El Destino de una Parkinson

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Habían pasado unos días desde aquel pequeño encuentro entre Hermione y Theo, quien finalmente tenía una respuesta para el Slytherin.

Estaba por acomodar unos libros que había utilizado para sus tareas en los estantes de la biblioteca cuando Theo llego a su lado, le dio una sonrisa que causó en Hermione un sentimiento de calidez. Se acercó a él y le puso la mano en el hombro.

-Hola -dijo en voz baja Theo aún con su sonrisa-.

-Hola -dijo ella tímida-.

Pasaron unos segundos en los que ella miraba hacia el suelo mientras que Theo esperaba paciente a que ella hablara primero, la conocía para saber que tenía algo que decirle. Levanto la mirada Hermione y miro determinación en sus ojos.

-Hagámoslo.

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Era viernes por la tarde, una semana después de haber aceptado la propuesta de Theo en la biblioteca aquella tarde y ya corría el rumor por todo el colegio de su matrimonio. Rodó los ojos con fastidio, los alumnos podían llegar a ser bastante chismosos cuando se lo proponían.

A estas alturas, a los únicos que les había dado la noticia era a sus amigos. Desconocía si Theo ya les había contado a los demás.

Iba concentrada pensando en eso mientras se dirigía sola a su sala común ya que los chicos estaban en entrenamiento de Quidditch cuando de repente detrás de ella escucho un grito.

-¡HERMIONE HELENA PARKINSON!

Hermione se sobresalto y quedo petrificada, conocía perfectamente esa voz y maldijo internamente.

-¡No creas que seguirás escapando de mi! Y si lo intentas te hechizare, no me importa usar imperdonables contigo.

-¡Pansy! -no volteó, por el tono de voz de su hermana detectó que estaba muy molesta-.

-La misma que viste y calza corazón -le dio una sonrisa de medio lado mientras caminaba hasta quedar frente de Hermione-.

-¿Desde cuándo usas frases muggles? -le dijo con el ceño fruncido-.

-Eso no importa -de pronto, su rostro se volvió serio y comenzó a darle manotazos en el hombro- Eres la peor...hermana...en...el...universo... -hacia pausas entre algunos golpes- Ya fue suficiente de comportarte como una niña malcriada Helena.

-Hermione trataba de detener los golpes de Pansy y al escuchar como la llamaba resoplo y fríamente le respondió- No me llames así.

Pansy tomo un mechón de su cabello y jugaba superficialmente con él.

-Yo te llamaré como quiera, Helena -dijo enfatizando su nombre-.

Hermione dio un suspiro resignado. Pansy podía ocultar sus sentimientos muy bien, pero ella la conocía mejor que nadie y podía ver en sus ojos un poco de resentimiento y dolor.

-Bien, ¿Que es lo que quieres?

-¿Que si que quiero? Bueno, déjame pensar ... -se cruzo de brazos mientras ponía su mano en el mentón en un gesto pensativo- Primero, tendrías el amable gesto de volver a hablar conmigo ya que te recuerdo que la estúpida guerra terminó y tus lamentables excusas de "es peligroso para ti que te vean conmigo" ya no funcionan. En segundo... -Hermione sabía lo que vendría después, incluso tendría que felicitar a Pansy por tardar tanto tiempo en venir a pedirle explicaciones- Me podrías decir...-decía lentamente y cada vez subía el tono- ¡¿Como es eso de que te vas a casar con Theo?!

-Yo...

-¿Estás mal de la cabeza? ¿Acaso te cayeron en la cabeza una docena de libros? Esto es...

-¡Basta! Creo que soy lo suficientemente mayor como para tomar ese tipo de decisiones.