El Destino de una Parkinson

17

Draco se quedo inmóvil bajo el chorro de agua por algunos minutos pensando lo que había pasado en las últimas horas.

Se puso a pensar en las últimas horas, «me casé con Hermione, la chica que me ha gustado desde hace algunos años y la cuál trate muy mal, su padre es un imbécil y para terminar de cerrar con broche de oro la situación, en estos últimos meses he empezado a sentir algo más fuerte hacia ella que un simple deseo...»

Sí, estaba realmente jodido.

Sabia que ella lo despreciaba, demonios, ella tendría que hacerlo.

Por el estado en que llegó a la ceremonia sabia que ella era infeliz por tenerse que unir a él y eso lo destrozaba.

Hubiera preferido que ella pudiera elegir con quien quería estar, incluso si la felicidad de ella era al lado de Theo lo hubiera aceptado sin rechistar.

Cerro los ojos y tomo aire profundamente. Merlín, Circe y Morgana que lo maldijeran si no fuera así, comprendió muy tarde que el amor no se obliga a sentir ni tampoco se ata a una persona por capricho, ya que ella es quien decide con quien estar.

Golpeó la pared, se sentía impotente. Dio otro golpe más y sintió sus nudillos arder y relajo un poco su postura recordando las palabras de Helena Parkinson.

-Draco, ¿podríamos hablar un momento? -Helena lo detuvo antes de entrar a la mansión por dónde había visto que su madre y Pansy llevaban a Hermione-.

-Claro señora Parkinson.

Vio como ella se estremecía ligeramente ante su apellido de casada, eso le hizo fruncir el ceño.

Los había apartado de cualquier ojo curioso y se puso a revisar que no hubiera nadie cerca.

Él se quedo observando a aquella mujer, era tan parecida a su esposa... Su esposa, sintió como si una bludger lo hubiera golpeado y sacudió la cabeza para aclararse la mente.

-¿De que desea hablar, señora Parkinson?

-Bien -Helena movía las manos con nerviosismo, tomó aire y lo miró a los ojos con una valentía que no había vislumbrando en ella antes-, quiero pedirte algo y por tu bien, espero que puedas prometer que lo cumplirás.

Draco desconcertado, solo pudo asentir y le hizo un asentimiento para que continuara.

-Quiero que cuides de Hermione...

-Lo haré con mi vida, de eso no hay duda señora -respondió el de inmediato-.

-... porque yo mejor que nadie sé como es la crianza en nuestro mundo -prosiguió como si Draco nunca la hubiera interrumpido- y no quiero que mi hija sufra lo mismo que yo en el matrimonio, bastante ha tenido ya que soportar con haber sido rechazada por su familia y después con la guerra para que ahora este metida en esta desafortunada... situación.

Helena hizo una mueca al describir su matrimonio como si fuera lo peor que pudo haberle pasado a Hermione, de cierta forma eso le dolió un poco.

Estaba a punto de decir algo cuando Helena se acerco a menos de un metro de distancia de él y vio un ligero fuego danzando en esos ojos verdes, recordándole a los de su hija cuando está se molestaba.

-Si me llego a enterar de que mi hija es infeliz o sufre algún maltrato físico a tu lado, no me importará terminar con tu linaje así sea lo último que haga en esta vida.

Una sonrisa apareció en su rostro, ya sabia de donde había sacado su lado salvaje Hermione, aunque ahora que analizaba la situación, podía llegar a comprender las palabras de Helena.