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Lunes: 7:45 am

Una semana nueva ha empezado, luego de dejar a Siyeon en su escuela, Yeosang fué a la suya.

En el receso, esperó a sus amigos YunHo y MinGi, quienes no parecían querer llegar. Decidió no preocuparse por ellos y terminar su desayuno.

Estaba terminandose su batido cuando sintió una vibración en su pantalón, sacó su telefono del bolsillo delantero y, sin mas vueltas, contestó.

-¿Bueno?

-Alguien amaneció de malas hoy. -murmuró con burla la voz femenina del otro lado, Yeosang solo rodó los ojos irritado. -¿Dejaste a Siyeon en la escuela o hiciste lo que quisiste con ella?

-Aun no logro entender por qué crees que le haría daño a mi hermana. -sentenció con un tono de voz firme y decidido- Aún no entiendo por qué me llamas, de hecho.

-Porque eres mi hermano, ojo morado. Siyeon tambien es mi hermana. Pero de todas formas, cambiando de tema, me la llevaré a vivir conmigo, tengo todo el consentimiento de mamá.

El rubio se paró de la silla con las pulsaciones a mil, sus ojos brillosos y ardientes en rabia, su entrecejo fruncido y mano restante hecha un puño.

-No vas a llevártela, no sé si haz bebido otra vez pero no te la llevarás, ¿me oiste? ¡Nunca! -gritó apretando duramente el movil en su oreja. Tomó su mochila y se dirigió hacia la puerta, así evitando miradas curiosas. -¿Qué es lo que quieres ahora?

-Es mi hermana, tengo tanto derecho como tu. -sentenció con voz calma y serena, dejando escapar una pequeña risa al final.

-Ella ni siquiera te quiere, tú no la quieres pero yo la amo. Primero tendrás que matarme si quieres quitármela.

-Tendrás que hablar con mamá y mis abogados si quieres quedarte con ella. -Yeosang perdía la paciencia a niveles críticos a cada palabra que soltaba. -Te veo el jueves en el registro, Yeosang.

La llamada con Joohyeon se cortó, no sonaba como si estuviera ebria... sonaba muy normal. El rubio tomó fuertemente de sus cabellos y frotó sus ojos.

La campana de regreso a las aulas sonó. Todos se instalaban poco a poco en sus respectivos pupitres; Yeosang se sentó y vió ingresar al director junto con su asistente.

-Kang Yeosang. -llamó la delgada mujer. El nombrado solo levantó la mano, notificando su presencia. -Siganos, por favor.

Inhaló y exhaló hasta calmarse. Acomodó su mochila y siguió a los directivos, llegando al poco tiempo a la sala de reuniones y despacho general de la institución.

Mentiría si decía que no tenía miedo. Ver tantos aparatos, cámaras, papeles, registros... todo ese entorno lograba ponerlo nervioso.
Le indicaron que tome asiento frente a un escritorio.

-Kang, su cuota fué cancelada. -habló el director, recogiendo unos papeles que se encontraban frente a el.

-¿Qué? ¿Por qué? -preguntó exaltado, saltando del asiento y apretando los puños. -Llevo 5 años estudiando aqui, no pueden cancelarme de la nada.

-Lo entiendo... -se acercó un poco a el y lo tomó del hombro, empujandolo hacia la silla. -Tome asiento y cálmese.

-¡No voy a calmarme! -empujó levemente al director. -Y no vuelva a tocarme.

-Entiendo que reaccione de esta manera, pero le daremos un permiso para asistir a otra secundaria. Con sus calificaciones cualquier escuela lo querrá.

-Pero yo no quiero irme de aqui, estoy muy cómodo en este lugar. No espere que me adapte a otras reglas que no me pertenecen.

-Kang. -habló con voz fuerte, intentando mantener la paciencia. -No hay nada que hacer; usted está cancelado.

-¿No hay nada que pueda hacer? -sus ojos empezaron a cristalizarse, se estaba desesperando.

-Solo podrá quedarse si vuelve a pagarme las cuotas.

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En la fría celda, SeongHwa acariciaba su cuaderno con delicadeza, especificamente, su dibujo más reciente.

Los rasgos del rubio bien definidos, sus finos trazos resaltando cada detalle de su cabello, sus ojos y su marca de nacimiento que tan solo parece una manchita.

-Vendrá, estoy seguro de que vendrá. -susurró con una dulce sonrisa en su rostro.

En los 3 años que estuvo encerrado no ha recibido ni siquiera una visita. Su familia lo repudia y ¿amigos? no recordaba exactamente si tenía a alguien, ni siquiera en la universidad.

Yeosang fué su unica compañía... por 20 minutos, luego de 3 años y 6 meses.

Se notaba que lo habian obligado, pero cuando empezó a reir, ¡jodida mierda! Pareció disfrutar ese corto plazo de tiempo con SeongHwa.

-Volverá, estoy seguro.

𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒎𝒂𝒓𝒌 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝑺𝒂𝒏𝒈 - 𝑨𝒕𝒆𝒆𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora