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SeongHwa🔥   

Luego de casi media hora de camino, bajó del coche que había tomado prestado de DongHun, tomó 2 cajas de pizza que había comprado hace unos minutos y se adentró en una pequeña casita mal construida en medio de un campo.

Entre tanto darle vueltas al asunto de YeoSang y JunHee se había hecho tarde, maldijo al ver que ya eran las 08:46pm y no había pasado por ahí en unos 5 o 6 días.

Abrió la puerta superior que daba acceso a la escalera que lo llevaría hasta el ático, tomó una pequeña lámpara que se encontraba sobre una caja e ingresó.

Buscó el interruptor y encendió las luces, sonrío cínico al notar al chico de casi 1,83m tirado en posición fetal en una esquina; su cuerpo tenía ligeros espasmos debido al hambre y sus huesos de las costillas y brazos se hacían cada vez más notorios, sin mencionar que sus mejillas regordetas habían desaparecido. Volteó a ver hacia el rincón contrario, encontrándose con las heces del muchacho en la cubeta que le cedió. Un asco, pero estaba sufriendo como un animal.

Oh, todo un deleite visual para el mayor.

Se acercó a él y se sentó a su lado en el piso, dejó las cajas de pizza a un lado, pasó su mano por sus cabellos sucios acariciándolos y recibiendo una mueca de asco de parte del menor.

- ¿Me extrañaste, princesa? - preguntó con una sonrisa ladina. No obtuvo respuestas, así que tomó la mandíbula del menor con brusquedad. - ¿Qué pasa, putita? ¿No te enseñaron que es de mala educación no contestar a los mayores?

El pelirrojo solo apartó la mirada rápidamente, SeongHwa lo empujó y éste cayó sobre su espalda, sacándole un quejido de dolor.

El castaño fijó su mirada en las heridas en las costillas del contrario, sonrío al ver como había provocado que se abrieran nuevamente y el charco de sangre en el piso empezaba a hacerse presente.

- ¿Quieres comer, putita? -dijo burlón, pasando sus dedos por las heridas para manchar sus dedos de sangre, recibiendo un quejido y un asentimiento rápido al mismo tiempo. Tomó una caja y la abrió, sacando un pedazo de pizza y acercándola a la boca del más alto, observando como empezaba a comer con calma gracias a su cuerpo débil y desesperado a la par debido al hambre.

Una vez acabadas 3 porciones se sintió satisfecho y, con esfuerzo, logró sentarse en el piso.

SeongHwa mordió su labio observándolo, sin duda le encantaba.

- Muy bien, Jeong, ya sabes como me manejo contigo. Es hora de que me pagues por dejarte vivo. - murmuró levantándose del suelo y desabrochando su pantalón.

Yunho empezó a llorar en silencio, solo observando como SeongHwa sacaba su miembro ya erecto de su ropa interior. Se acercó a él y lo jaló de los cabellos para dejarlo arrodillado, empezando a pasar su glande por los labios cerrados del menor para después tirar nuevamente de su cabellera.

- Chupa. -ordenó y golpeó fuertemente la mejilla del contrario, obligándolo a abrir los labios para empezar a follar su boca con brusquedad.

Las lágrimas no pararon de salir en ningún momento, las arcadas se hacían cada vez más frecuentes y el asco hacia ese ser tan despreciable solo aumentaba con cada segundo que pasaba.

Los gruñidos y jadeos de SeongHwa se habían vuelto irregulares y sus embestidas más y más profundas, obligando a Yunho a darle un placer indescriptible y completamente insano.

Sacó su miembro y lo empujó, haciendo que caiga boca arriba, empezando a despojarlo de sus prendas.

- N-no, Se-SeongHwa. Déjame, por favor. No, no lo hagas, por favor. -suplicó intentando alejarlo de su cuerpo.

SeongHwa, sin embargo, tomó ambas manos del menor que ya se encontraban atadas y llevándolas por encima de su cabeza, recargándose sobre él sin dejar caer su peso.

- Cállate, vas a suplicar por mi polla, putita. -sonrío mientras tomaba su miembro y lo introducía de una sola estocada en el pelirrojo, arrancándole un grito que logró lastimar su garganta. Sus movimientos eran cada vez más bruscos, buscando saciar su sed de lujuria.

YunHo intentó apartarlo nuevamente al ver la pequeña navaja que había sacado de su bolsillo, gritó con todas sus fuerzas pero era en vano, SeongHwa no se detendría.

El mayor repartió pequeños besos por el cuello de YunHo, empezando a trazar pequeñas pero profundas marcas con su navaja en la pálida piel del más alto, gimiendo alto al sentirse cada vez más excitado y un paso más cerca de su orgasmo.

Aceleró sus embestidas a la vez que pasó la navaja por la mejilla enrojecida del menor, deleitándose con las gotas de sangre que caían de a montones.

YunHo había empezado a gemir involuntariamente, mordió sus labios y los mojo con su saliva, sintiendo el salado sabor de sus lágrimas. Sólo anhelaba que SeongHwa se detuviera.

El castaño sacó su miembro rápidamente y se subió en el pecho del pelirrojo, masturbándose con rapidez para finalizar corriéndose en la herida, la cual empezó a picar inevitablemente.

Reguló su respiración y tomó la mandíbula de YunHo para besarlo de manera brusca, introduciendo su lengua en la cavidad bucal de éste. Al separarse, tomó los cabellos del menor y estrelló su rostro contra el suelo con fuerza.

- Te dije que te gustaría, tus gemidos son mucho mejores que los de tu amigo. -susurró y soltó una risita al ver el ceño fruncido del menor.

- No, t-tú no tocaste a Mingi. -empezó a negar con la cabeza repetidas veces con un notable enojo- ¡Hijo de puta! -le gritó , observando como SeongHwa se vestía para salir de la habitación.

𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒎𝒂𝒓𝒌 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝑺𝒂𝒏𝒈 - 𝑨𝒕𝒆𝒆𝒛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora