Capítulo 27

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MADDY

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MADDY

Ambos nos encontramos sentados en la cocina, Travis ha tomado asiento frente a mí y me aferro ante el vaso de vidrio que hay entre mis manos, después de debatirme por mucho tiempo, por mucho que sienta que esto es algo que debo de callar por el resto de mi vida, quiero hablarlo con Travis, decirle la verdadera razón por la que estoy en Daxton Hollow.

—Sucedió hace tres años —me atrevo a hablar, la mirada de Travis está fija en mí—. Tenía diecinueve cuando mi padre se enteró que me acostaba con su socio. En aquel entonces, era bastante egoísta y superficial, no me importaba nada que no fuera el dinero, sexo, viajes, lujos, cualquier cosa que me hiciera ver como una chica malcriada y superficial. Solo buscaba una excusa para evadir mi vida y él parecía la mejor excusa.

De nuevo se me hace un nudo en mi garganta y quiero retroceder en el tiempo y eliminar por siempre este momento.

—¿Cómo lo descubrió? —pregunta con curiosidad en su voz. Los viejos recuerdos vienen a mí y no estoy segura de que Travis quiera escuchar el resto de la historia, me aterra de la idea de que después de escucharla, me vea de manera diferente.

Cierro mis ojos con fuerza y trato de contener las lágrimas.

—Es una larga historia y...

Hago una larga pausa y Travis busca de nuevo mi mirada.

—Maddy, no voy a juzgarte. Quiero escuchar la verdad.

Insiste y siento una especie de remordimiento en mi interior, alzo la mirada al techo y trago con fuerza.

Si decido callar, puede ser que descubra la verdad más adelante y lo haga de la peor manera, de la manera desastrosa y desalentadora en que los medios suelen revelar todo, porque si esa verdad alguna vez sale a la luz, no creo que Kyle sea quién quedé mal sino yo.

Intento concentrarme en su mirada con el deseo de calmar mis nervios.

No quiero echar a perder lo que sea que Travis y yo estamos comenzando a tener, me gusta y mi inseguridad sobre mi pasado está allí, atormentándome.

—Papá tenía a un socio, era su mejor amigo, Kyle. —me atrevo a mencionar su nombre en voz alta—. Hacían casi todo juntos, viajes de negocios, fiestas, cenas en casa, diría que eran inseparables. Como los dos siempre pasaban más tiempo en su trabajo y fuera de su oficina se reunían para continuar con el trabajo en casa. Al principio, teníamos conversaciones casuales, simples saludos cada vez que nos topábamos en un lugar, esos saludos casuales cambiaron a miradas, miradas que despertaban curiosidad en mí —hago una larga pausa mientras los viejos recuerdos llegan a mí y suspiro pesadamente—. Era joven y deseaba que alguien me amara. Mis padres nunca me ponían atención, Kyle de cierta forma lo hacía, solía decirme que estaba orgulloso de mí, que le parecía guapa y por muy absurdo que suene, que él me lo dijera, me gustaba. Me gustaba la forma en que me miraba, me trataba y poco a poco todo eso se volvió más que un comentario o mirada inocente, me le insinué tanto como él también lo hizo, me sentía atraída por él aun cuando sabía que no era correcto.

La Luz de Mi TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora