13 - Lα chícα dєl єspєjσ

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Algunas personas son amantes del frío, otras en cambio, prefieren el calor. Jamás me destaqué por disfrutar mucho el calor, más bien los días gélidos y nubosos eran los que acompañaban mi taza de café, por aquellos días en los que me encerraba en mi cuarto. Eso fue lo primero que busqué cuando sentí que volvía a estar consciente, frío. Una ola de calor sofocante se disparó por todo mi cuerpo, ahogandome, hasta que de pronto el intenso frío que me invadió me hizo estremecer. Sentí como algo mojado era presionado sobre mi frente y mis dientes castañearon.

Parpadeé hasta que me acostumbré a la luz, tarde un poco en ser consciente del lugar y espacio. Cuando al fin recuperé la estabilidad, me di cuenta de que estaba en la habitación de Justin, acostada mientras Pattie ponía paños fríos en mi frente. Miré a mi alrededor, estábamos solas y al darme cuenta de aquello, pude relajarme y recomponerme con tranquilidad.

__ ¿Me escuchas Audrey?_ Asentí en respuesta, intenté hablar pero mi garganta estaba tan seca que solo me generó dolor. >> ¿Cómo te sientes?_ Quitó el paño de mi frente y lo colocó dentro de un pote con agua.

__ Agua._ Murmuré como pude, despegando mis labios resecos y cerrando los ojos, débil ante la luz aún. Cuando Pattie iba a decir algo, la puerta se abrió y por ella entró Justin, acompañado por una chica rubia que llevaba una bandeja con un vaso de agua.

__ Aquí tienes linda._ Dijo Patricia tendiéndome el vaso. Me ayudó a levantar la cabeza y cerré los ojos ante la sensación de bien estar que generó el agua fría corriendo por mi garganta, sin prestar más atención a mi alrededor.

Aún sentía el cuerpo algo adormecido, mi cabeza retumbaba y me sentía débil. Escuché como la puerta se abrió para dejar salir a alguien y deduje que la chica que trajo el agua ya se había ido. Sentí la cama moverse y a Pattie acomodar mi cabello mientras se levantaba.

__ Ya me voy pequeña, si algo vuelve a pasarte, no dudes en llamarme._ Solo pude estirar los labios y asentir débilmente.

Luego de unos minutos en silencio, sentí a Justin moverse y cuando abrí los ojos, ahí estaba él. Tenía el cabello despeinado, sus labios rosados presionados en una fina línea y sus ojos mieles fijos en mí. No podía descifrar qué era lo que decía su mirada, aquella mirada fría e inexpresiva. Lucía cansado y aunque parecía frustrado, no podía asegurarlo. No me moví, me quedé ahí mirándolo sin emitir sonido. Me sentí cansada, no sabía con exactitud si era física o mentalmente, pero lo único que pude hacer fue cerrar los ojos y suspirar.

__ Te dije que no debías enfrentarte a mi padre._ Aunque no me moví ni dije nada, me pareció lo más estúpido que había escuchado alguna vez.

Después de todo lo que había pasado, no tuvo nada mejor para decirme que '¿Te lo dije?' Podría haberme sentido ofendida, triste, enojada. Aún así, no sentí nada, simplemente me quedé allí, con mis ojos cerrados intentando descansar. Todo ese cansancio llegó de golpe, recuerdo como sentía el cuerpo entumesido, el dolor en los pies y las punzadas en la cabeza. Disfruté cada sensación. Sin importar cuánto doliera, podía sentir.

>> Tu misma te generaste esto._ Su voz era tenue, me acusaba pero, muy dentro mío, la luz de la duda se encendió e iluminó la posibilidad de que se estuviese convenciendose a sí mismo.

>> Debiste hacerme caso Audrey._ Escuché sus palabras acostada en aquella cama, estaba feliz porque hacía mucho tiempo que no sentía cansancio, sueño y hasta fatiga.

Lo usé, sin prestar atención a lo que decía, use su tenue y sombría voz para caer en un profundo sueño.

Al día siguiente, desperté en la cama de Justin, miré el techo blanco como la nieve y luego noté que él ya no estaba. Inhale, hundiéndome en la comodidad de las sábanas y la paz del lugar. Me levanté de la cama y sentí un fuerte dolor en la pierna, aún así, me dirigí al baño lentamente.

Atrapada. JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora