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☁️YeoSang  

No sabía como terminó en esa situación, pero estaba sentado en el sofá de la sala, temblando del miedo y con SeongHwa parado frente a él haciéndole una reverencia de 90° mientras le repetía una y otra vez que lo perdone.

- ... lo siento tanto, sé que no merezco tu perdón, soy una basura y no merezco que sigas aquí conmigo.

- D-deja de hacer eso, p-por favor. -pidió, siendo totalmente ignorado por el mayor.

- No dejaré que olvides lo arrepentido que estoy, solo así lo recordarás. -murmuró aún inclinado hacia el rubio. YeoSang se paró del sofá y empujó levemente al mayor para enderezarlo. SeongHwa lo tomó rápidamente de la cintura y se aferró a su cuerpo, depositando su cabeza en el hombro del rubio. - Por favor, perdóname, YeoSang, solo dí que me perdonas y si me lo pides, nunca más volveré a acercarme a ti.

YeoSang no soportó el sentimiento del cuerpo de SeongHwa sobre él, sentía como las manos de éste quemaban su piel y empezó a temblar sin notarlo.

Cuando pudo reaccionar, empujó con fuerza al castaño haciéndolo caer. SeongHwa le sonrío desde el suelo y YeoSang frunció el ceño mientras su respiración se agitaba. Dudó por unos segundos, pero finalmente decidió correr fuera del departamento, siendo perseguido por SeongHwa.

El rubio bajó hasta el segundo piso y chocó con un hombre de edad avanzada, quien lo sostuvo del brazo, impidiendo que se vaya.

- Suélteme, por favor. - habló desesperado.

El hombre pálido notó lo agitado que se encontraba, así que acarició con delicadeza su brazo.

- ¿Necesitas ayuda, muchacho? - preguntó con preocupación en voz baja, YeoSang dudó un momento pero asintió rápidamente con la cabeza. El hombre lo tomó mejor del brazo y empezó a caminar con él. El menor volteó hacia las escaleras y pasillos pero ya no habían rastros de SeongHwa, por lo que pudo respirar con normalidad nuevamente. Una vez fuera del edificio, el hombre suspiró. - ¿Hacia donde vas, muchacho?

Sin embargo, YeoSang se soltó de su agarre y tomó ambas manos del contrario.

- Muchas gracias por haberme acompañado, pero desde aquí puedo ir solo, usted regrese al edificio y otra vez, muchas gracias. -acarició el dorso de sus manos e hizo una reverencia en agradecimiento.

El hombre sonrió enternecido y posó una mano en la mejilla del menor.

- No hay de qué, vé con cuidado y asegúrate de que nadie te siga.

- ¿Cómo sabe que me seguían? -cuestionó confundido.

- Mirabas demasiadas veces hacia atrás mientras corrías; y si quieres un consejo, cuando estés huyendo de alguien, nunca mires hacia atrás. -habló con tanta tranquilidad que logró calmar un poco a YeoSang.

- Me servirá, muchas gracias. -río leve y se volteó para marcharse.

Trotó un par de cuadras hasta llegar a una estación de policía, estuvo a punto de cruzar la reja de entrada pero algo llamó su atención.

Habían 2 hombres hablando junto a la puerta de la estación, un oficial y un hombre castaño que se encontraba de espaldas, portaba un traje formal de color negro y en su mano sostenía un afiche. Ambos parecían hablar de algo muy serio, y de un momento a otro, se les sumaron 4 oficiales más a la plática.

YeoSang se ocultó detrás de una columna al ver que todos iban a cruzar la reja donde estaba. Cuando cruzaron, pudo distinguir al hombre.

DongHun.

Viró los ojos y, cuando todos subieron a una patrulla, decidió ingresar al edificio. En la entrada lo recibió una mujer joven, rubia y sin rasgos asiáticos detrás de un escritorio.

- Buenos días, ¿en qué puedo ayudarte, muchacho? - le sonrío amablemente.

- Buenos días, tengo algo para enseñarles, es urgente. - dijo con voz temblorosa. La mujer frunció el ceño.

- Ven conmigo.

La rubia lo llevó hasta el segundo piso, se detuvieron frente a una oficina que en la puerta portaba un letrero tallado que señalaba "Jefe Kirschtein". Tocaron repetidas veces e ingresaron. En una esquina de la habitación yacía un hombre castaño, alto y de buena condición física intentando comunicarse con alguien.

- Disculpe, señor, éste chico dice que necesita enseñarle algo.

El hombre lo observó con detenimiento, por lo que YeoSang se sintió pequeñito en su lugar. Se levantó y caminó hacia el, extendiendo su mano; el rubio sacó de detrás de su pantalón el álbum de fotos que logró quitarle a SeongHwa y se lo entregó al oficial, quien empezó a revisarlo.

La rubia abrió los ojos con espanto y el jefe cerró rápidamente el álbum.

- ¿Dónde encontraste esto?

- En un departamento que comparto con alguien, acabo de encontrarlo mientras limpiaba unas cosas.

El castaño suspiró y le entregó la carpeta a la rubia. - Ruby, muéstrale esto a Bott, es un avance para encontrar a Jeong.

YeoSang empezó a temblar y observó como el jefe tomaba su teléfono para llamar a alguien.

- ¿Y usted que hará? -cuestionó la chica.

- Yo aún debo estar pendiente del chico desaparecido. -murmuró.

- Disculpe. -intervino YeoSang. - ¿Quién desapareció?

- Park JunHee, el hijo del abogado Lee ¿lo conoces?

Oh, no puede ser.

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🔥SeongHwa   

- ¡No tengo ni idea de donde está tu hijo! - alejó las manos temblorosas de DongHun del cuello de su camisa. - ¿Por qué insinúas que sé dónde está?

- ¡Porque eres el hijo de puta más grande que conozco! -gritó, cediendo ante el llanto y dejándose caer en el suelo con las manos en el rostro.

- Deja de llorar. -demandó SeongHwa. - Eres patético, puedes encontrar a un idiota igual en cualquier esquina y lloras por ese niñato inútil.

DongHun se levantó del suelo y apuntó acusador al contrario.

- Te lo advierto, si me entero de que tú sabes donde está, te mataré, lo juro. -murmuró enojado y salió del departamento dando un portazo.

𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒎𝒂𝒓𝒌 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝑺𝒂𝒏𝒈 - 𝑨𝒕𝒆𝒆𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora