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Después de ese día a pesar de los intentos de Draco por acercarse a Hermione no había tenido tanto éxito ya que la castaña se la pasaba detrás de cientos de libros debido a los próximos ÉXTASIS, tomo asiento en un sofá en la sala común pensando en aquella tarde de jueves.

Sus intenciones por acercarse a Hermione estaban fallando pero esa tarde tenía la confianza de que nada podría ir mal. Ella se encontraba en la torre de astronomía viendo hacia el lago negro, llego sigilosamente y la observaba desde la entrada, lucía tan hermosa con la luz del atardecer en su rostro dándole un aspecto cálido y tierno.

-¿Se te perdió algo Malfoy? -dijo ella sin voltear a verlo-.

Carraspeo, avergonzado de que lo haya atrapado admirándola.

-Hola Her... Parkinson.

Hermione volteo a verlo y arqueo una ceja.

-¿Estabas a punto de llamarme por mi nombre hurón?

-No me digas hurón, leona -le dio una sonrisa de medio lado-.

Hermione bufó divertida ante la sonrisa de él, estuvieron unos minutos en silencio que no molestaba a ninguno de los dos.

-Parkinson.

-Hmmm.

-¿Podrías ...?

-¡Hermione! Necesito de tu ayuda -llego Potter a toda velocidad, tomando a la chica del brazo y la empezó a empujar hacia la salida-, estoy a punto de hacer explotar la sala común si no vienes conmigo en este instante-.

Bobopotter le arruino su oportunidad de poder tener una conversación decente con la Gryffindor y así poder ir retomando poco a poco su antigua amistad e ir ganando su confianza otra vez.

Aunque una sonrisa de satisfacción llego a él ya que al menos Potter falló en su proyecto de Pociones y duro más de una semana con el cabello rosa.

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Tras algunas semanas en relativa paz, horas y horas de estudio finalmente realizaron los ÉXTASIS y podían respirar con tranquilidad. Aunque Hermione aún sentía una pequeña presión en el pecho.

Hoy era la graduación y despedida definitiva del colegio. Mañana se irían de ahí y aunque Theo intentó convencerla de que podría irse a instalar ya a su mansión, ella no quiso. Estaría con Harry en Grimmauld Place hasta que fuera la boda, la cual estaba programada para que fuera dentro de un mes.

Desde aquella noche algo loca no había vuelto a encontrarse con Malfoy -excepto por aquella tarde en la torre de astronomía- y daba gracias a Merlín que Harry la había sacado de ahí sino no sabría que locura habría hecho.

Malfoy había sido su amor en la infancia y al entrar a Hogwarts y quedar en Gryffindor pensó que el sería valiente y estaría con ella como apoyo pero ocurrió lo contrario y a pesar de esa terrible decepción su corazón daba ligeros brincos cuando lo veía. Después de que empezó todo a cambiar con la llegada de Voldemort tuvo que esconder muy bien cualquier rastro de cariño que tenía hacia el ya que su familia era fiel seguidora del Lord y posiblemente lo usarían en su contra. Incluso después de la guerra, había dado por sentado que sus sentimientos habían desaparecido al tenerlos tanto tiempo bajo llave por lo cual también fue un factor que considero antes de aceptar la propuesta de Theo.

Grande fue su sorpresa que con solo unos besos el puso su mundo cuesta arriba. Su corazón latía fuertemente cada vez que lo miraba y cuando pasaba cerca de él le daban ganas de correr a sus brazos y refugiarse en ellos. Sentía una gran necesidad de sujetar su mano, de que fuera el quien intentará protegerla pero sabía que las cosas eran diferentes.

El Destino de una ParkinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora