4- Grαvє єrrσr

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Escuché como la puerta se abrió, debía ser Justin que iba con el propósito de darme mi "merecido castigo" por no bajar a desayunar en ropa interior.

¿Está loco? Pensé. ¿Cómo pensaba que yo iba a dejarme ver por todos solo con un corpiño y una braga?
Me iba a sentir sucia, usada, ultrajada, etc. Prefería morir de hambre que bajar de esa forma frente a todas las demás personas.

Me encogí en mi lugar, un pequeño hueco dentro del clóset tapado por una sábana. Sabía que en algún momento me iba a encontrar, pero cuando lo sentí acercarse fue como mi cuerpo reaccionó, buscar un escondite para evitar los golpes.

Mis mejillas dolían, mucho. Mi mandíbula también, los golpes que me había dado desde que llegué aún de sentían muy mal cuando movía mi boca, había empeorado por la noche. Las lágrimas comenzaron a salir disparadas fuera de mis ojos, peleando por ser las primeras en conseguir libertad. Escuché como abrió la puerta, se podía sentir su presencia y sus pisadas en el gran  clóset de su habitación. Apreté mis piernas contra mí sabiendo que faltaba poco para que me encuentre, para que me saque de ahí y otra vez me golpee.

__ No hagas esto más difícil Audrey, sal de dónde estés._ Lo escuché mover unas perchas y deduje que estaba de  espaldas a mí. Por un pequeño espacio que tenía entre la tela y el mueble lo ví, tiro su cabeza hacia atrás en señal de frustración y suspiró. __ Hagamos algo Audrey, si sales por tu cuenta solo voy a golpearte dos veces. Hoy no tengo ganas ni tiempo para resolver estas cosas contigo, así que por favor, colabora._ Propuso.

Cuatro golpes menos era mucho dolor ahorrado.

Lentamente salí de mi escondite y el se volteo al escuchar mis movimientos, gatee unos centímetros y me quedé quieta mirándolo desde abajo. Otra vez las lágrimas en mis ojos, 'maldita sea, ¿Por qué tengo que ser tan maricona?'

__ Por favor Justin, ya no aguanto más golpes._ Murmuré sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas, mis manos temblaban y me sentía tonta bajo su mirada penetrante.

Me tomó del brazo y a rastras me saco del clóset para dejarme sentada en la cama, se hincó frente a mí entre mis piernas desnudas, ya que llevaba ese horrendo conjunto de ropa interior.

__ Te prometí que iban a ser dos golpes, nada más._ Su mirada fría y arisca se clavaba en mis orbes cafés con prepotencia. Me daba miedo, no sus golpes, él. Él me daba miedo.

__ Justin por favor, yo no quiero desobedecerte pero no puedo salir así aquí, te lo ruego, déjame bajar vestida y sino mátame._ ¿En realidad quería morir? No lo sabía, pero en ese momento no podía pensar en nada más lógico, estaba abrumada y desolada.

__ No Audrey, son reglas de mi padre, debes bajar con ese conjunto. Esa es tu ropa._ Sentenció. Seguía sin poder entender como una persona podía demostrar tanta frialdad, tanto desinterés, y no me refiero desinterés hacia mí porque era verdad que a Justin no le importaba en lo más mínimo, sino desinterés por él mismo. Parecía un robot, como si hiciese todo por hacerlo, como si la vida para él fuese solo un día más del mismo trabajo eterno.

__ ¿Y si no sigo tus reglas por qué no me matas y ya?_ Cuestioné, otra vez me empujé hacia la muerte aún sin saber si eso era lo que quería, de todas formas lo hice, como si esa fuese la solución.

__ Es solo una etapa Audrey, ya se te va a pasar y obedecerás mis reglas. Siempre es así._ Contestó tranquilo, sin dejar de mirarme y con sus manos apoyadas sobre la cama a mis costados.

__ ¿Te paso con las otras tres chicas?_ Pregunté parando con mi llanto, frunciendo el ceño y sorbiendo mi nariz. Asintió con la cabeza relajado pero sin quitar su expresión seria. Llevaba los cabellos alborotados hacia arriba, como si los hubiese estado revolviendo por los nervios.

Atrapada. JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora