Capítulo 6

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MADDY

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MADDY

Caminamos en silencio, Travis lleva las manos dentro de los bolsillos de su pantalón y mantenemos un paso lento como si ninguno de los dos quisiera llegar rápido a mi casa.

—¿Estarás aquí mucho tiempo?

Me animo a preguntar, sé que no es de mi incumbencia hacer preguntas personales, pero no quiero que haya un silencio entre nosotros y es lo primero que se me ha ocurrido.

Travis vacila.

—Esa es la idea. —me permito mirarle de reojo, su mirada está fija en el suelo—. ¿Qué hay de ti? ¿Te gusta Daxton Hollow?

Su pregunta no me sorprende para nada, pues la mayoría siente curiosidad por saber qué hago en un pueblo como éste y sienten interés por saber si es de mi agrado o no.

—Es tranquilo.

Un chasquido sale de él.

—Yo no usaría esa palabra para describirle —dice, provocando una risita corta de mi parte—. Daxton Hollow es todo menos un pueblo tranquilo.

Aunque hay cierta verdad en sus palabras, lo contradigo.

—Es tranquilo a comparación de lo que era mi vida —me sorprendo por mis palabras, que han salido de la nada, Travis alza las cejas con asombro y veo que hay una pizca de curiosidad en él, estoy segura de que quiere preguntar sobre lo que era mi vida antes de llegar al pueblo, pero no le da tiempo hacerlo porque nos detenemos frente a mi casa.

Por mucho que me sorprenda, no quiero que se vaya ahora.

—En ese caso, es bueno encontrar un poco de paz, ¿no? —termina agregando y se pasa una mano por su cabeza, sin saber qué más decir. Por mi parte, me muerdo el labio inferior, un tanto insegura.

—Gracias por acompañarme, no tenías que hacerlo —le dejo saber y él se encoje de hombros.

—Aunque sea un pueblo pequeño, no es bueno andar sola por las calles.

Sonrío, por supuesto, el hijo de Ian es caballeroso.

Sin tener más que decir, nos envolvemos en un pequeño silencio, pero nos quedamos allí parados el uno frente al otro ante la puerta de mi casa, tengo el presentimiento de que él tampoco quiere despedirse y siento la necesidad de buscar una manera de hacerle quedarse más tiempo.

—¿Qué harás ahora?

Pregunto de la nada, mi corazón a comenzado a latir con gran fuerza sobre mi pecho, por la espontaneidad de mi comentario. Nunca me ha costado desenvolverme ante los hombres, he sido coqueta en un centenar de ocasiones, pero se siente diferente, quizás por el hecho de que no he salido con nadie desde que llegué aquí.

Travis se pasa de nuevo una mano por la cabeza, algo pensativo.

—No lo sé, ¿recostarme? —responde con una pequeña mueca—. Me sorprende que prefieras un pueblo como este teniendo en cuenta que no hay mucho que hacer por aquí.

La Luz de Mi TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora