6- Mσnstruσ

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(Al final del capítulo les dejo la pronunciación de los nombres)

Sentí una lágrima deslizarse por mi mejilla, mi pierna dolía mucho. No podía creer que una persona fuera tan despiadada como para dejarme sin medicina teniendo una pierna quebrada, el dolor se extendía hasta el muslo y ya no aguantaba más.

El sol había caído ya, ponía todas mis fuerzas en pensar una solución para mi pierna pero nada se me ocurría, no tenía silla de ruedas ni muletas así que, no podía salir de la habitación. De pronto la puerta se abrió y Justin entró con una bandeja de comida, el enojo era tanto que las lágrimas cayeron con fuerza por mi rostro.

__ Aquí traigo tu comida Audrey._ Comentó dejando la bandeja sobre mí, lo miré sin poder creerlo, ¿Él pensaba que me dejaría morir de dolor y yo le hablaría como si nada pasara? Estaba completamente loco. Yo era mejor que eso.

__ Vete al infierno._ Espeté e inmediatamente comencé a comer, sin volver a mirarlo. Justin soltó una risita y eso solo hizo que me enojara más, no entendía cómo podía ser tan cruel de reírse en mi cara sabiendo que me duele una pierna enyesada. Nunca pensé que una persona tuviese tanta maldad.

__ Calma pequeña bola de hambre, aquí tengo la medicación, tu castigo terminó._ De su bolsillo sacó un frasquito blanco, me había atragantado al verlos porque era justo lo que quería en ese momento.

__ Dame eso aquí._ Murmuré tomando rápidamente el frasquito. Él me miraba desde el borde de la cama donde estaba sentado, sin decir una palabra y con su usual rostro serio.

Cuando terminé de comer, Justin presionó el botón inalámbrico y una mucama vino a llevarse la bandeja, además, trajo la silla de ruedas nuevamente. Nos quedamos en silencio un rato, me había quedado sentada para hacer la digestión y no sentirme mal luego, pero me sentía somnolienta así que al cabo de un rato intenté acostarme para estar más cómoda. Él estaba sentado con la espalda apoyada en el respaldo de mi lado de la cama, giró la cabeza cuando notó que me movía y se levantó para ayudarme.

__ Dime si te duele mucho._ Dijo mientras movía mi pierna cuando yo bajaba el torso de mi cuerpo para quedar con la cabeza en la almohada y así estar cómoda.

__ Me dolió todo el día, ¿Qué hará un poco más?_ El sarcasmo rebotaba en mis palabras inquieto, lo escuché suspirar pero no dijo nada; solo volvió a mi lado de la cama y se acostó.

__ Si no te hubieses escapado no tendrías la pierna así, no es mi culpa._ Contra atacó mirando hacia el techo, lo ví por el rabillo del ojo, ya que evitaba a toda costa tener contacto visual.

__ Tú me tienes aquí secuestrada, así que sí es tu culpa._ Me defiendo tapándome con el edredón, tenía mucho frío y no conseguía entrar en calor aunque estuviese tapada hasta el cuello.

__ No Audrey, yo no te secuestré. Tu padre tenía una deuda, te hice una propuesta y tú aceptaste. Helmer debía pagar la deuda con su vida y tú salvaste su muerte pasando la deuda a tí, ahora tú me debes tu vida._ La tristeza creció dentro de mí al escuchar el nombre de mi padre y saber que yo misma había aceptado este infierno para mí. ¿Pero de otra forma que me esperaba en la vida? Si mi papá hubiese muerto esa noche estaría sola por siempre, triste y desolada. Prefería salvar la vida de mi padre aunque costara mi patética existencia.

__ Eso no quita que me hayas dejado sin medicina y que mi pierna duela sin medida._ Escupí escuchando otra vez como volvía a suspirar a mi lado, se acomodó de costado y tomó mi mentón con su mano para que lo mire, al principio me rehusé pero luego de su tercer intento cedí.

__ Ese fué tu castigo, tú debes pagar la deuda de una forma u otra y debes hacerlo correctamente. Sé que es difícil de asimilar todo esto y también sé que tan difícil es adaptarse, por eso es que hacemos todo esto de los castigos. Para que entiendas que vas a pagar la deuda de una forma u otra. No quiero quitarte la vida Audrey, sería un desperdicio. Pórtate bien, por favor, ya me estás trayendo muchos dolores de cabeza._ Por un segundo entendí lo que quiso explicarme, pero me perdí en 'pórtate bien'. ¿Quién se cree que es? No soy una niña para que me castigue y me ordene como debo comportarme. Soy una persona libre, tendría que dejarme seguir con mi vida.

Atrapada. JBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora