24- La quinta prueba.

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__ ¿Qué crees?_ Barclay alzó una hoja donde había dibujado un perro, con palitos y un poco agraciado hocico. Fruncí mis labios intentando no reír demasiado, pero fue inútil ya que la risa de Conway detrás nuestro me contagió.

__ Eres un desastre._ Rió el pelinegro. Su sonrisa, tan parecida a la de Justin, me hizo bajar la mirada pensando en lo estúpida que era al recordarlo cada segundo.

__ Eso crees tú porque no sabes apreciar el verdadero arte._ Acusó sin sonar realmente ofendido, sin embargo, dejó el dibujo en la mesa y admiró el mío. >> Si debo comparar tus talentos, creo que tu puntería es tan buena como tus dibujos, difícil saber para que eres mejor._ Alcé las cejas sorprendida por la absurda comparación.

__ Sin dudas, es la mejor dibujando._ Comentó Justin desde el otro lado de la mesa, sin levantar la mirada de la hoja que marcaba con la tinta de la lapicera. Recordé nuestra charla en el cuarto, cuando hablo de mi protección en las misiones y supe que era el núcleo de su cambio de humor.

Hacía semanas que había comenzado a ser parte del grupo, los entrenamientos con Justin eran muy duros, a veces calientes también. Los chicos se pasaban horas en el sótano o en el galpón del jardín, planeando cuando no estaban en una misión. Jeremy creyó mejor que los primeros días me tomase el tiempo de estar presente cuando ideaban algún plan, aprendiendo las tácticas y los movimientos, los ideales y las metas. Casi todo eran drogas, toneladas, había armas también pero en menor cantidad. Sobre la mesa, debajo de muchas hojas, había un mapa, repleto de puntos de colores y anotaciones pequeñas. Me gustaba la letra de Justin. Era prolija y despreocupada.

__ No te pongas a llorar como una nena hermano, tu prueba saldrá a las calles a derribar todos los enemigos posibles._ Sonreí ante las palabras de Barclay, ignorando la mirada miel asesina y, aunque cualquiera diría que no me podía tomar un comentario así tan a la ligera, me sentí orgullosa de ser buena en algo.

__ Cierra tu maldita boca Barclay._ Masculló entre dientes, bajó la mirada nuevamente a la hoja y siguió escribiendo con la mandíbula tan presionada, que creí que se le harían añicos los dientes.

__ Nunca había visto que una de ustedes si quiera tuviese ropa normal._ Comentó Blake distraídamente, pinchaba el mapa añadiendo más puntos de colores luego de leer las hojas que Justin le pasaba.

__ He oído que no había pasado nunca. Pero, personalmente, veo mi participación en esto como una solución. No podría haberme adaptado a eso jamás._ Tomé unos puntos de los que él estaba usado y los levanté unos centímetros delante de su rostro, comencé a ponerlos dónde me señalaba con el dedo índice.

__ Si te soy sincero, al principio tampoco creí acostumbrarme a eso. No te voy a mentir, no dejaba de mirarlas nunca, los chicos tienen buen gusto. Pero de todas maneras, me sentía incómodo cuando ellas estaban cerca, era raro. Con el tiempo me acostumbré, ahora pasan desapercibidas por mi lado._ El ambiente entre Blake y yo se había vuelto tan casual y cómodo que cualquiera diría que lo conocía hace años. Me sentí bien con ello, pero fue raro para los hermanos Bieber. Me di cuenta por el rostro de Justin, su mirada y su entrecejo fruncido, nunca antes había visto eso en él. ¿El qué? No lo sabía.

__ ¿Hace mucho son amigos?_ Pregunté mirando la hoja que Justin le había pasado, pensando otra vez, en lo linda que era su letra y lo tanto que me gustaba verlo escribir.

__ Sí, al menos en el ambiente en el que nos movemos nosotros, trece años es demasiado para ser verdad. Me sorprende que no me hayan matado aún._ Su voz me hizo saber que era un chiste, pero había algo de verdad en ello. Aún así, todos rieron.

__ Quizá lo estamos planeando, si yo fuese tu cuidaría mi pequeño trasero._ Barclay entre cerró los ojos y Conway soltó una carcajada meciéndose en la silla. Justin sonrió sin dejar de mirar la hoja ni soltar la lapicera. Se veía tan precioso concentrado que me daba vergüenza y furia admitirlo.

Atrapada. JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora