𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒎𝒂𝒓𝒌 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝑺𝒂𝒏𝒈 - 𝑨𝒕𝒆𝒆𝒛

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🔮JunHee     

No es justo culpar a alguien por todas tus desgracias.

No es justo vivir con el resentimiento apuñalando en tu pecho.

No es justo pedir piedad a un ser divino cuando tú no le tienes piedad a la persona más cercana a ti.

Después de todo, somos personas que pueden equivocarse.

¿Lee DongHun era mi salvación o mi perdición?

Realmente no lo sé y ya no me interesa saberlo.

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[Flashback]
Hace 10 años.

- Papi, mira a esos patos, ¿verdad que son bonitos? -sonrío el pequeño apretando la mano de su papá.

- Si, cariño, son muy bonitos. -murmuró y desvió la mirada del estanque hacia un carrito de globos. - Mira, hijo, ¿quieres un globo?

El pequeño asintió varias veces con la cabeza y fué arrastrado por su padre hasta el carrito. JunHee decidió soltarse un momento del agarre de su padre y prestó atención a todo a su alrededor; había mucha gente en aquel parque, desde familias enteras sentadas en bancas, hasta adolescentes sentados en el pasto. Luego estaba él con su padre, su única familia.

Cada vez que preguntaba por su madre, recibía la misma respuesta de siempre: "Está en el cielo con tu hermanita Sejeong" y, en su delicada mente de 6 años, esa respuesta tenía sentido.

Observó nuevamente el estanque a lo lejos, quería ir a ver a los patos otra vez, pero su padre estaba muy animado hablando con el dueño del carrito.

No pasaría nada si se acercaba al estanque, ¿verdad?

Algo dudoso, se acercó al estanque con sigilo, se sentó en las orillas y se dió cuenta de que su padre no se había percatado de su ausencia aún.

Tomó un pequeño trozo del pan que sostenía en su manita y la arrojó al estanque para comida de los patos.

Sonrió felíz al sentir a alguien sentándose a sus espaldas, contento porque quizás, algún niño quiso jugar con él o apreciar a los patos en compañía.

Pero no fué así.

Empezó a patalear al notar que le habían colocado algo en la cabeza, logrando distinguir solo pequeños rayos del sol a través de la tela.

Sintió un pañuelo tapándo su naríz y luego, oscuridad total.

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Despertó gracias a un bombillo de luz que colgaba justo frente a él, frotó sus ojitos en busca de asimilar en donde estaba y tomó asiento. Pudo notar a un chico de pelo rojo que se encontraba sentado junto a él, observándolo con atención.

Su corazón empezó a latir con fuerza, no estaba en su habitación y no veía a su padre por ningún lado.

- Hola, pequeño. -murmuró el chico con una dulce sonrisa. -¿ Cómo te llamas?