escupió con veneno la rubia-.

Hermione apretó los puños y de una sacudida quito la mano de Daphne. Estaba a punto de responderle cuando Draco habló.

-Detente Daph, vámonos de aquí. No vale la pena.

Daphne le sonrió con diversión a Hermione y pasó por un lado de ella empujándola con el hombro. Se sobo donde aquella serpiente la había golpeado y no había notado que Malfoy continuaba parado frente a ella.

-Ten más cuidado a la próxima Parkinson -su rostro estaba inexpresivo-.

-Metete en tus asuntos hurón y aleja a tu noviecita de mí.

Hermione continuo su camino sin esperar respuesta. Dio vuelta en el siguiente pasillo y volvió a chocar con alguien solo que esta vez la sostuvieron de los brazos y escucho una risa ahogada.

El Destino de una ParkinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora