Capítulo Extra

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Travis

Me habían preparado para la guerra, sabía bien como defenderme y proteger a los demás, a luchar, a valerme por mí mismo, sentía que estaba preparado para la vida, sin embargo, mi corazón late a mil por segundo y siento una extraña adrenalina en mí.

Si Matt estuviera aquí, se burlaría de mi como de costumbre y diría que soy un soldado caído justo como le solíamos decir a nuestros amigos cuando anunciaban comprometerse con sus chicas.

—¿Estás bien? —Pregunta Brandon cuando entrega mi desayuno, alzo la mirada a él y asiento levemente.

—Si claro, estoy bien —miento y para él no es creíble.

—Te ves... raro. —Mi amigo frunce el ceño y tomo una bocanada de aire que dejo exhalar segundos después.

—Estoy bien, de verdad. —con un gesto de mano intento decirle que no tiene qué preocuparse, pero Brandon no suelta el tema tan fácilmente.

—¿Quieres que le hable a Maddy?

—¿Qué? No, no. No hace falta, así... —ay, Dios, estoy haciendo el tonto ahora mismo, los ojos azules de Brandon están fijos en los míos y suspiro—. Voy a pedirle matrimonio.

Brandon tarda unos segundos en entender lo que acabo de decir porque he bajado mucho la voz y apenas se ha escuchado lo que he dicho.

—¡Ay por Dios! —una enorme sonrisa se forma en él y se apresura a tomar asiento frente a mí, no sin antes voltear en dirección a Maddy y comprobar que está distraída—. ¿Vas a hacerlo aquí mismo?

Asiento. Esperaba hacerlo en otro lugar, pero con Maddy he aprendido que no necesito impresionarla y no creo que pueda seguir esperando más tiempo, quiero hacerlo ahora y sorprenderla mientras trabaja.

—¿Cuál es el plan?

—¿Qué dices? —Frunzo el ceño.

—Vamos Travis, todos deben tener un plan cuando van a pedirle matrimonio a alguien. Me sorprende que tú no tengas uno.

—No soy bueno para ello.

—Ajá, no eres bueno para planificar como pedirle matrimonio a tu chica, pero si para planificar una batalla, ya veo —intenta no reírse de mí y ruedo los ojos. Hay mucha razón en el comentario de Brandon por eso no se lo discuto—. Bien, esto es lo que haremos.

Se inclina hacia adelante dispuesto a darme las indicaciones, como sabe que obedecer es parte de mí, aprovecha para darme órdenes que son bastante claras, pero consiguen ponerme los nervios de punta.

Después de que Brandon me da todas las indicaciones, como el desayuno y me espero unos minutos bebiendo una malteada de chocolate, estoy tentado en pedir otra, pero sé que eso me ganaría una mirada fulminante de parte de Brandon y me diría después lo cobarde que soy por no apresurarme al plan.

Tiene razón, soy bueno planificando una batalla, pero no para pedir matrimonio.

En mi defensa, el matrimonio nunca estaba pensado en mi vida, siempre creí que era algo que evitaría, sin embargo, uno nunca sabe qué rumbo tomarán las cosas en nuestras vidas.

Ya no pienso en Elena de la forma en que pienso en Maddy y poco a poco he ido entendiendo que las heridas se sanan, a veces nos aferramos a alguien que ya no está en nuestras vidas porque consideramos que es nuestro lugar seguro, conocíamos o creíamos conocer todo sobre aquella persona hasta el punto en que quererla de vuelta se siente como una necesidad.

Sé que una parte de mí siempre le va a pertenecer a ella, pero he aprendido a seguir adelante, aunque el camino me haya resultado complicado.

—Escucha, mandaré a Maddy a tirar la basura —dice y frunzo el ceño, ¿es ese su plan? Brandon se da cuenta de que lo encuentro raro, por lo que se apresura a explicarme—. Será solo una pequeña distracción para que puedas entrar a la cocina y así pedirle matrimonio.

La Luz de Mi TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora