𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒎𝒂𝒓𝒌 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝑺𝒂𝒏𝒈 - 𝑨𝒕𝒆𝒆𝒛

12

SeongHwa abrió la puerta del departamento y encendió las luces. YeoSang ingresó detrás de él y miró perplejo hacia todos lados: admiró los cuadros y pinturas en las paredes, los muebles y adornos estaban perfectamente limpios, el lugar era espacioso y muy ordenado.

No veía a SeongHwa como alguien ordenado o limpio, pero al parecer, se había equivocado. Volteó a verlo, estaba apoyado en el marco de la puerta y concentrado en su celular.

Inconcientemente, una sonrisa se formó en sus labios al ver una pared llena de dibujos hechos a lápiz, retratos en gran mayoría; siempre había sido gran fan del arte, le encantaba dibujar y Siyeon a menudo le pedía que le dibuje animalitos y flores para ella poder pintarlos.
Pasó sus dedos con delicadeza sobre algunos y examinó cada uno con extremo cuidado, realmente el pelinegro era un gran artista.

Su semblante cambió al notar una foto en la que se apreciaba a SeongHwa y DongHun abrazados junto a dos hombres bastante elegantes detrás de ellos, se notaba a simple vista que era una foto vieja, DongHun se veía más rellenito y alegre, tenía toda la naturaleza y aura de un niño, totalmente opuesto a la actualidad, el hombre había tomado una forma mucho más atlética y ya no llevaba consigo un aire agradable; y SeongHwa se notaba mucho más delgado y parecía un joven alegre.

Rápidamente, su cabeza se llenó de preguntas.
¿Qué clase de relación tienen DongHun y SeongHwa?
¿Hace cuanto se conocen?
¿Por qué se veían tan unidos?

Fué sacado de su trance en cuanto sintió la mano del mayor en su hombro, volteó a verlo y éste le regaló una linda sonrisa.

- ¿Te gustan? Le pedí a un amigo que viniera a limpiar y a preparar todo para cuando estemos aquí.

- SeongHwa, ¿él es DongHun? -preguntó en un susurro mientras señalaba el retrato. El pelinegro suspiró y paso saliva sobre sus labios en un gesto de incomodidad.

- Si, es él. El es alguien bastante cercano a mi desde que tengo memoria.

YeoSang volvió a señalar el dibujo, dándole leves toques a la imagen de ámbos hombres mayores reflejados.

- ¿Y ellos quienes son?

- Gente sin importancia.

Insatisfecho por la respuesta, YeoSang siguió admirando varios dibujos más, hasta que encontró una figura que le resultó bastante familiar.

- ¿Ese chico es... -

- Ven -lo interrumpió tómandole la mano y jalándolo para sacarlo de allí- te mostraré la habitación.

                 ~~

YeoSang terminó de guardar sus cosas en un armario que SeongHwa había apartado para él, tomó asiento en la cama y tomó su celular para revisarlo, últimamente no lo utilizaba mucho.

Mordió su labio con nerviosismo y frunció el entrecejo al notar que tenía 5 llamadas perdidas de su madre.

Se suponía que había cortado todo tipo de lazos con él, ¿para qué lo llamaría después de haberle jodido la vida?
Dudó por unos minutos y decidió marcarle de regreso, suspiró pesadamente y llevó su celular hacia su oreja.

Sonó una vez...
Dos veces...
Tres veces...
Cuatro veces...

Se cansó y decidió cortar la llamada, hasta que escuchó una voz conocida del otro lado de la línea.

-¿YeoSang oppa?

Sintió que todo el aire se había escapado de sus pulmones. Era Siyeon, era la vocecita tan dulce de su pequeña hermana.
Acercó rápidamente el aparato de regreso hacia su rostro.

- ¿Bebita? ¿Estás ahi?

- Te extraño. -pudo sentir un sollozo poco audible que indicaba que empezaría a llorar. - Quiero estar contigo, por favor, oppa.

Un nudo empezó a formarse en su garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas, odiaba saber que su princesa estaba triste.

-Te traeré de nuevo conmigo, pero tendrás que esperarme unos días, ¿si? Primero dime, ¿Noona te trata bien?

- Noona es muy mala, siempre me está gritando. - dijo entre gemidos, su llanto cada vez se escuchaba más fuerte y eso solo hacía aumentar el enojo de YeoSang. - Le quité el teléfono a mamá mientras ella fué a trabajar.

- B-bebé, ya no llores, por favor. No debes quitarle cosas a la gente, sabes que eso está mal. - intentó esconder sus sollozos y limpió sus lágrimas con la manga del sueter.

- P-pero te extraño.

Su voz se cortó y eso fué suficiente para que YeoSang explotara en llanto de igual manera.

- T- también te extraño, mi amor.

Un estruendo se escuchó y la llamada se cortó. El rubió lanzó el teléfono hacia la cama y cubrio su rostro con sus manos para dejarse llevar por el llanto.

Se sentía felíz de haber escuchado otra vez a Siyeon y saber que estaba bien, pero eso no quitaba su preocupación y él sabía que nadie la tendría mejor que él.

SeongHwa, por otro lado, estaba preparando el almuerzo en el primer piso, colocó los platos en una bandeja y la llevó hacia la habitacion.

Detuvo sus pasos frente a la puerta al escuchar al rubio.

- "T- también te extraño, mi amor."

Frunció el ceño y sintió una pequeña presión en el pecho.
¿YeoSang estaba saliendo con alguien?

Sacudió la cabeza y decidió ingresar a la habitación, lo vió tirado en la cama en posición fetal y cubriendo su rostro con sus manos en clara señal de que estaba llorando.

Dejando de lado el hecho de que su llanto lo estaba poniendo nervioso, se obligó a si mismo a ser más compasivo con el rubio. Después de dejar la bandeja en una mesita cercana, se acercó y se sentó a su lado en la cama, tomó uno de sus brazos y lo jaló hacia él para abrasarlo y esconder su rostro en su pecho. YeoSang sintió confort y seguridad en él, por lo que atinó a aferrarse con fuerza al cuerpo contrario y descargarse por completo ahí. No se había sentido protegido en mucho tiempo.

SeongHwa acarició su espalda y jugó un poco con su cabello para tranquilizarlo. Sin embargo, no podía mentir.

A diferencia de hace unos días en la cárcel...

Ahora ya no sentía nada al verlo llorar.