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Kang Yeosang, un joven estudiante de 16 años que vive bajo el poder y falsedad de su madre, quien controla cada aspecto de su vida, aunque no siempre fué así.

Antes su relación era armoniosa y, por así decirlo, normal, hasta que todo cambió de un día para el otro. El cambio fué tan radical que el rubio preferiría morirse antes de aguantarla por un día entero, por más horrible que suene.

Con el paso del tiempo aprendió a restarle importancia a sus reclamos, pero hay cosas que debía cumplir para no soportar sermones todos los dias.

Un dia, la mujer se enteró de que se consideraba ateo y, luego de una discusión, terminó por obligarlo a asistir a una iglesia 3 dias a la semana para asi "poner sus pies sobre la tierra".

Yeosang la repudia en su totalidad, es decir, ¿qué tan egoista debes ser para obligar a alguien a portar la misma religion que tu?

-La misión del dia de hoy es darles una charla espiritual a los internos del sur. -el cura MinYoon era un hombre amable, siempre le sonreía al mundo. Hablando con el, Yeosang alcanzaba a creer que no era tan malo ir.

MinYoon los guió a los 17 o 18 adolescentes hasta el autobús. Una mujer iba pasando lista para saber donde y con quién se sentaría cada uno.

-Kang Yeosang. -el nombrado levantó la mano y esperó a escuchar el siguiente nombre. -Choi San.

Un chico pálido, con una mecha blanca en su cabello castaño levantó la mano y buscó con la mirada al rubio, al encontrarlo, solo subió al bus siendo seguido por él. Se sentaron en los lugares restantes y Yeosang podía jurar que, si no fuera un retiro religioso, desde que el más bajo puso los ojos sobre él, lo hubiera tirado por la ventana, su mirada lo estaba poniendo nervioso.

-¿Tengo algo en la cara? -preguntó y vió como empezaba a negar divertido.

-Lamento mucho si te incomodé, es que me llamó mucho la atención tu marca de nacimiento. Es muy bonita y enserio me gusta. -le sonreía de una forma que Yeosang llegó a sentir ternura, le sonrió en forma de agradecimiento, no suelen halagar la marca en su ojo muy seguido. -Mi nombre es Choi San, ¿como te llamas?

-Kang Yeosang.

El resto del viaje no se prestaron atención, ambos llevaban puestos sus audifonos y Yeosang estaba a punto de quedarse dormido apoyado en la ventana.
El bus frenó de repente, haciendo que se despierte con el gran golpe que se dió contra el vidrio.

Bajaron frente al gran pabellón de mala muerte, era un lugar intimidante y sombrío. El rubio solo pudo reírse internamente al ver que habían arbustos con flores azules a cada costado de la entrada. Eso no quitaba lo terrorífico que se veía el lugar.

MinYoon habló con un guardia y empezaron a seguirlo en los interiores del lugar. Su compañero se aferraba a su brazo, parecía un niño asustado.

-Este interno cumple con 20 años de prisión por asesinar a dos adolescentes a la salida de un bar. -el guardia señaló la celda, donde un hombre robusto y con cara de querer matarlos a todos se encontraba.

-Este interno le toca a... Jung Wooyoung. -habló MinYoon.

-¿QUÉ? -gritó un chico rubio que estaba frente a ellos. -Están locos si creen que voy a entrar ahi.

-Dios te ha enviado para cambiar la vida de este hombre, es tu deber.

El chico iba a protestar, sin embargo solo agachó la cabeza y tomó la biblia que el cura le ofrecía. Mientras avanzaban, lograban verlo intentando defenderse del tipo que se acercaba a él, agitando la biblia.

San fué asignado con un hombre que asaltó un banco, se despidió de Yeosang e ingresó a la celda.

Al llegar a lo mas interno de esa cárcel, vieron a un hombre que no aparentaba más de 20 años, sentado en su cama y escribiendo algo en un papel.

-Este recluso será liberado dentro de 2 semanas, cumplió con una condena de 3 años y 6 meses por maltrato doméstico.

El interno levantó la vista hacia afuera, sabiendo que hablaban de el.

-Este interno le toca a Kang YeoSang.

Yeosang suspiró y avanzó con pasos pesados hacia la celda. Tomó la biblia y entró.

La vista del hombre se posó en él, lo cual heló de inmediato la sangre del menor.

-Buenos días. -murmuró intentando no sonar nervioso, sin tener respuesta posterior.

-¿Qué estás haciendo aqui? -habló el hombre castaño con voz algo grave, volviendo la vista hacia su cuaderno.

-Me pidieron que ha-hable un poco con usted.

El castaño se levantó de la cama y se acercó a el. Tragó duro al ver la diferencia entre estaturas, le sacaba por lo menos una cabeza. Bajó la mirada al notar que el más alto le ofrecía su mano.

-Park SeongHwa.

𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒎𝒂𝒓𝒌 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝑺𝒂𝒏𝒈 - 𝑨𝒕𝒆𝒆𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora